El miedo es una parte fundamental de la psicología humana. Nuestros cerebros están programados para sentir miedo porque nos ayuda a evitar una calamidad; es lo que nos mantiene a salvo.
Pero el miedo también puede retenernos... si lo dejamos. El miedo se alimenta del miedo, lo que significa que entre más intentemos evitar eso que nos da miedo, mayor será nuestra ansiedad. Para sobrepasar esto debemos enfrentarnos a nuestros miedos y preocupaciones más profundos. Debemos reconocer nuestros miedos y encontrar formas de dejarlos atrás.
Hay muchos miedos comunes que enfrentan los emprendedores. Pero si no confrontamos esos retos, los miedos terminarán por consumirnos. Independientemente de cuáles sean tus miedos, ahora es el mejor momento para enfrentarlos y superarlos... De otra forma evitarán que tengas éxito.
1. Miedo al cambio
El cambio, de cualquier tipo, es algo aterrador. De hecho, nuestros cerebros están programados para evitar el cambio. Lo natural es buscar una existencia cómoda y segura. Nos resistimos al cambio porque aparece como una amenaza a nuestro status quo. Pero esta comodidad puede evitar que hagamos cosas que nos permitan seguir avanzando.
El miedo al cambio nos hace sentirnos ansiosos sobre el futuro, y esto sin duda nos llevará a una mentalidad cerrada en la que nos neguemos a hacer los ajustes necesarios a anticipar lo que se nos viene encima. No puedes evitar el cambio. No importa en qué etapa de tu negocio estés, tienes que encontrar formas de abrazar el cambio y de abrirle la puerta a la innovación y a los avances.
2. Miedo al fracaso
El fracaso suele parecer la peor de las posibilidades. Cuando pensamos en el fracaso, pensamos en una vergüenza intolerable y en la angustia de perderlo todo. Pero por lo general, el miedo al fracaso tiene su origen en nuestro ego.
Creemos que si fracasamos, todos los que han dudado de nosotros tendrán razón. Pero mejor pregúntate estas dos cosas: De aquí a 10 años, ¿te arrepentirás de no haber tomado esta oportunidad? Y si fracasas, ¿qué pasará?
Tener un plan B te dará la seguridad necesaria para aventarte a hacer las cosas. Piensa en la posibilidad del fracaso como una oportunidad para intentar algo nuevo. Si no funciona, entonces será la oportunidad de intentar otra cosa.
3. Miedo de no saber lo suficiente
Puede sonar tonto, pero no sabes lo que no sabes. Todos tenemos brechas en nuestro conocimiento, o puntos ciegos en la cantidad de información que hemos ido acumulando en la vida. Ser consciente de esto te ayuda a hacer cosas para mitigar esas brechas. Si te preocupa no tener la suficiente información o experiencia en cierta área, empieza a rectificar esta situación.
No tengas miedo de pedir ayuda. Encuentra mentores y recursos que te ayuden a rellenar tus puntos ciegos. Busca retroalimentación de otros en cada paso del camino. Pero no permitas que el miedo te haga cuestionarte todo el tiempo lo que sí sabes. Ten confianza en ti mismo y confía en tu instinto.
4. Miedo de lo desconocido
La incertidumbre se registra en nuestro cerebro como una alarma, y solemos evitar lo desconocido porque le tememos al cambio. Nos da miedo perder el control y no ser capaces de manejar los resultados potenciales. Nos da pavor lanzarnos hacia el vacío porque no tenemos ninguna garantía de cómo resultarán las cosas.
No hay duda de que lo desconocido nos llevará al cambio. Y puede que esto nos lleve al éxito, pero fácilmente nos puede llevar también al fracaso. Cuando entiendas lo que hace que tu negocio sea exitoso y te sientas confiado en tu negocio y en el modelo de negocio que armaste, entonces te sentirás más seguro de dar un paso hacia lo desconocido.
5. Miedo de comprometerte con gastos
Una cosa es soñar en grande, construir un plan de negocios y ponerte objetivos. Pero otra cosa es usar tu dinero o tus ahorros en la mesa y empezar a hacer gastos para tu negocio. Pero escucha esto: no hay casi ninguna oportunidad de lograr que tu negocio crezca si no le inviertes dinero.
Incluso un negocio de bajo costo, eventualmente necesitará una inyección de capital para que puedas promocionarlo, o para construir un sitio web profesional y confiable, o para tener equipo en tu oficina. Sí, comprometerte a estos gastos puede parecer un riesgo (lee abajo) pero no lograrás despegar a menos que estés dispuesto a invertirle a tus sueños.
