Revista Sociedad

11-S: Recordando La Mentira 18 Años Después

Publicado el 11 septiembre 2019 por Antonio Fernández Reyes @tonyfdezryes

torres-gemelas-11s-conjugandoadjetivos 11 de septiembre de 2001, un trágico día que dificimente, la humanidad podrá olvidar. Un caos, un infierno. Pero, ¿qué pasó realmente? . Desde entonces, los más prestigiosos medios de comunicación internacionales han continuado publicando una abrumadora cantidad de nuevas informaciones que han hecho que cada vez más gente se cuestione la versión oficial. Por ejemplo, en el 2004, se descubrió un informe oficial del departamento de defensa, de evaluación estratégica de 1999 en las que se preveían, especialmente en las zonas del golfo pérsico y del mar caspio, conflictos por instalaciones de producción y rutas de transporte del petróleo; dejando claro que el Pentágono estaba dispuesto a emplear la fuerza militar para controlar las fuentes energéticas. Por el mismo tiempo, se hizo público otro informe del Congreso en el que quedaba claro que si hubiesen actuado conjuntamente la CIA y el FBI, hubieran podido evitar los atentados del 11-S; censurando 28 páginas del mismo; que según rumores, se referían a Arabia Saudí. Rumor que a día de hoy ya no lo es y en el que se concluía que “ni los testigos de la CIA ni del FBI fueron capaces de identificar definitivamente el grado de apoyo de Arabia Saudí para la actividad terrorista a nivel mundial o dentro de EEUU ni tampoco pudieron identificar el grado de ese apoyo, si existe o cuál es su inadvertida naturaleza”. En este país, aliado de EE.UU. (y no en Irak o Siria) nacieron Bin Laden y 15 de los 19 supuestos suicidas del 11-S. Tendríamos que rendirnos ante la evidencia de que el atentado fue, cuanto menos, permitido sino apoyado por grupos de inteligencia y por poderosos grupos económicos. Así ocurre con la polémica muerte de David Kelly (en 2003) que apareció suicidado después de haber cuestionado ante la BBC la existencia en Irak de armas de destrucción masiva. Antes de convertirse en asesor del ministerio de defensa británico, Kelly fue director del centro de guerra biológica exactamente en la época en la cual se desarrollaron en ese centro las cepas de las que procedía en ántrax utilizado en los misteriosos atentados que sembraron el pánico en EE.UU. un mes después del 11-S. Antes de su muerte, fallecieron por muertes violentas o suicidios o crímenes sin resolver nada menos que 16 microbiólogos norteamericanos, ingleses y rusos; todos ellos relacionados en la investigación en armas bioquímicas. ¿Qué ocurrió verdaderamente el 11 de Septiembre de 2001? ¿Existió una trama oculta detrás de los hechos? ¿Cuáles son verdaderamente las grietas de la versión oficial? Aunque estos hechos ocurrieron hace 18 años, no debemos olvidar que han influido en la situación actual del mundo de una forma determinante, por lo que hay que exponer las contradicciones y mentiras emanadas directamente de la versión oficial, para que no caigamos en la amnesia y llamemos a las cosas por su nombre. Las operaciones de falsa bandera son actividades encubiertas conducidas por gobiernos, corporaciones y otras organizaciones, diseñadas para aparecer como si fueran llevadas a cabo por otras entidades. El nombre se deriva del concepto militar de izar colores falsos; esto quiere decir la bandera de un país diferente al propio. El atentado a las Torres Gemelas, ocurrido el 11 de septiembre de 2001 fue una masacre fríamente planificada por el Gran Gobierno Mundial para apropiarse de las incalculables riquezas que existen en el subsuelo de Afganistán e Irak. La gran mentira del ataque extranjero a Nueva York y el Pentágono posibilitó que los norteamericanos crearan la organización titulada "Académicos por la verdad del 11/9", donde miles de personas investigan y acusan directamente al vicepresidente Dick Cheney de ser el cerebro de la matanza y que la versión del gobierno acerca del atentado es falsa. Gracias a ellos, se sabe que toda la documentación confidencial de las Torres había sido trasladada