Revista Cómics

110% Marvel Huka #1: Ley y desorden

Publicado el 28 noviembre 2014 por Celesj

100mhulkap101Hulka inicia una nueva andadura de la mano de Charles Soule, un autor que está aportando cierta frescura a las series que escribe. En la colección protagonizada por los Thunderbolts, o quizá deberíamos decir el “Red Team”, releva de una forma solvente un concepto creado por Daniel Way en el que un grupo de personajes, sin ninguna relación aparente, acaban funcionando como un grupo bien engrasado; será porque matar une a las personas. En esta ocasión, pese a que no continúa el trabajo de ningún autor, al empezar la colección con un flamante número uno, Soule retoma la vida privada de Jennifer Walters tal y como la planteó Dan Slott durante su divertida etapa en 2004. Es decir, tenemos a la mejor Hulka que nos podamos encontrar, ejerciendo la abogacía superheroica en una comedia de situación.

En este tomo, tenemos los primeros seis números de la colección. Desde el principio, queda claro que todo gira en torno a la “otra profesión” de Jen. Esa que le costó sangre, sudor y lágrimas y que no tuvo nada que ver con una transfusión sanguínea de su primo. Todo comienza un día tranquilo en el que Paine & Luckberg S. R. L., la importante firma de abogados para la que trabaja nuestra protagonista, decide que, tras un año de trabajo, no han obtenido los beneficios suficientes que esperaban de ella. Que podríamos traducir como que no estaría mal que utilizase sus importantes contactos en el mundo superheroico para, así, generar más ingresos en la sociedad. Los principios de Jen no son negociables, por lo que se convierte en desempleada, no sin antes dar con un dedo en la mesa para mostrar su desacuerdo por tan injusta situación. Desde luego, nadie querría estar en una misma habitación con un trabajador airado con radiación gamma en la sangre. Y menos con el carácter de Hulka. Pobres diablos…

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Tras este inicio prometedor, nos vamos a un bar de abogados, al parecer esos sitios existen, no me preguntéis por qué, donde la vengadora esmeralda ahoga en alcohol sus penas. Allí, un buena mujer le ofrece un caso que nadie parece aceptar, ya que implica nada más y nada menos que al gran Tony Stark. Jen parece tener claro que esto se soluciona con una charla de cinco minutos, pero la burocracia automatizada de Industrias Stark tiene mucho que decir al respecto. Sobre todo, cierto personaje con rostro ajado que atiende los asuntos legales de Tony, que obedece al nombre de Legal. Nunca hubo un nombre tan adecuado para alguien que quiere enterrar el caso que presenta la letrada contrincante en una montaña de documentos; literalmente hablando. Como la vida misma.

El primer caso de Jennifer le supondrá un importante beneficio económico, pero también aportará cierta moraleja sobre el complejo sistema judicial, lo irrelevante que son las personas en las grandes empresas y que cualquier abogada que se precie debe saber parar los pies a un grupo de robots cuando no saben lo que hacen. Además, le sirve de impulso para emprender un proyecto tan esperanzador como abrir un bufete muy especial en el que no falta de nada. Y es que la actual situación personal de Jen aportará un elenco de personajes de nuevo cuño de lo más interesante.

110% Marvel Huka #1: Ley y desorden
Por un lado tenemos a Sharon King, la dueña del edificio donde se instala el bufete. Se trata de una mutante que, tras perder los poderes el Día M, decide acondicionar y alquilar locales a gente con superpoderes, bajo una norma tan simple como el que rompe paga; una regla de lo más universal y extendida. Por otro lado, tenemos a la señorita Huang, Angie para los amigos, la cual permanece íntimamente unida a un mono llamado Hei Hei. La nueva empleada, aparte de estar perfectamente capacitada para el trabajo, y dotar a la oficina de un exótico animal, parece ocultar algún extraño poder, relacionado con una capacidad de convicción sin límites. Aunque también parece que ese vínculo con el pequeño mico no está exento de secretos.

Pero si hay algo que demuestra Soule en sus recientes trabajos en la Casa de las Ideas, es que conoce bien a los personajes y su pasado. Por lo que llega el momento de rebuscar entre la inmensa galería superhéroes olvidados para sacar algunos del limbo creativo. Así, se incorpora Patsy Walter, más conocida como Gata Infernal, amiga de borracheras de Jennifer. Una chica que tuvo de suegro a Satán y que en un estado de embriaguez es capaz de desarticular un piso franco de IMA. Sin duda una chica de arnas tomar. Con tales talentos, es normal que acabe trabajando como investigadora para su amiga, pese a que el negocio no marcha demasiado bien. Pero las respuestas a todas las plegarias llegan desde Latveria con amor. ¿O era con humor?

