Diego el Cigala y sus primos ensayando aquello de "ATRÁS!!!"
Los inicios de la actual reforma laboral
Hace miles de años, una tribu vive de cazar mamuts y un día vienen unos demonios de cuatro patas (para mi que son unos que se perdieron al ir al Rocío del Pleistoceno) les roban a sus mujeres -sobre todo a la protagonista del que el prota masculino está perdidamente enamorado- y se piran, y claro, los buenos van tras ellos encontrándose todo tipo dificultades por el camino.¿Cómo puede ser una película de aventuras tan aburrida? Debeíamos preguntarle a Roland Emmerich y su particular modo de hacer tostones en forma de film (salvo alguna honrosa excepción).
Todo suena taaaaan falso, con ínfulas de grandeza, tan postizo que lo que parece es que son unos americanos que no se lavan a los que los del pueblo del al lado les han robado las chicas antes del baile de graduación y éstos los persiguen con los consabidos problemas por el camino porque actúan como si fueran de Conneticut o de Cincinatti.
En la prehistoria también había chicas guapas
Eso por no hablar de rigor histórico. Aunque seguramente el propio director ni se molestó en tener ni un ápice aludiendo a su lógico derecho a hacer lo que le salga de los mismísimos, que para eso está al mando y seguramente primó la aventura sobre cualquier atisbo de credibilidad (es como si en una película de la edad media pones un tanque o un microondas)
Me resultan mil veces más entretenidas y más creíbles las pelis de tarzán de Johnny Weismuller que esta tontuna de pretendidos aires de aventura épica (costó 105 millones de dólares) que se convirtió en casi dos horas de TIEMPO QUE TIRÉ A LA BASURA.