fuera de ellas varios días antes. Un puñado de pilotos aficionados jamás podrían burlar a los 14 servicios de inteligencia de distintas reparticiones que posee Estados Unidos. Incluso eludieron al sistema Echelon, que vigila las comunicaciones telefónicas, de fax, de télex y de correo electrónico. Cuya pasmosa capacidad permite interceptar más de 200 millones de comunicaciones diarias. Los 120 satélites y las 12 bases de la red Echelon también fueron evitados por estos "árabes" que, para maravilla de todos, nueve de los supuestos pilotos terroristas que murieron en el atentado según la "historia oficial", están bien vivos en sus países de origen. Kurt Sonnenfeld, el camarógrafo oficial del 11-S, actualmente refugiado en Argentina, afirma en su libro "El Perseguido", editado en junio de 2009, que en la semana previa al ataque del World Trade Center, todo el suministro eléctrico fue cortado por 36 horas, incluyendo cámaras de seguridad y los sistemas de control. Fue en el marco de una operación de mantenimiento altamente irregular. Quien dio la bien pudo dar la orden fue Marvin Bush, el hermano menor del presidente, que por entonces estaba en la junta directiva de la compañía (Securacom) encargada de la seguridad en las Torres y en las aerolíneas donde se secuestraron los aviones. Además, entre los escombros se encontraron restos de nanothermite, un poderoso explosivo utilizado en demoliciones. Tal vez George W. Bush, o alguno de sus asesores, algún día hablen de más y nos cuenten cómo planearon matar a miles de inocentes para satisfacer intereses abyectos y deleznables a espaldas de toda la humanidad. Basta observar cuáles naciones se beneficiaron geopolíticamente en estos años y quiénes hicieron un gran negocio con esta guerra. Seguir afirmando que los autores fueron unos pobres árabes suicidas es, cuanto menos pecar de credulidad. Por primera vez en la historia edificios con estructuras de acero colapsaron a causa del fuego. La FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias) fue la responsable de investigar los acontecimientos y presentar un informe. Sus investigaciones son penosas para una agencia que dispone de muchos medios y recursos, no explica el por qué de los colapsos, sólo se basa en suposiciones sin fundamentos. Según arquitectos, bomberos e ingenieros, el impacto y el daño de los aviones no puede explicar los colapsos, aun menos el del edificio siete donde ningún avión chocó. Por ley está prohibido destruir las pruebas de un delito, tampoco está permitido deshacerse de los escombros de un edificio colapsado mayor de diez plantas para así poder estudiar las causas del desplome. Horas después del atentado ya se estaban retirando los escombros y en pocos meses todas las pruebas del delito fueron destruidas. Collen Rowley, agente del FBI encargada de investigar el terrorismo, en el congreso de USA declaró que sus superiores le dificultaban proseguir sus investigaciones antiterroristas. El agente del F.B.I. , John Patrick O’Neil inverstigaba los atentados realizados por Bin Laden. Denunció que había alguien en el poder, tonto en EE.UU. como en Arabia Saudita, que estaba boicoteando su trabajo. John decidió dejarlo todo en julio de 2001 después de unas vacaciones en España (alojándose en el mismo hotel que se alojó Mohamed Atta). Su nuevo puesto de trabajo fue como jefe de seguridad de las Torres Gemelas, empezando a trabajar a primeros de septiembre. Murió en los atentados. Al Qaeda fue considerada una organización terrorista desde 1993. En 1995 un coche bomba fue colocado en un parking del WTC supuestamente por esta red terrorista, solo murieron cinco personas. Si más de trece personas hubiesen fallecido, el congreso habría dado su consentimiento para aplicar una ley antiterrorista que solo sirve para recortar la libertad. Dos años más tarde en Oklahoma explotó una bomba en un edificio donde la primera planta era una guardería y el resto eran oficinas del FBI, curiosamente ningún oficial de la agencia se encontraba en el atentado. Gracias al sospechoso ataque