Artículo redactado con la intención de aclarar todas las dudas posibles en relación a la recientes informaciones, a veces inadecuadas y/o erróneas, en torno al caso de las arañas reclusas mediterráneas y la alerta creada en parte de la población por su aparición en diversas zonas de Sevilla, por:
- Antonio Gallardo Cano, Doctor en Biología por la Universidad de Sevilla e investigador en el Departamento de Entomología Aplicada de la Facultad de Biología de la Universidad de Sevilla.
- Carlos Lobato Fernández, Licenciado en Biología por la Universidad de Sevilla, divulgador científico y profesor del IES La Campiña de Arahal (Sevilla).
Presentamos este artículo en formato de preguntas y respuestas para que sea lo más claro posible y cada persona que lo lea pueda localizar con facilidad la duda que intenta resolver y pueda encontrar una respuesta lo más clara y rigurosa posible.
1. ¿Las arañas son insectos?
Empecemos por el principio, ya que hemos leído en muchas informaciones englobar a las arañas en el grupo de los insectos, cuando no lo son. Las arañas no son insectos, sino arácnidos. Tanto los arácnidos como los insectos son animales invertebrados pertenecientes al filo de los artrópodos, según podemos ver en la siguiente clasificación.
Una forma fácil de distinguir a los arácnidos de los insectos, de forma general, es observar el número de patas que tienen. Los arácnidos, y concretamente las arañas, tienen cuatro pares de patas, es decir ocho patas, mientras que los insectos se caracterizan por tener tres pares de patas, es decir, seis patas.
2. ¿Cómo son las arañas reclusas?
Las arañas reclusas son arañas de tamaño pequeño, entre uno y dos centímetros, y se incluyen en el género Loxosceles, que recoge aproximadamente unas 70 especies distintas en todo el mundo. Entre las arañas más conocidas de este género se encuentran varias especies que pueden presentar algún riesgo sanitario para el hombre, entre las cuales están las especies Loxosceles reclusa y Loxosceles laeta, ambas de distribución americana y que no se encuentran de forma natural en la Península Ibérica.
Loxosceles laeta
Localizarse algún ejemplar, hecho del que no hay ninguna constancia que sepamos hasta la fecha en la escribimos esta publicación, se trataría de animales introducidos de manera accidental, probablemente a través de la venta y distribución de algún tipo de planta tropical, aunque sería algo anecdótico puesto que los ejemplares de ambas especies no se caracterizan precisamente por adaptarse con facilidad a nuevos hábitats, por lo que sería muy rara la naturalización de dichos ejemplares.
Loxosceles reclusa
Las arañas perteneciente a este género, Loxosceles, tienen algunas características que permiten distinguirlas de otros grupos, como son las que nombramos a continuación, aunque insistimos en la dificultad para distinguir especies concretas de arañas, siendo en la mayoría de los casos muy difícil a simple vista:
- Tres pares de ojos en el cefalotórax, agrupados de dos en dos, en lugar de los cuatro pares que suelen tener la mayoría de grupos de arañas.
- Una protuberancia de color oscuro con forma de violín invertido en la parte dorsal del cefalotórax, debido a la cual este grupo de arañas también toma el nombre de arañas violinistas. Cabe destacar que no podemos quedarnos con que la mera presencia de esta marca sea una señal distintiva única de esta especie, ya que muchas otras arañas del mismo género e incluso de otros distintos también tienen algo parecido; es más, en muchas ocasiones se busca únicamente el violín como señal para reconocer a estas arañas, cuando haría falta una identificación a un nivel más profundo. Además en algunos ejemplares hay que poner un poco de imaginación para ver el famoso “violín” en la protuberancia.
- Es de color marrón, pudiendo tener varias tonalidades en distintas partes del cuerpo, así como variar también en tono en los distintos ejemplares, siendo algunos más claros y amarillentos y otros más oscuros y rojizos.
Detalle del cefalotórax de una araña
del género Loxosceles
3. ¿Qué especie de araña reclusa podemos encontrar en la Península Ibérica?
La especie que habita en la Península Ibérica es la araña parda mediterránea o Loxosceles rufescens. Esta araña no solo se encuentra en la Península Ibérica, sino que tiene una distribución que podemos llamar circun-mediterránea, es decir se extiende por países y regiones en torno a dicho mar, además de otras como Estados Unidos, Este asiático, Australia, Madagascar y algunas islas del Pacífico y del Atlántico.
