Hablemos de 101 discos de los 2000 clásicos y no tan clásicos...41- YANKEE HOTEL FOXTROT, 2002 (WILCO)El cuarto disco de Jeff Tweedy y los suyos supuso un rotundo éxito de ventas y crítica tras los problemas de gestación debido a discordias con su discográfica y roces en el seno del grupo. Finalmente los de Chicago dieron a luz una verdadera obra maestra de la década, con un álbum de alt-rockadaptado a los nuevos tiempos: texturas electrónicas, algo de experimentación y ritmos cautivadores para un formato tradicional que encontraba en las complejas construcciones de sus melodías el mayor encanto. Canciones como “I am trying to break your heart”, “Ashes of American flags”, o “Karma” poseen un soplo cautivador y envolvente cuyo sonido te atrapa a la primera. Un lujazo de disco.41- DARK ON FIRE, 2007 (TURIN BRAKES)Tres excelentes discos hay entre el debut del dúo londinense en 2001 y Dark on fire, un trabajo sobresaliente que dota a sus piezas de un sonido más contundente y grueso (indie-rock) que deja atrás las delicadas guitarras acústicas (de estilo folk) para darles una electricidad más agresiva y directa. Sus magníficas canciones, siempre intensas (“Last chance”), oscilan entre la introspección (“Other side”) y el optimismo, con hermosas melodías de líneas pegadizas (“Stalker”) y riffs adictivos (“Real life”), para firmar un álbum repleto de buena música y momentos sombríos y luminosos que lo convierten en un trabajo de orfebrería pop destinado a un público tan amplio como exigente.
43- FORGET THE NIGHT AHEAD, 2009 (THE TWILIGHT SAD) Más oscuro, más noise, más personal, más agresivo y, en definitiva, pura intensidad sonora, el segundo álbum de los escoceses encierra en la densidad guitarrera típica del shoegaze -deudora de bandas como My Bloody Valentine- y sus pasajes plomizos y trastornados todo el pathos de una lírica atormentada para darle un estilo épico a canciones de la talla de “I became a prostitute” o “Made to disappear”, cuyas agudas melodías enganchan a la primera escucha y hacen que el oyente se disuelva en una atmosfera pesada como un día gris, conducida por una voz honda y rabiosa bien encauzada, que hará las delicias de fans de Joy Division y penumbras varias.
44- YOUR LOVE MEANS EVERYTHING, 2004 (FAULTLINE) David Kosten es el prolífico productor que se esconde tras Faultline, otro de esos proyectos electrónicos de melodías y tonos melancólicos que interpretan insignes vocalistas y músicos invitados. En este segundo trabajo, nombres como los de Chris Martin, Michael Stipe o Wyne Coyne facturan un álbum delicioso donde el pop y la electrónica, el avant-garde o el dance van de la mano. para firmar grandes canciones como la escrita e interpretada por el líder de Coldplay, “Where is my boy”, un tema monumental, desconsolado y bello, que bien podría posicionarse como uno de los mejores de la banda londinense. Destaca también “Greenfields”, por el de R.E.M.
45- COUSTEAU, 2000 Cousteau se inscribe dentro de la ola chamber-pop de voces estilo crooner a lo Scott Walker (Tindesrtsicks, Divine Comedy) que facturan una música elegante, nocturna, de variada instrumentación -donde no falta el piano- y una estética dandy impecable. Su debut homónimo es un disco maravilloso de principio a fin, con canciones redondas y seductoras, melodías evocadoras e hipnóticas, momentos decadentes y líneas vocales memorables repletas de distinción. Sus temas tienen un toque jazz club muy cuidado y moderno y una sensualidad inusitada que convierten a “Last good day of the year”, “She don´t hear your prayer” o la genial “One good reason” en joyas solo aptas para paladares selectos.
46- THE GREAT WESTERN, 2006 (JAMES DEAN BRADFIELD)El vocalista de los Manic Street Preachers se estrenó con un álbum en solitario excepcional. 11 canciones redondas (cover de Jaques Brel incluido) de pegadizo pop británico, donde se reconoce la huella del galés, si bien con una calidez insólita que le da un toque entrañable y melancólico muy cercano. La fuerza pasional de su voz arrastra melodías y riffs soberbiamente construidos, con estribillos adictivos en su formato clásico de banda rock y una producción menos ampulosa y más agradecida. The great western es un disco agradable y reconfortante, joya tras joya, destacando “An English gentleman” “That´s no way to tell a lie” y “Say hello to the popes”. Un grande esencial.
47- WANT ONE, 2003 (RUFUS WAINWRIGHT) Want One puede que sea el mejor disco de Rufus Wainwright. Su tercer lanzamiento es la primera parte de un disco doble que tuvo su magnífica continuación poco después. Genial e inventivo como siempre, esta opereta pop es un viaje espectacular a través de estilos variados tan escénicos como el cabaret, la música clásica, el musical o la ópera rock, todo revestido de capas orquestales épicas y efectistas sobre las que nos cuenta sus avatares familiares y sus reflexiones sobre la pérdida o los viajes. Brillante, cautivador y risueño, entren a este fabuloso mundo: “I don´t know what it is”, “Beautiful child”, “14th Street”, “Oh what a world”.
48- ORACULAR SPECTACULAR, 2008 (MGMT)Con su electro-indie-pop-arty, este dúo freak regaló dos de los sencillos más atronadores de la década: “Kids” y “Time to pretend”, tan espectaculares como contagiosos e inolvidables. Su debut es un homenaje al pop de gente como Bowie, los Rolling, Kinks o Prince, pasados por una paleta sonora vanguardista y moderna a cargo de la glamurosa producción de Dave Fridmann (Mercury Rev), que pone su particular sello a este genial catálogo de canciones variadas en su registro y pegadizas en sus logradas melodías. Si no, escuchen la infecciosa “Weekend wars”, “Electric feel”, “Pieces of what” o la incontrolable y psicodélica “4th dimensional transition”. Imprescindible.
49- LOVE IS HERE, 2001 (STARSAILOR) Sencillamente un primer disco sorprendente y paradigmático de su época. Intenso, desgarrador por momentos, melódico, melancólico, dolido y abocado a la belleza, muy cercano al preciosismo monumental de su coetáneo/paisano Richard Ashcroft. Sus canciones se construyen a base de una guitarra acústica y la aguda voz de James Walsh, que conduce con la sombra de Jeff Buckley y su padre Tim un estupendo conjunto de composiciones que llegan a calar hondo: “Alcoholic”, una de las canciones más hermosas del álbum, posee pasajes de gran ímpetu, que no decaen en grandiosos temas como “Way to fall” o “Tie up my hands” y que dan tregua brillando con “Good souls”.
50- TAKK.., 2005 (SIGUR ROS)
Catarsis estructurada, caos ordenado y maravilla libre pero articulada. El cuarto trabajo de los islandeses vuelve a extasiar con sus sonidos de otro mundo y su post-rock evocativo y soñador. Takk..(Gracias) es una obra sónica que conecta con los estados de ánimo del oyente de forma inmediata para ubicarlo tanto en un paisaje soleado como en un invierno ideal, evocaciones casi oníricas, redentoras, una voz de falsete sobrenatural y atmosferas portentosas con elementos del minimalismo, pianos que conducen como una escalera a caminos en los que los coros acompañan hasta algún confortante y extraño lugar celestial, “Hoppipolla”. Una misa pagana para acceder a la naturaleza secreta que siempre soñamos. © David de Dorian, 2014