esta ley antiterrorista “Terrorism Act” fue promulgada. David Shayler trabajó para la agencia de inteligencia británica, el MI 6. Cuando tuvo acceso a documentación secreta descubrió que la propia MI 6 mantenía tratos con Al Qaeda y Bin Laden, en uno de ellos pagó a un miembro de la organización para atentar contra Gaddafi, jefe del estado de Libia. El atentado del 11-S parece moverse por intereses. Los accionistas mayoritarios de Carlile Group, eran las familia Bush y la Bin Laden. Antes del atentado la compañía estaba en la quinta posición en la industria armamentística, gracias a la guerra de Afganistán y a los tratos especiales de Bush llegó a ocupar la primera posición. En general toda la industria armamentística ha sacado grandes beneficios del conflicto con el mundo islámico. En la zona del mar Caspio hay importantes reservorios de petróleo y gas pero para extraerlos se necesitaba un conducto que pasase por Afganistán. Con los talibanes al poder era imposible pensar en la creación de un conducto, se requería un gobierno unificado y único. Al invadir Afganistán el Banco Mundial en abril de 2002 anunció la financiación del conducto petrolífero. Bien se sabe que la principal fuente de ingresos de las agencias de inteligencia para los proyectos negros, que no pasan por el congreso, es el tráfico de drogas. Con la expulsión de los talibanes la producción de opio en Afganistán se incrementó hasta suministrar un tercio del opio consumido en todo el mundo. Debido a estos intereses y a muchos otros, los benefactores del atentado terrorista seguramente están implicados en el ataque, en tal caso serían culpables de asesinato y terrorismo.

El Pentágono.

Once de septiembre a las 8:10 am el Boeing 757 del vuelo 77 despega del aeropuerto de Washington. Al cabo de cincuenta minutos es secuestrado por islamistas radicales armados con cutters, en este momento el avión volando encima de Ohio se desvanece de los radares. Alrededor de las 9:40 es localizado por los radares dirigiéndose hacia el pentágono, se observa que da un giro de 270 º para chocar contra la cara norte del edificio militar. Pasados veinte minutos la cara frontal norte de la zona impactada colapsa, quedando un hueco de aproximadamente 20 metros por 22. El Pentágono consta de cinco anillos pentagonales cada uno dentro del otro. Cada edificio tiene las dos paredes de acero reforzadas con hormigón, con un grosor de casi medio metro. En el ataque el Boeing perforó tres anillos, es decir, tres metros de acero reforzado con hormigón y sin contar las columnas ni los suelos. Un avión no está pensado para perforar, sólo un misil puede tener tal potencia. La versión oficial del ataque al Pentágono no tiene fundamento, básicamente por cinco razones: La primera razón es la zona del impacto, ésta estaba siendo reformada para poder soportar mejor un ataque. Las pocas víctimas fueron empleados, algunos de ellos haciendo las construcciones. Lo más obvio habría sido estrellar el avión en medio del Pentágono para disminuir el riesgo de fallo, aun más para pilotos sin experiencia, en cambio, el avión tubo que girar 270º para impactar en la cara norte en vez de ir en línea recta. La segunda razón es el tamaño de la perforación antes del colapso por que no es suficientemente ancho para un Boeing 757 ya que este mide de ancho 7’3 metros, de ala a ala 38 metros, su altura es de 13’6 metros y de lado mide 47’3 metros.  Las zonas donde el avión tendría que haber impactado se mantienen intactas, incluso los cristales de las ventanas donde la cola habría golpeado no están rotos. La tercera razón es la falta de pruebas. Estos aviones pesan cerca de 40 toneladas más 3 toneladas de pasajeros y equipaje. En caso de un avión impactado, algunos trozos como las alas, turbinas o la cola habrían quedado en el exterior, no obstante, ninguna imagen del evento muestra alguna pieza de un Boeing; tampoco aparece en el interior. Es cierto que se encontraron piezas de un avión, unas de ellas una turbina con un diámetro menor a un metro, a pesar de que las turbinas