Podemos afirmar por tanto que es una especie cosmopolita que se distribuye ampliamente por todo el mundo, al contrario que las otras dos especies mencionadas anteriormente. De esta manera, queda claro que Loxosceles rufescens no es una especie que proceda de Norteamérica, ni que haya sido introducida, sino que, como muy bien dice Dª. Elvira Ocete Rubio, Catedrática de Entomología de la Facultad de Biología de la Universidad de Sevilla, “llevan con nosotros toda la vida…“. En algunos de los artículos consultados para la realización de éste se dice que es una especie endémica de la Península Ibérica, lo cual no es correcto, puesto que una especie endémica es aquella que es propia y exclusiva de una región o zona limitada.
Loxosceles rufescens
4. Entonces, ¿cuál es la especie de araña reclusa que se ha encontrado en Montequinto y otras zonas de Sevilla en las últimas semanas?
Todos los ejemplares determinados por el Departamento de Entomología Aplicada de la Universidad de Sevilla desde que llegó el primer ejemplar en 2013, hasta los últimos del día 14 de mayo de 2014, pertenecen a la especie Loxosceles rufescens. Desde la Facultad de Biología no se ha mencionado en ningún momento a Loxosceles reclusa ni a Loxosceles laeta como causante de los percances ocurridos en Montequinto, como parecían sugerir algunos medios.
Aunque la diferenciación de ejemplares del género Loxosceles no es fácil y presentan muchas características en común, existen algunas características diferenciales que permiten la diferenciación de L. rufescens de otras especies más peligrosas, como L. reclusa. Estas diferencias se presentan en pequeñas partes de los órganos, que son en las arañas como su DNI, así como en el dibujo en forma de violín del cefalotórax, que presentan líneas más rectas y angulosas en L. rufescens y líneas más curvas en L. reclusa, como bien se puede observar en las siguientes fotografías.
a) Forma del violín de L. reclusa. b) Forma del violín de L. RufescensPara poder observar estas pequeñas diferencias, hace falta un estudio completo de genitalias, bajo las lentes de una lupa binocular que amplíe la imagen lo suficiente para poder ver los detalles. En la identificación de los ejemplares en el departamento de Entomología han participado los doctores D. Javier Soria, Dª Mª Angeles López, D. Antonio Gallardo Cano y Dª Agustina Jiménez.
5. ¿Qué problema puede suponer la mordedura de las arañas del género Loxosceles?
El síndrome producido tras la picadura de ejemplares de este tipo de arañas es llamado aracnoidismo o loxoscelismo, y se caracteriza por una ulceración necrótica de la piel causada por la toxicidad de las enzimas proteolíticas de su veneno, siendo uno de los principales componentes la esfingomielinasa D. Las reclusas americanas, Loxosceles laeta y Loxosceles reclusa, tienen un veneno de acción proteolítica y necrolítica (disuelve poderosamente las proteínas y los tejidos). El daño provocado por estas arañas puede llegar a ser grave, sin embargo la mordedura a veces es dolorosa y a veces no.
El loxoscelismo puede presentarse en los pacientes en dos formas, según el cuadro clínico que presenten: Loxoscelismo cutáneo y loxoscelismo sistémico o cutáneo-víscero-hemolítico.
- El loxocelismo cutáneo se caracteriza por la aparición de una lesión local que comienza con picor y que se va volviendo progresivamente dolorosa con edema local-regional. En el sitio de la picadura se forma una vesícula o pápula que puede evolucionar a una placa eritematosa, con áreas rojo violáceas alternando con otras pálidas, que a los siete días oscurece formándose una escara que deja una úlcera de lenta cicatrización.
Loxocelismo cutáneo leve
- En las formas severas de loxocelismo sistémico hay fiebre alta, mialgias y anemia hemolítica con ictericia y hemoglobinuria, que puede llevar al fracaso renal agudo y, en ocasiones, al coma.
A pesar de todo esto, en el 90% de las mordeduras analizadas en hospitales de todo el mundo, los síntomas son leves y curan sin llegar a producir necrosis severas. En algunos estudios al respecto, se habla de una incidencia estimada de loxoscelismo dermonecrótico severo que requiera hospitalización de 0,37 casos por cada 100000 habitantes al año.
