Revista Belleza

Por Javier1976

La irritación en la piel del rostro puede ser una afección bastante común, más de lo que se supone, y mayormente afecta a las personas de piel blanca o muy blanca, sobre todo si acostumbran a exponerse al sol de manera descontrolada, aunque las pieles más oscuras también pueden sufrir este tipo de molestia, no viene siendo tan frecuente. Esta afección se caracteriza por el enrojecimiento de ciertas partes del rostro y puede deberse a diferentes causas, dependiendo del tipo de piel de la persona y su metabolismo.

Para conocer como tratar y combatir la irritación en la piel tanto del rostro como en otras zonas del cuerpo, deberíamos conocer primero cuál es nuestro tipo de piel.

Diferentes tipos de piel y sus problemas característicos:

Como bien sabemos, cada persona aglomera un conjunto de características que la hacen única e irrepetible, sin embargo en cuestion de pieles, sobre todo del rostro, se pueden clasificar en varios tipos, a saber:

Se caracteriza por tener un balance de grasa y sequedad. Las espinillas y los puntos negros no son comunes en este tipo de piel. Es una piel firme y tiene poros pequeños o medianos.

Si tienes este tipo de piel, busca productos suaves preventivos que te la mantengan lozana y fresca. Apuesta por las mascarillas caseras preferiblemente.

Es fácil de reconocer porque casi siempre brilla y se siente cerosa. Esta piel es propensa a la aparición de puntos negros y acné debido a la hiperactividad de las glándulas sebáceas. Aun cuando no tenga granos ni espinillas, suele presentar brillos en la zona T ( barbilla - nariz - frente), y se debe mantener una higiene mas constante para evitar el mal aspecto.

El hecho de tener un rostro grasoso no significa que el resto de la piel del cuerpo lo sea. Para comprobar si tienes la piel grasa, pasa un pedazo de algodón o pañuelo seco sobre la cara; si al retirarlo parece mojado, es que tu cutis es grasoso, por eso debes aplicar tratamientos secantes para eliminar el exceso de grasa.

Te aconsejamos no abusar de las grasas saturadas, frituras ni hidratos de carbono porque pueden contribuir a aumentar la cantidad de sebo. También el calor y el exceso de sol inciden directamente sobre la piel, aumentando la sudoración y , con ella , el nivel de grasa . La mejor solución es lavarla a diario con agua templada ( nunca muy caliente, pues favorece la secreción de sebo) , tratarla con jabones elaborados a base de sustancias secantes, especialmente con azufre, cremas y lociones no grasos con poco alcohol y aplicar a menudo mascarillas para la piel grasa. Si el problema es grave, acude al medico especialista.

Al contrario de la piel grasa, esta piel tiene aspecto reseco, y a menudo, descamado. Posee poros pequeños, es suave y casi nunca tiene barros o espinillas. Aunque no muestre un aspecto áspero, puede tratarse de una resequedad temporal debido al frío intenso del invierno, al efecto secante de la exposición al sol o a la madurez del cuerpo que produce una disminución del funcionamiento de las glándulas sudoríparas o sebáceas.

Las soluciones a este problema en el cutis, es evitar lavar el rosto con agua muy caliente, porque elimina los aceites naturales de la piel. Es imprescindible una buena y constante hidratación con cremas especiales para este fin, así como consumir líquidos y procurar salir protegida a la calle, así el aire, el calor o el frío no dañarán tu cutis. Ademas deberás de exfoliar la piel cada cierto tiempo, retirando las células muertas y dejándola preparada para una correcta hidratación sin problemas de absorción.

Esta es la piel más difícil de reconocer y tratar, ya que tiene características de las dos anteriores. La distribución de las zonas secas y grasas son similares: El mentón, la nariz y la frente suelen ser grasas ( la llamada zona T ) , mientras que los pómulos y el contorno de ojos son secos. Esta requiere mas cuidados y atención comparada con las otras dos, porque tiene zonas delicadas propensas a la resequedad y otras otras mas duras, en las que la segregación de grasa es excesiva.

Procurar humectar tu piel a profundidad y con delicadeza con cremas o lociones especificas en la parte seca; y aplica tratamientos secantes en la zona T. Otra opción es usar productos para pieles normales porque respetarán el equilibrio entre las dos zonas de tu rostro. Nunca utilices productos que no mencionen si son para pieles mixtas o normales, porque podrían empeorar su condición.

Puede ser grasa, seca o mixta. Es muy delicada, y los problemas típicos de cada una de las demás le inciden negativamente, agravando el cuadro general. Esta piel en especial es propensa a irritación y el enrojecimiento, y responde drásticamente ante los efectos negativos del sol, el frío, el calor o la humedad.

No hay causa definida para este tipo de piel, simplemente tiene una epidermis tan fina que apenas protege a la piel, haciéndola sensible a los agentes externos.

Buscar solución a este tipo de cutis debe ser con mucha consciencia, y con productos respetuosos de la dermis y de su equilibrio natural. Ten cuidado con el sol, el frió o la humedad, porque son más despiadados que con el resto de las pieles. No la frotes ni maltrates, de lo contrario aparecerán marcas rojas o acné, generando irritación en la piel cuando menos te lo esperes. Existen una serie de productos especialmente diseñados para este tipo de pieles, y también será excelente complementar con productos naturales que siempre ayudan enormemente.

No te vayas sin leer: Conoce estas 5 enfermedades en la piel

¿Como Cuidar Naturalmente Un Cutis con Dermatosis o Irritación?

A continuación te ofrecemos soluciones naturales para tratar la irritación en tu piel de manera efectiva:

Ponga en un recipiente con un litro de agua las siguientes hierbas: Romero, manzanilla y menta. déjelos hervir por unos diez minutos y apague el fuego. Luego cubra su cabeza con una toalla grande e inclínese frente al recipiente para recibir el vapor que emana y cubrir su rostro con esa esencia de hirbas por diez minutos aproximadamente. ¡Es muy efectivo y purificador! Luego enjuague su rostro y seque con delicadeza.

Mascarilla de pepino y miel:

Es una combinación excelente para la dermatosis, y consiste en licuar un pepino y añadirle miel pura. Luego te esparcirás esa mezcla por toda la zona irritada de u rostro y la dejarás por diez minutos. Retira con agua templada, nunca caliente, pues tu rostro se afecta con la temperatura del agua.

Muchas veces, los problemas de piel vienen acompañados por una descompensación en el organismo en general, en especial en los órganos purificadores, como el hígado, vesícula, intestino y riñones.

Tomar tés de hierbas especiales para purificar tu sangre aportará beneficios extra que acelerarán el proceso de mejoría notable.

Te recomendamos las siguientes hierbas para preparar: manzanilla, milenrama o yerba de carpintero, hojas de col, tomillo, trinitaria, y menta. Bebe dos o tres tazas al día, y verás los favorables resultados pronto.

Si tu piel es realmente muy sensible y la irritación de la piel se hace muy evidente, es bueno utilizar aceites esenciales para la lozanía del cutis, como los siguientes: Aceite de coco, aceite de sésamo, aceite de manzanilla y margarita, y el tan utilizado aceite de oliva. Aplica en las noches antes de dormir y verás la diferencia al amanecer!

Finalmente, si tu enrojecimiento en la piel es persiste, te recomendamos acudir a un dermatólogo, que podrá recetarte diferentes tipos de cremas o tratamientos adecuados y eficaces.

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