de un Boeing miden tres metros de diámetro; el fuselaje o placas de aluminio, pertenecientes a un avión pero tan ligeras que los agentes podían levantarlas con una sola mano, estas placas no pertenecen a un Boeing por ser muy frágiles y finas. La cuarta razón que demuestra la incongruencia de la versión oficial es la altura del avión en el momento del choque. La parte superior de la zona del atentado no estaba dañada, solo la parte inferior mostraba signos de un impacto. Para explicar el fenómeno oficialmente, el avión voló a pocos centímetros del suelo. Pero para impactar en la zona del atentado el avión tendría que estar inclinado hacia abajo porque si no sus turbinas tocarían el suelo. A 700 kilómetros por hora es prácticamente imposible y teniendo en cuenta que los aviones vuelan ligeramente inclinados hacia arriba. Debido a la poca maniobrabilidad de un Boeing para volar horizontalmente se necesitaría unos centenares de metros sin obstáculos pero en esta zona los árboles, postes y luces abundan. Poco después del once de septiembre el francés Thierry Meyssan publicó “La Gran Impostura” donde demostraba que ningún Boeing se estrelló en el Pentágono. Pocos minutos después del atentado el FBI llegó y confiscó las grabaciones. Todos los videos de las cámaras de vigilancia que grabaron el atentado también fueron confiscados, no obstante, las grabaciones de los atentados en las Torres no fueron confiscados, al contrario, se mostraron día y noche en las noticias juntamente con fotos de Bin Laden. La quinta razón son los cinco fotogramas cedidos por el Pentágono en un intento de frenar las crecientes acusaciones como las de Meyssan. En el primer fotograma, un aparato cuadrado enfrente de la cámara tapa el supuesto avión pero muestra una cola de humo. Un avión a pocos metros de altura no produce ningún vapor solo a kilómetros de altura y en condiciones atmosféricas muy precisas. En caso de un incendio en las turbinas el humo es negro, por lo tanto la cola de humo que muestra el fotograma es de un misil por que su combustible contiene hidrocarbonos y oxígeno y al no utilizar el aire atmosférico la concentración de vapor es mucho mayor debido a que el aire contiene nitrógeno, el cual reduce la formación de vapor. En el segundo fotograma se puede observar una bola de fuego muy brillante por lo que demuestra que la combustión disponía de mucho oxígeno, a diferencia del hidrocarbono, que el fuego es muy oscuro por la rápida combustión del oxígeno. Estas evidencias demuestran el encubrimiento del ataque al Pentágono. Quizás los islamistas lanzaron un misil y se intentó encubrirlo para no crear una alarma de inseguridad nacional, el único fallo de ésa suposición es que los cadáveres de los pasajeros fueron encontrados. Los fallecidos en el Pentágono fueron a Belvoir, Virginia, para volver a ser trasladados a Dover, Dellaware, donde gracias a los análisis de ADN y de los dientes se identificaron a los tripulantes. Las fotografías demuestran que algún tipo de avión se estrelló en el Pentágono, pero gracias a los cinco fotogramas se puede afirmar que el causante del ataque fue un misil que impactó en la cara norte. Algunos investigadores del 11-S especulan que un avión militar parecido a un Predator Drone o un Global Hawk fue el responsable de sustituir la ruta del Boeing, ya que, a diferencia del avión comercial, es capaz de dar giros de 270º en un radio pequeño, y frente al Pentágono lanzó el misil. Seguramente, si fue algún tipo de avión, en su interior un explosivo estaba programado para detonar por que es evidente que el avión se destruyó. Estas especulaciones son más coherentes que la versión oficial, explica por qué no murió ningún militar de grado, el tamaño de la perforación, las pocas piezas el avión, ya que aviones de la índole de un Global Hawk o un Predator Drone solo pesan cuatro toneladas y gran parte de su estructura es de fibra de carbono o de vidrio por lo que se reduciría a cenizas, y por último, explica por qué el Pentágono solo cedió 5 fotogramas.

World Trade Center.