6. Entonces, ¿puede la especie ibérica producir los síntomas explicados anteriormente?
Afortunadamente la especie ibérica, Loxosceles rufescens, no llega a presentar síntomas tan extremos de loxoscelismo sistémico en caso de mordedura y los efectos del veneno, a pesar de ser de la misma naturaleza que los descritos anteriormente, afectan a las personas en menor medida, siendo en la mayoría de los casos, cuadros de loxoscelismo cutáneo leves, que solo en el caso de personas alérgicas al veneno, o con otros factores que potencien su efecto puede llegar a producir necrosis que afecten a una gran superficie.
Cicatriz tras mordedura de Loxosceles Rufescens
en un paciente en Turquía
El único caso de gravedad reportado es el que citan algunos medios de comunicación de una niña de 11 años alérgica a dicho veneno, y recientemente se ha hablado de el caso de otro hombre, del que no han trascendido más datos. En Alcalá de Guadaira se ha producido una mordedura a una niña, aunque se desconoce la especie causante.
Cabe recordar, como apunta el profesor de la Universidad de California y experto en este tipo de arañas Rick Vetter, al que hemos consultado:
“Primero, para asegurar que el daño es provocado por una mordedura de araña, hay que ver a la araña en el momento en que te muerde. Y aún así, el agravamiento de la úlcera necrótica y la afectación sistémica pueden deberse a reacciones alérgicas, e incluso pueden llegar a confundirse con necrosis producidas por infecciones bacterianas por Streptococcus aureus.”
Hay que destacar que aproximadamente el 50% de las personas que llegan a un hospital indicando que han sido mordidos por una araña no llevan el ejemplar, por lo que la causa de su afectación podría ser una araña o cualquiera de las mencionadas anteriormente.
7. ¿De qué factores depende que la mordedura de este tipo de arañas produzca síntomas más leves o más graves?
Los daños producidos por la mordedura de una araña del género Loxosceles, dependen del tamaño del ejemplar y el de sus quelíceros, que son las estructuras bucales mediantes las que inyecta el veneno. A mayor tamaño, mayor probabilidad de inyectar más veneno y por lo tanto producir más daño. También depende del sexo del ejemplar, ya que las hembras suelen ser más grandes que los machos y por lo tanto pueden producir e inyectar más veneno.
Otro factor a tener en cuenta es la cantidad de veneno inoculado, ya que la araña usa este recurso de inyectar veneno, principalmente para cazar a las presas de las que se alimenta, por lo que no suele malgastarlo en mordeduras defensivas.
Si junto con la inyección de veneno, la araña expulsa contenido gástrico, los síntomas y daños pueden agravarse, puesto que aumenta la probabilidad de que se produzca la necrosis de los tejidos por la combinación de las sustancias activas del veneno y de los jugos gástricos de la araña. La expulsión del contenido gástrico es la forma habitual de alimentación de las arañas, que digieren a sus presas fuera del aparato digestivo, formando una especie de papilla semilíquida que después ingieren.
La edad de la persona afectada por una mordedura de araña reclusa también influye en el daño producido, siendo más graves en niños, ancianos, y personas con hipersensibilidad o alergia al veneno.
8. ¿Qué tengo que hacer si me muerde una araña de este tipo?
Si una persona sufre una mordedura de Loxosceles rufescens, sobre todo por intentar manipularla, hay que actuar de forma rápida y efectiva, aunque intentando no alarmarnos sobremanera ni actuar inconscientemente no dándole importancia. Si estamos seguros que la araña que nos ha mordido es Loxosceles, las primeras recomendaciones pasan por lavar la zona afectada con agua y jabón, aplicar hielo o enfriar la zona para que el veneno actúe con más lentitud y mantener el miembro afectado en posición elevada, para evitar que el veneno se distribuya rápidamente, además de intentar capturar, vivo o muerto, al ejemplar que ha producido la mordedura, lo que facilitara su identificación por los profesionales sanitarios y posibilitará un mejor diagnóstico y tratamiento.
