Título: 127 hours
Dirección: Danny Boyle
Guión: Danny Boyle, Simon Beaufoy y Aron Ralston
Género: Drama, Aventura, Thriller
Duración: 94 minutos
Orígen: Estados Unidos, Reino Unido
Año: 2010
Reparto: James Franco, Kate Mara, Amber Tamblyn, Treat Williams, Clémence Poésy, etc.
Soberbia paleolítica
Con una estética videoclipera, el director ganador del Oscar por Slumdog Millionaire (2008), Danny Boyle, nos entrega la historia verídica de un hombre que representó la eterna lucha del ser humano contra sí mismo. "Esta roca me estuvo esperando desde que fue un meteorito", dice el desventurado Aron Ralston (interpretado excelentemente por James Franco). Es una frase muy hecha, pero es cierta. La paradoja del hombre y su prepotencia tecnológica sucumbe ante una simple roca. Esa es la premisa que se explota con deslumbrante timing en la humanamente espeluznante 127 hours (2010).
En un día típico de expedición montañosa en Utah, Ralston pisó mal una piedra y se fue al muere en una grieta que está en el medio de la nada. De ahí, una puesta en escena magnífica nos sitúa cinematográficamente en esa cueva, para que vivamos el doloroso periplo junto a nuestro protagonista.
Cómo hicieron Boyle y Simon Beaufoy para no aburrir, es una incógnita que quizás sólo la puedan contestar tipos como Chris Sparling (guionista de Buried). Pero lo cierto es que, a diferencia de la citada película de Rodrigo Cortés, aquí se necesitan flashbacks y mucho ruido visual para no dormir al espectador. Quizás 127 hours es menos arriesgada que el film español sobre el americano enterrado en Oriente Medio por una cuadrilla de terroristas. Pero también es menos política.
Lo más injusto sería compararlas, pero es inevitable caer en ese vicio. Buried y 127 hours tienen en común el plot, pero el desarrollo es completamente diferente. Mientras la primera es vacua pero adrenalínica, la segunda propone más detenimiento en los sentimientos del protagonista. Sí, ambas necesitan de tecnología ostensible para que la trama sobreviva (cuando en realidad el personaje es quien debiera ser el centro de atención en la supervivencia), pero la cinta de Boyle goza de más lectura simbólica. Cuando Cortés precisa de golpes de efecto y shock (hacia la mitad de la película se le acababan los recursos y, para matar minutos, una serpiente irrumpiría en escena), Boyle transita por la historia de vida de un hombre que está atado a esa hazaña, porque debe superarse a sí mismo y convencerse de que es mejor que todos.
¿127 hours tiene autosuperación? No lo sé, pero transmite un sentimiento de desazón impresionante ante la situación que se divisa en pantalla. Es muy fingida, pero leído con detenimiento es muy destacable el contraste histórico que hay en la escena en que Ralston despliega todo su cargamento tecnológico (era contemporánea) sobre la piedra (prehistoria) que lo está atascando. Resignado a que el origen venza la superioridad de un hombre que cree que ya dominó el mundo, Ralston comienza su catársis (memorable la secuencia del talk show frente a la handycam) y avanza en el tedioso pero sabio sendero del aprendizaje sobre los errores.
El film cierra con una frase: "ahora Ralston siempre avisa adonde va antes de salir". Si bien la gráfica significa más de lo que debiera, y se toma un lugar demasiado imperante por sobre la imagen (lo cual hace un tanto simplona la propuesta), no se sabría definir el mensaje de no ser así. Si vamos al caso, todos conocen el final de la historia, porque todos conocen el caso del hombre que se quedó atascado en una fosa e hizo lo que hizo para escapar (no voy a decirlo para que no digan que hago spoiler como medio mundo).
127 hours es, de antemano, una película pasatista, porque se sabe qué va a suceder desde el desafortunado momento en que Ralston se cae y recién ahí deciden poner el nombre (lo cual nos pone frente al dilema, "¿debo soportarlo yo también?"). No obstante, es un ejercicio de reflexión. Un espejo en el que hay que verse para detenerse un momento y pensar si en verdad tanto de lo que tenemos no es poco ante una situación límite. No, no es un film con moraleja. Pero lo intenta, y eso es lo malo.