¿Recordáis este reto que empecé en octubre? ¡Pues ya lo he terminado! Si hubiera ido eliminando una sola cosa por día, lo habría terminado el 8 de febrero, pero cogí carrerilla y no pude parar.
Se me ocurrió hacer este reto porque había vuelto a llegar a ese punto de “sigo teniendo demasiadas cosas”, y si me preguntáis si he conseguido deshacerme de esa sensación… la verdad es que sí, por ahora. Esto solo confirma mi teoría de que tenemos demasiado, aunque hayamos hecho una limpieza a fondo, aunque hayamos pasado por el método Konmari, siempre podemos deshacernos de alguna cosa innecesaria más. Y os lo dice alguien que tras el método Konmari se desprendió de 2/3 de todo lo que tenía (y no ha vuelto a llenarlo), así que no me puede quedar mucho más. Como he repetido en otras ocasiones: nosotros no somos seres estáticos, cambiamos con el tiempo. Y por eso también deben cambiar los objetos que nos rodean.
Cuando empecé con el reto no estaba segura de si tendría 100 cosas de las que deshacerme, pero vaya que sí. He tirado más de 100 sin ninguna duda (he parado de contar en la lista cuando pasé de los 100 y algunas cosas que eran más de una las he agrupado). No me dediqué simplemente cada día a tirar una cosa al azar. Volví a repasar todas mis posesiones por partes. Empecé por el armario, seguí por el zapatero y la mesita de noche, los cajones de debajo de la cama, la mesa de trabajo, las estanterías… y en un arranque me salté una de mis normas para convivir con un no minimalista e hice una pequeña incursión en la cocina (que fue celebrada por el otro habitante humano de esta casa), y tiré muchísimas tazas. En fin. Que puedo dar gracias a que no quiero tocar nada que no sea mío, porque podría seguir tirando por mucho tiempo.
Como no quería que esta entrada fuera interminable, y muchas me dijisteis que os interesaría ver esa lista de objetos, he creado un documento y os lo he subido aquí. Sé que muchas cosas de la lista os van a parecer bastante aleatorias, pero es lo que fui apuntando conforme completaba el reto.
¿Y ahora qué? Pues ahora viene la parte que sigue siendo un auténtico reto para mí, sentir que cada cosa está en su lugar. Para que me resulte más sencillo, voy trabajando por zonas de la casa. Por ejemplo, el armario y la zona del cabecero de la cama están terminadas. He ido probando y colocando hasta que he sentido que estaba terminado. Ahora que esas zonas están tal y como yo quiero y me hace feliz verlas, es el momento de pasar a otra (creo que serán las estanterías). Supongo que no hay otra manera de hacerlo, pero si vosotras lo hacéis de otra forma, estaré encantada de recibir sugerencias :)
Totalmente recomendado este reto, por lo menos para hacerlo una vez al año.
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