Tras la reseña del primer arco por parte de mi compañero Alejandro, hoy toca hablar de el segundo tomo que ha lanzado a la venta Panini Comics de la serie Thunderbolts, 100% Marvel. Thunderbolts 2 Alerta Roja. Y aunque el primer arco nos dejo un tanto fríos a los dos, este arco mejora en calidad (opinión personal), sobre todo en calidad artística aunque tengamos de nuevo en un número a Steve Dillon. Al frente de los guiones sigue Daniel Way, un autor que creo que se intenta parecer al gran Garth Ennis, pero que no logra conseguirlo. Pero hay más, y es que asistimos a la salida de Way pero a la llegada de Charles Soule, un autor indie que ha obtenido fama gracias a su renombrada serie de La Cosa del Pantano. Lo malo, que solo no brinda un número, lo bueno, que se quedará bastante en la serie (concretamente del número 12 al número 27). A nivel artístico asistimos a la llegada de Phil Noto, un autor que a mí siempre me ha encantado y que hará las delicias de los fans que estaban deseando que Dillon se marchara. No digo que Steve Dillon no sea un buen dibujante, pero es que el cómic de superhéroes no es los suyo.
La historia se retoma por donde la dejamos en el anterior arco, con los Thunderbolts en busca de un arma gamma de destrucción masiva que finalmente será utilizada para crear armaduras de

En cuanto al desarrollo de los personajes, vemos como el “trío” amoroso entre el Castigador, Elektra y Masacre avanza poco, pues creo que solo sirve para avivar las ventas. Aunque todo hay que decirlo, Daniel 
Daniel Way nos presenta una continuación de los que desarrolló en Kata Jaya pero que cierra parcialmente los hilos (y si no ya se encarga Charles Soule de hacerlo). Propone un guión más ágil que el anterior y con diálogos inteligentes, la cual es una de sus grandes habilidades. Las relaciones entre los Thunderbolts están bien construidas, pero sigue pareciendo que derrocha a algunos personajes como son el Líder, Veneno o el Castigador. En contraposición, el trabajo que hace con Elektra y Masacre es magistral. Pero sigo encontrándome con otro problema y es que Daniel Way teje de una manera toda la trama que hay que leerse un par de veces el tomo para enterarte de por qué suceden algunas cosas. Respecto a Charles Soule, solo nos brinda un número para deleitarnos y no es que sea nada del otro mundo, pero consigue desarrollar al Castigador en un solo número mejor de lo que lo ha hecho Way en 11 números.

En definitiva, es un número más redondo que el anterior pero que sigue sin encontrar su camino. El fallo principal no es que no se sepa, por ejemplo, por qué cuatro solitarios han accedido a trabajar juntos a las órdenes de Hulk Rojo (cosa que explicará Soule, tranquilos) sino que con esos seis personajes, por los que muchos autores se matarían por tenerlos y por tener un grupo así, no se les

Especial mención merece el argentino Julián Totino Tedesco, que desde el número 1 nos lleva malcriando con estas pedazos de portadas.
