Hoy, según dicen los expertos, magos e iluminados, es una fecha relevante en la historia de la Humanidad, según pronosticaron los mayas hace miles de años. Para algunos está próximo el fin del mundo y, para otros, se da el nacimiento de un nuevo Sol. Y es que estamos en un mundo dual que siempre está dividido entre los que tienen esperanza y los que encuentran cualquier excusa para predecir su apocalíptico final. También es verdad que, unos y otros, muchas veces se lucran de la ignorancia de la mayoría de gente, que busca fuera de sí mismos el devenir de su propia vida, de la Tierra y/o de la Humanidad…
Respeto las creencias de cualquier persona, aunque no las comparta o me equivoque! Y, si me tuviera que decantar por alguna de las dos opciones expuestas para el día de hoy -aunque hay versiones que lo retrasan hasta el día 21 de diciembre próximo, solsticio de invierno- eligiría el nacimiento de un nuevo sol y la consecuente llegada de nueva energía a la Tierra. Según los mayas (en su calendario cósmico Ox Lajuj Baktun) este fenómeno pasa cada 5.200 años, aunque en su calendario Tikú establece en 52 años “cristianos” el ciclo entero de vida -desde el nacimiento al renacimiento en nuestra personal concepción del Universo, recogido en la Rueda Maya- y que fija en 13 ciclos de 52 años el inicio de un nuevo ciclo de vida, que presuntamente empezará el próximo 26 de diciembre del 2012.
Sea como fuere y a pesar del baile de números, de años y de ciclos, algo importante se está fraguando en nuestro mundo actual y en la Tierra. Sólo hay que mirar a nuestro alrededor los drásticos cambios sociales, económicos, políticos y de todo tipo que tienen lugar en estos últimos tiempos: la crisis económica mundial, la pasada primavera árabe, los cambios profundos en nuestra sociedad, la aparición del fenómeno de los indignados a nivel mundial, el paulatino desmoronamiento del Sistema económico y político mundial, aparte de la convulsión sísmica y meteorológica de estos últimos años, con erupciones volcánicas, tsunamis, terremotos y otras catástrofes naturales o antinaturales, similares. Y, ni qué decir tiene, que su repercusión a nivel personal, en cada uno de los habitantes de la Tierra! Podríamos afirmar con una cierta rotundidad que actualmente estamos viviendo momentos convulsos de todo tipo y de sentido contrario, por un lado haciendo emerger lo peor de cada uno de nosotros, de la sociedad y del planeta y, por otro, la presunta concentración y reagrupación de las energías positivas y renovadoras -la llamada nueva conciencia-, tanto a nivel personal, social o planetario! ¿Vaciar lo viejo y peor, para volver a llenar con lo nuevo y mejor, tal vez?
Queramos o no, la vida es constante cambio. Y, desde mi humilde punto de vista, siempre a mejor, a pesar de lo que dicen los agoreros y mensajeros del mal y de la desgracia propia y ajena! Basta ver la evolución de la historia de la Humanidad para reconocer la mejora contínua, evidente y paulatina, en nuestro estilo de vida, en la consecución de logros sociales de todo tipo y en la mayor calidad de vida, en todos los sentidos! Pero, los excesos de todo tipo se pagan y en nuestra vida todo tiene su coste, su antes y su después! La acumulación de avaricia, el materialismo, la riqueza acumulada, la degradación del medioambiente, la injusticia perenne, la vanidad humana, la producción desmesurada y sin sentido, la paulatina degradación de los valores humanos, etc. son inequívocos signos del próximo final de una Era!
Como en nuestra propia vida personal, muchas veces hay que romper para luego rehacer y mejorar! Y, como en la vida, todo tiene su principio y su final, en forma de ciclos, civilizaciones o incivilizaciones, según lo quieras ver! ¿Dónde y cómo están hoy las civilizaciones antaño todopoderosas griegas o romanas, egipcias, mayas o atlantes, tras miles de años de existencia, habiendo sido la cuna de la Civilización actual? ¿Dónde está el más reciente poderío de la cultura europea y el todopoderoso imperio americano? ¿Dónde y cómo está hoy Asia o la India y países como China, Mongolia, Tibet, etc.? De entrada, deberíamos aceptar que la cultura, el arte y los rasgos sociales y culturales no desaparecen nunca del todo y se van acumulando civilización tras civilización, hasta llegar a nuestros días! Lo que sí desaparecen son las estructuras políticas, económicas y sociales -por tanto, creaciones efímeras humanas-, para adaptarse a los nuevos y cambiantes tiempos…
Por tanto, pienso que el cambio no es malo en sí, siempre y cuando estemos dispuestos a renovar lo viejo por lo nuevo, lo accesorio por lo importante, para poder mantener lo esencial… y reencontrarnos con el sentido verdadero de nuestra existencia! Y, en lo esencial sin duda está la Conciencia y la Sabiduría, los valores humanos y la evolución de cualquier tipo, aunque siempre que tenga sentido y muchas veces llegue disfrazada de revolución! Cada día creo más que el sentido profundo y verdadero es lo que marca la diferencia entre construir y destruir, entre amar y temer, entre vivir y morir, metafóricamente hablando! Y, mal que les pese a algunos que se resisten inutilmente al cambio, la verdad se acaba imponiendo a lo solo ficticio, lo ilusorio, lo solo humano… para dar una nueva luz a nuestra existencia!
Y, llegados a este punto, hoy a mis 52 años -recuerda, emblemática edad, según los mayas- si algo ha cambiado en mi vida es mi Conciencia, lo que me ha permitido al fin descubrir el sentido profundo que mueve hoy todos mis pensamientos, sentimientos y actos en mi vida! Lo que, además, ha propiciado también un cierto conocimiento del devenir de la vida y, si quieres, del Universo que nos rodea, pero ya no desde la limitada mente como antaño, sino desde el corazón! Como es adentro es afuera, como es arriba es abajo, todo pasa y nada permanece, son leyes cósmicas o divinas -o llámales como quieras- que guían los acontecimientos, desde cualquier átomo, hasta de una galaxia o del Universo entero. Y, particularmente, no necesito entenderlo con mi limitada razón, sino admitir su funcionamiento y aplicarlo a mi vida real y concreta! Eso solo me ofrece la evidencia de que algo Superior trasciende nuestra vida y le da un sentido pleno, mágico y eterno!
Tiene cierta guasa haber tenido que gastar 52 años de mi vida para llegar a aceptar esa realidad esencial, simple y eterna. Pero, lejos de culparme por ello, lo que tenía que pasar para llegar hasta aquí y al hoy, tenía que pasar, para aprender! Y hoy, ya convencido de que las cosas no suceden por casualidad o azar, que la Conciencia es lo único eterno que hay que despertar, y que el amor de verdad nace en el interior y llega tras vencer el temor, es mi mejor equipaje para empezar a andar por el nuevo mundo que ya se avecina! Se acabe o no este mundo tal como lo conocemos ahora, ahora veo que lo fundamental es cambiar la manera de verlo y, sobre todo, de sentirlo -ya solo desde el corazón-, encontrándole ya pleno sentido a lo que me quede por vivir! Y tengo la sensación de que aún me queda mucho por pensar, sentir, hacer y compartir con amor, desde mi Alma, en ese nuevo mundo que, al parecer, está apunto de empezar…
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