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La inauguración del bufete se produce con un caso de asilo político en Estados Unidos. Pero claro, la cosa se complica cuando el cliente es nada menos que Kristoff Vernard, el hijo del temido Dr. Muerte. Si hasta el momento el humor y la socarronería impregnaban la serie, ese aspecto aumenta exponencialmente. El comportamiento irritante del supuesto relevo en el trono de Latveria salpica los diálogos con una exquisita ironía de lo más aguda. Soule no solo sabe tratar y desarrollar a los personajes, además de crear unos nuevos con un toque de originalidad y frescura, sino que sabe utilizar el humor inteligente como vehículo para contar una desavenencia familiar típica de cualquier hogar actual. Pero claro, el problema viene cuando el padre que es desobedecido controla un ejército de robots asesinos de todas las formas y tamaños. La insubordinación a un progenitor cobra un nuevo sentido, aunque Hulka demuestra ser tan buena con los puños como con las palabras. Sin embargo, antes necesitará el consejo de un buen compañero de profesión, en todos los aspectos imaginables.

En la segunda parte del tomo, tenemos una saga centrada en el expediente azul, un caso lleno de misterio en el que Jen lleva trabajando mucho tiempo. Se trata de una demanda interpuesta por un tal George Saywitz a un grupo de héroes y villanos entre los que se encuentra Hulka. En la lista de demandados encontramos nombres de fallecidos como el Dr. Druida y una serie de personajes que han ido cayendo en el ostracismo en los últimos tiempos: Wyatt Wingfoot, con el que Jen mantuvo hace tiempo una relación, aunque la lista de los que se ha acostado con Hulka es bastante larga; Herman Shultz, el Conmocionador, que no pasa por su mejor momento, aunque tendrá el placer de cenar comida china con una vengadora; Tigra, una exvengadora sexy, semidesnuda y peluda, que más se puede decir; Mónica Rambeau, otra vengadora, aunque esta llegó a ser líder hasta que un malvado editor decidió deponerla; Vibro, otro villano de segunda nacido en la colección de Iron Man durante los años ochenta; y Kevin Trench, que merodeaba las calles como Vigilante Nocturno, pero ahora está alejado del oficio.

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Mediante una investigación a tres bandas, con Hulka, Gata Infernal y Angie, junto al inseparable Hei Hei, iremos descubriendo una interesante trama de lavados de cerebros y alteraciones de la realidad. Todo perfectamente orientado a una combinación de suspense y comedia de lo más refrescante. A esto hay que añadir un buen tratamiento de los personajes, aderezado con un exhaustivo conocimiento de la intrincada historia de Universo Marvel, sobre todo en su lado más recóndito. Bajo este prisma, Soule consigue una combinación de géneros fluida, en un escenario que recuerda poderosamente al que construyó Slott, pero con un nuevo enfoque en el que lleva la originalidad por bandera.

En el apartado gráfico tenemos dos partes bien diferenciadas. La primera mitad del tomo está dibujada por Javier Pulido, que si bien no es uno de sus mejores trabajos para Marvel, sí que contribuye a fomentar esa comedia de situación tan proclive gracias a la expresividad de sus rostros, un perfecto complemento a los diálogos inteligentes, presentes de manera constante. Sin embargo, en la segunda mitad llega el horror con Ron Wimberly. Estamos ante un dibujante que no tenía el placer de conocer, y me gustaría que hubiese seguido así para el resto de mis días. Afortunadamente, la calidad del guión nos distrae lo suficiente para que nuestros ojos no sufran demasiado, porque mirar esos esperpentos durante mucho tiempo tiene que ser perjudicial para la salud. Una auténtica pena, porque el arranque de la serie es genial y a medida que avanza todo parece indicar que mantiene el nivel, pero con esa abominación de dibujo, difícilmente llegará muy lejos.

A pesar de sus defectos, este tomo presenta un inicio de colección con mucha fuerza; uno en el que vemos a una Hulka auténtica, divertida, pero, sobre todo, la abogada de color jade que necesitaba el Universo Marvel. Ya sabéis, el verde le pega a todo.


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