6. Miedo de tomar riesgos
Cada vez que nos arriesgamos con algo nos ponemos a nosotros mismos, a nuestro negocio y nuestra reputación, en la línea. Tomar un riesgo puede darnos excelentes resultados, o puede destrozarnos y llevarnos a la quiebra. Pero hay una diferencia importante entre un riesgo peligroso y sin cálculo y un riesgo bien meditado y analizado.
Los que toman riesgos peligrosos son jugadores que apuestan todo a a algo que no está comprobado. Cuando tomas un riesgo calculado, tienes una estrategia par cada paso del camino. Te mueves hacia tu objetivo, analizando cuidadosamente el nivel de tu inversión hasta que estés seguro de que tu negocio va a ser redituable. Los riesgos calculados son la clave para el éxito.
7. Miedo de decepcionar a los demás
Nadie quiere decepcionar a su gente. Es más, ¿quién no quiere impresionar a sus amigos, compañeros y familia? Queremos cumplir sus expectativas y asegurarnos de cubrir los requerimientos de todos. Pero como emprendedor vas a tener que abrir tu propio camino.
Tienes que enfocar tu tiempo y energía en cosas que te importan a ti. Si no persigues tus sueños y objetivos y si no te construyes una vida que te apasione, te estarás decepcionado a ti mismo. Decide cuál es tu propósito y ve por él. No hagas a un lado tus propias ambiciones para darle gusto a los demás.
8. Miedo de terminar en situaciones incómodas
Mucha gente le teme a hablar en público, incluso más que a la muerte. El simple hecho de pensar en esto nos pone ansiosos, y es que el hecho de hablar en público puede ser sumamente angustiante. Sin embargo, con algo de práctica, podemos irnos familiarizando con la situación para ir saliendo de nuestra zona de confort. Pero esto no va a pasar a menos que tengas la mentalidad correcta y te propongas enfrentar este reto.
Igual que como harías si fueras a escalar una montaña o a brincar en paracaídas, primero tienes que prepararte para hacerlo. Puedes empezar dando pasos pequeños y haciendo cosas sencillas fuera de tu zona de confort. Date la oportunidad de familiarizarte con lo incómodo y sin darte cuenta estarás abriéndole la puerta a nuevas situaciones sin tanto miedo y angustia.
9. Miedo a equivocarnos
La mayoría de los emprendedores son competitivos por naturaleza, así que tiene mucho sentido que el hecho de cometer errores o de no ser perfectos nos aterrorice. Superar este miedo requiere de que reduzcas tu sentido innato de perfeccionismo y que aprendas a sentirte cómodo con el hecho de que todos, incluso tu, cometen errores.
Es importante reconocer que los errores suceden porque hicimos algo, porque nos activamos, dimos un paso. Tal vez fue un paso erróneo, pero cometer un error es mejor que no hacer nada, porque eso sólo te lleva a la indecisión y el estancamiento. Así que no te obsesiones tanto cuando cometas un error. Analízalo, aprende y sigue adelante.
10. Miedo de no ser lo suficientemente bueno
La auto crítica puede ser una montaña enorme, porque nosotros conocemos nuestros defectos y vulnerabilidades mejor que nadie. Y en ocasiones hay un miedo oscuro que permanece al fondo de nuestra mente: "¿Y si no soy lo suficientemente bueno?"
Para algunas personas, este miedo a no ser tan bueno como los otros creen que eres se vuelve tan profundo que, no importa lo que hagan o lo mucho que trabajen, siempre se sentirán menos capaces.
Esto se conoce como el síndrome del impostor. Este desastre de existencia angustiante puede poner en marcha un círculo vicioso que cuestiona tus habilidades y constantemente te hace buscar niveles imposibles de perfeccionismo. Da dos pasos atrás para hacer estos sentimientos a un lado. No permitas que tus miedos internos eviten que persigas tus sueños.
11. Miedo a decir que no
Tomar todos los proyectos o decir que sí a todos los trabajos puede ser tentador. Y sobre todo cuando apenas estás empezando con tu negocio, cualquier suma de dinero se ve tentadora. Pero llegará un momento en el que tengas que decir que NO a ciertas cosas. Si sigues abarcándolo todo terminarás restándole atención a ciertas cosas, y no estarás dando el 100 por ciento que pudieras dar.
Como emprendedor, asegúrate de que todos los proyectos que estás aceptando te ayuden a construir algo más grande. ¿Estás aceptando trabajos que te alejan de tu misión o de tus objetivos más importantes? ¿O está aceptando proyectos que no le están ayudando a tu reputación? Se vale decir que no a ciertas cosas, para que puedas decirle que sí a las cosas correctas.