El World Trade Center estaba constituido por siete edificios. Los dos primeros se los conocía con el sobrenombre de Torres Gemelas, el tercero era un hotel y el cuarto, quinto, sexto y séptimo eran oficinas. El principal propietario era Silverstein Inc. cuyo presidente era el mismo Larry Abraham Silverstein. La Torres gemelas y el edificio siete colapsaron en el día del atentado, en el edificio seis a causa de los escombros cedió una gran parte formando un agujero perfectamente vertical. Gracias al ataque terrorista Silverstein fue reembolsado por las compañías de seguros con más de 900 millones de dólares.

World Trade Center 7

El World Trade Center 7 constaba de 47 plantas, hasta el piso siete habían generadores eléctricos con tanques de gas a prueba de incendios. Las otras plantas servían de oficinas, en la veinticinco los arrendatarios eran la CIA, el Departamento de Defensa y otras agencias. En el piso 23 había la Oficina de Manejo de Emergencia, esta planta fue convertida en una especie en búnker con las ventanas a prueba de bomba, generadores eléctricos, un sistema de filtrado de aire y agua reservada para protegerse en caso de un ataque bacteriológico. Este búnker es inútil, en todo caso debería de estar en la primera planta o en el sótano y aun así su localización es absurda. Entre las 9 y 10, después del primer atentado en la torre norte, los empleados fueron evacuados. En los derrumbamientos de las torres algunos escombros impactaron en el edificio pero el daño fue ínfimo ya que estaba alejado de las torres, en esta hora los primeros incendios aparecieron. Los fuegos eran pequeños, lo suficiente para ser apagados, o por lo menos controlados por el sistema antiincendios. Oficialmente se da a entender que el edificio estaba sumido en inmensas llamas, pero solo en algunas plantas se podía ver un poco de fuego. Según la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, el edificio colapsó debido al fuego, pero por primera vez en la historia un edificio con columnas de acero colapsa a causa de un incendio. Después de que en un reportaje la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias explicara exhaustivamente cada detalle de la estructura del edificio 7, termina reconociendo que se debería llevar otra investigación para acabar de esclarecer los hechos. Desdichadamente, cuando publicaron su penoso estudio los escombros ya habían sido destruidos, por lo que se imposibilitó cualquier futura investigación. Las grabaciones en el momento de colapso muestran que la última planta, la zona respiradero, “colapsa” antes que las demás; muy sospechoso teniendo en cuenta que los fuegos estaban a muchas plantas abajo. El edificio cayó perfectamente vertical y sus escombros quedaron reducidos a poco volumen. En un colapso normal la construcción tiende a caer horizontalmente o colapsar en ciertas zonas mientras que otras permanecen intactas, también sus escombros son muy voluptuosos ya que sus piezas son grandes por no ser detonadas. Larry Silverstein declaró: “recuerdo haber recibido una llamada del comandante del departamento de bomberos diciéndome que no estaban seguros de poder contener el fuego, yo dije: Hemos tenido estas terribles pérdidas de vida que quizás lo mejor sería demolerlo. Ellos tomaron esta decisión y nosotros nos quedamos mirando el colapso del edificio”. Contrariamente a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, Silverstein reconoce que el WTC 7 fue demolido, sólo el estudio de la estructura de la edificación para colocar los explosivos demora semanas y si realmente el fuego era tan grande que no podían controlarlo cómo fueron capaces de subir hasta la última planta para colocar los explosivos. Esta demolición solamente hubiera sido posible si ya se sabía de antemano que el WTC iba a ser atacado por terroristas, entendiendo como terrorismo “sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”. A fecha de hoy 3.600 arquitectos e ingenieros están marcando el camino en AE911Truth, con decenas de profesionales adicionales que se unen a ellos en este documental arriesgando sus carreras en su demanda para una nueva investigación independiente. Arquitectos de rascacielos, ingenieros estructurales, científicos, físicos, químicos, investigadores, educadores, bomberos, ingenieros de fuego forenses y especialistas en demolición y otros han elaborado una evaluación científica pionera de los eventos en el World Trade Center. El repentino colapso total del tercer rascacielos en el 11-S, el edificio 7 del WTC a las 5:20 horas, ahora se está viendo en todo el mundo como "la prueba tangible", que desmiente a la versión oficial sobre el 11-S.  Estos expertos también introducen adicionales "pruebas abrumadoras " de una hipótesis de la demolición controlada de las torres gemelas que es preocupante por decir poco. La película no especula y se identifica con los espectadores al presentar también el segmento más popular de la película, que presenta las perspectivas profesionales de los ocho psicólogos que explican algunas de las razones por lo qué es tan difícil para que la gente haga frente a la evidencia científica. Este es la película documental sobre el 11-S más científica y convincente hasta la fecha, que contiene información vital.