En las primeras horas hay que acudir al hospital para ver la evolución de la picadura, que será tratada con suero antiloxosceles, así como antihistamínicos y corticoides, a decisión de los profesionales sanitarios encargados. En la mayoría de los casos no se producirá una necrosis grave y la mordedura se convertirá en una inflamación dolorosa, edematizada en la que pueden aparecer pápulas, que remitirá al poco tiempo. Si aparece la necrosis, requerirá el ingreso de la persona afectada, aunque insistimos en que esto ocurre en pocas ocasiones y dependiendo del estado de salud y de la evolución del daño la herida podrá cicatrizar por sí sola desde dentro, o requerirá un injerto de piel.
9. ¿Hay una plaga de arañas reclusas en Sevilla y su provincia?
Todas las evidencias indican que no hay una plaga de este tipo de arañas en Sevilla, aunque no tenemos datos de estimaciones de número de ejemplares de la especie Loxosceles rufescens en esta zona en años anteriores, ni hay ningún estudio actual para determinar o estimar la cantidad de individuos de este año, aunque al igual que ocurre con otros animales puede haber cambios poblacionales significativos de año en año, producidos por múltiples factores como la introducción de vegetación distinta, no autóctona, el aumento de la cantidad de vegetación en una zona, el cambio de una zona de secano a una de regadío… Alguno de ellos o el conjunto de varios pueden producir una explosión demográfica en las arañas violinistas, o en otros grupos de artrópodos, lo cual puede explicar que hayan aparecido más ejemplares. También es cierto que a raíz del alarmismo que se ha creado en torno a este tema puede hacer también que la población esté más pendiente de las arañas que hay en las casas y se fijen en lugares y rincones donde antes no habían mirado, encontrando ejemplares de estos animales, que de otra manera no hubieran visto. A todo esto tenemos que sumarle que en muchas ocasiones la araña violinista mediterránea puede ser confundida con otras especies de arácnidos inofensivos.
10. ¿Qué recomendaciones debo seguir para evitar la mordedura de Loxosceles rufescens?
Las sencillas medidas que suelen darse para evitar el encuentro y la mordedura pasan por una principal que sería no intentar coger o manipular ejemplares de estos animales, si nos los encontremos en nuestros hogares. Es muy adecuado retirar y limpiar tras los muebles cada cierto tiempo para evitar que encuentren en ellos zonas adecuadas para establecerse, así como vigilar los respiraderos de los baños, donde también pueden vivir. A pesar de que a veces se da la información de lo adecuado de usar insecticidas domésticos en aquellos lugares donde es posible que estén, no es necesaria una sobrefumigación de casas, jardines o lugares públicos que puede tener consecuencias perjudiciales por acabar con otros representantes de la fauna del lugar que ayudan a controlar la sobrepoblación de especies perjudiciales para nosotros.
11. ¿Con qué especies de la Península Ibérica se puede confundir Loxosceles rufescens?
No es raro que mucha gente confunda a las arañas del género Loxosceles con las arañas de la familia Pholcidae, más conocidos como fólcidos, que presentan una coloración parecida y pueden tener incluso una mancha más oscura que puede recordar a un violín en el cefalotórax, aunque tienen las patas mucho más largas y suelen vivir en telarañas que tejen en rincones de techos y paredes. Los fólcidos son completamente inofensivos para el ser humano, y pueden ser animales muy beneficiosos para nosotros, ya que son cazadores muy activos de insectos y otros artrópodos que pueden plantear problemas para la salud en nuestra especie, como moscas y mosquitos.
Pholcus phalangoides
12. ¿Son beneficiosas o perjudiciales las arañas en general?No podemos olvidar, como ya se ha dicho anteriormente, que solo unas pocas especies de arañas pueden resultar peligrosas y no son en absoluto agresivas para los seres humanos, por lo que el miedo que tenemos a estos espectaculares animales es, en la mayor parte de los casos, irracional, lo que no quita que ocasionalmente se produzcan encuentros que terminen en mordedura. También es conveniente mencionar, que su capacidad depredadora las convierte en unos grandes aliados para mantener nuestras casas limpia de otros tipos de artrópodos y en el campo son unas buenas controladoras de plagas, por lo que creemos que es una imprudencia lanzar informaciones incorrectas, inadecuadas, poco veraces o sin contrastar, como se ha venido haciendo durante estos días, ya que crean una alarma en la población la mayoría de las veces injustificada.
Agradecemos a la web naukas.com por permitirnos compartir este artículo para informar a todos los vecinos de Montequinto.