Antes de morir hay que hacer muchas cosas o al menos tres: escribir un libro, tener un hijo y plantar un árbol. Pero además tampoco está de más que nos leamos estos 1001 cómics.
Hace tiempo, cuando regresaba de una de mis coberturas de Los diálogos del señor Boliche, comenté con una amiga sobre estas jornadas y algunos libros teóricos que había consultado hacía poco. Su respuesta, o pregunta más bien, fue “¿Pero existen libros teóricos de eso?” y me dejó claro (una vez más) el desconocimiento popular que hay sobre el mundo de los tebeos, su importancia y todo lo que hay detrás.
Teniendo todo esto en cuenta es lógico que el que se lance al mercado una publicación de estas características sea siempre motivo de alegría. Igual alguno piensa que no va a descubrirle nada que no sepa, pero en ese caso lo mejor sería que adoptara una posición más humilde y abra la mente a todos los conocimientos que hay en estas páginas.
Con una distribución por décadas, y no en orden alfabético que es lo más habitual, tenemos una interesante historia en la que podremos ver los cómos y los porqués de lo que hoy en día son los cómics. Una evolución que comenzó realmente antes de The Yellow Kid, aunque fue totalmente definitorio el bocadillo que apareció en una de sus tiras, y que todavía hoy sigue a cada nuevo tomo que llega a las tiendas.
Se agradece, y mucho, la excelente reproducción de páginas de distintos títulos con una gran calidad y respeto por el color (en las que había, ya que en muchas ocasiones es en blanco y negro) que ayuda a conocer realmente a fondo. Sin dejar de lado la ficha técnica que siempre es necesaria para conocer los autores y las distintas características de forma rápida y sucinta.
1001 cómics que leer antes de morir no es una lectura recomendada, es un libro de compra obligatoria.
Doc Pastor
Hace tiempo inicié Ruta 42 (@ruta42 en Twitter), una gaceta para la que dedico la mayor parte de mis escritos y fotografías. También colaboro actualmente con el periódico AQUÍ en Valladolid y en la revista LaRAÑA de Sevilla. Cuando no estoy por aquí es que estoy jugando con mi perrito (se llama Loki).
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