Las Torres Gemelas

El primer Boeing impacta en la torre Norte a las 8:45, pasados quince minutos el otro choca en la Torre Sur. A las diez el WTC 2 colapsa y el WTC 1 le sigue media hora después. Sus rutas se cruzaron en el aeropuerto de Stewart, en el radar las dos señales se mezclaron y los operadores no pudieron distinguir quien era quien. El primer avión solo fue grabado por un videoaficionado con una resolución baja, pero en el segundo atentado se hicieron centenares de fotos y grabaciones. El 26 de Marzo del 2003 el periódico La Vanguardia financió un estudio a la Universidad Politécnica de Mataró para analizar las imágenes del segundo avión. Los resultados fueron publicados el 13 de julio de 2003 por el mismo periódico. El estudio consistió en analizar tres fotos del avión en distintas perspectivas, en cada una de las tres fotos analizadas se utilizaron tres sistemas de algoritmos estándares de procesado digital para ser finalmente comparadas con un Boeing 767. Las fotografías demuestran que en el fuselaje del avión hay objetos cilíndricos no pertenecientes a este tipo de aeronave. Las conclusiones a las que se llegaron fueron: Los objetos cilíndricos detectados en las imágenes del 11 de Septiembre no son comunes a un Boeing 767-300. Estos objetos tampoco pueden ser sombras provocadas por el ángulo de incidencia del sol sobre el avión, porque siempre aparecen con la misma forma y tamaño, aunque sí con distinta luminosidad. Los objetos detectados tienen a su alrededor distinta luminiscencia por tener relieve (esta es la única explicación posible). Los objetos detectados se distinguen perfectamente del tren de aterrizaje. Según los numerosos testigos que presenciaron los hechos, “el avión no era de las líneas americanas, no era un avión comercial, y casi no tenía ventanas laterales. Existe la posibilidad de que los aviones que chocaron con las torres fuesen E-10, aviones militares computarizados de reconocimiento y vigilancia, o algún modelo similar ya que tienen un fuselaje muy parecido a un Boeing 767, excepto por la ausencia de ventanas laterales. Si los aviones realmente eran militares, entonces el único momento para sustituirlos por los Boeing sería en el aeropuerto de Stewart donde sus rutas se cruzaron y hay un antiguo edifico de la CIA. Cada Torre tenía 47 columnas centrales de 90 por 36 cm. cuyo centro era hueco. En el exterior había 236 columnas separadas por menos de un metro, en las esquinas 4 columnas hacían de soporte. En la Torre Sur las columnas centrales fueron muy poco dañadas porque el avión estaba en proceso de giro y su cuerpo colisionó en los laterales, el choque afectó desde el piso 78 al 84; en la Torre Norte, 45 columnas exteriores de las plantas 94 a la 98 fueron rotas. Un avión del tamaño de un Boeing puede llegar a almacenar miles de litros de combustible, en el momento del ataque se formaron inmensas bolas de fuego, quemando mucho combustible. Después los pisos empezaron a arder. Oficialmente el calor fue tal que derritió las columnas, ya debilitadas, causando el colapso completo. Esto es imposible, ya que para derretir el acero se necesitan temperaturas de 1500º y los hidrocarburos sólo pueden llegar a los 1000º si hay una proporción óptima de oxígeno. Las imágenes muestran que el humo era negro, lo que significa falta de oxígeno. Si la temperatura hubiese sido muy elevada los cristales se habrían fundido, aún así, las columnas exteriores se mantenían frías. Curiosamente las imágenes muestran que el fuego estaba disminuyendo, hasta décimas de segundo antes del colapso. Este fenómeno posiblemente es debido a las 40 toneladas de material no combustible del avión y de toneladas de hormigón y otros materiales, que aparte de