Tuve una infancia dorada, de mañanas soleadas, atardeceres anaranjados y noches de cuento. Aquellos día eran mejores en compañía de mi abuelo, que siempre compartía conmigo sus caramelos Werther's Original hasta quedarse sin ninguno. Qué caramelos tan ricos, dulces y cremosos. El tiempo ha pasado y ahora que yo soy el abuelo, ¡a mi nieto que le den por culo! ¡Todos los Werther's Original para mí!
Caramelos Wether's Original, el sabor del cariño.