ahogarlo, absorbían el calor haciendo que las columnas no se calentasen tanto. Algunos profesores de universidades redactaron sus teorías sobre la causa del colapso. Una de ellas es la expansión termal que indica que por falta de espacio y flexibilidad la estructura se rompió, pero las estructuras de las torres estaban diseñadas para soportar tormentas y vientos descomunales gracias a su flexibilidad estructural. El desmoronamiento creó grandes nubes de polvo que al sedimentar cubrió las calles. Tras un análisis del polvo, los resultados mostraron que las partículas eran de hormigón y yeso. Dado que el hormigón difícilmente se pulveriza, a no ser que se utilicen explosivos, un colapso convencional no puede ser el causante de esa desintegración. Además, todas las columnas centrales se quebraron en las juntas, en vez de estar rotas por la mitad a causa del brutal peso. A excepción de pequeños trozos de hormigón, ningún material sobrevivió intacto. El colapso quedó registrado en los polígrafos sísmicos. Según los datos sísmicos del Grupo Sismológico de la Universidad de Columbia, el tiempo del derrumbamiento de la Torre Norte fue de aproximadamente 8 segundos. Si se lanzara un objeto de una altura de 400m (la altura de las Torres) a la aceleración gravitacional terrestre, el objeto en caída libre demoraría 8 segundos en llegar al suelo, por lo tanto, la Torre Norte se derrumbó sin encontrar casi ningún obstáculo, es decir, los pisos desplomándose prácticamente no tocaron las plantas inferiores que teóricamente deberían mantenerse intactas. La Torre Sur demoró 10 segundos, probablemente a causa de la inclinación de 20º verticales que sufrió la parte superior del edificio a raíz del choque. Todas las evidencias del colapso apuntan unánimemente a una demolición. En la Torre Sur, la parte superior inclinada debería de haber caído entera, o al menos la parte saliente, no obstante, en medio de la nube de polvo las 20 plantas desaparecieron. Otra evidencia de una demolición es la expulsión de polvo, en las plantas cuyas estructuras parecen mantenerse intactas al ser explosionadas el polvo es expulsado equitativamente en cada lado y de manera horizontal; si hubiese sido un derrumbe convencional, el polvo no habría salido ni equitativamente ni horizontalmente por la falta de presión. En la cadena Fox un periodista en medio del caos y el polvo entrevistó a varios testigos. Uno de ellos era un policía que había presenciado todo lo ocurrido, el periodista le pregunta: “¿Sabe si fue una explosión o un colapso?”, el policía convencido responde “A mí me sonó a una explosión”. Este mismo reportero siguió grabando y preguntando. Otro testigo postuló: “Fue una enorme explosión...yo creo que fue una explosión en las dos torres” En la NBC, el reportero informaba: “la zona de las torres ha sido evacuada por que puede que haya otra explosión. La primera torre ya fue derrumbada”. En la CNN se informó en vivo a las 9:54: “Ha sido una enorme explosión”. “Ha habido una enorme y sonora explosión”. En Fox se dijo en directo: “es una enorme explosión que todos hemos oído”... Con testimonios de este tipo se podrían escribir páginas y páginas, pero los más veraces son los de los bomberos. En una grabación, un grupo de bomberos que actuaron en medio del caos concuerdan en que una cadena de explosiones demolieron las Torres, tal como uno de ellos dice: “contamos más de diez explosiones”. “Estábamos subiendo cuando escuchamos unas bombas explotar, creemos que había un grupo de bombas en el edificio”. Nota: Queda claro que todo lo anteriormente expuesto es una teoría ( aunque las ideas que se extraen de la versión oficial, apuntan mucho más a la conspiranoica).
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