Revista Cine

13 Asesinos

Publicado el 02 septiembre 2011 por José Angel Barrueco
13 Asesinos
Podríamos decir que 13 Asesinos, una de las últimas películas de Takashi Miike, es una revisión de Los 7 samuráis y Los 7 magníficos, pero Miike no se conforma con el mero reciclaje o con homenajear: tiene su propio estilo y éste es ágil, humorístico a ratos, contundente, visceral, rompedor. A Miike no le interesan las coreografías del cine oriental que tanto se llevan ahora (y que a mí me entusiasman), sino que su puesta en escena aboga por la confusión de la batalla y la rudeza lírica de los samuráis, pues sus guerreros parecen búfalos que, sin embargo, se movieran como bailarines, y esto es un halago; de hecho, es lo que pretende: los movimientos de los luchadores son tan brutales como sus palabras y sus tonos de voz, pero al mismo tiempo destilan cierta poesía. Por otro lado, la fotografía está más próxima a las películas de artes marciales de los 70 que a la belleza de los filmes de Ang Lee o Zhang Yimou.
El argumento es sencillo: a un grupo de hombres les encomiendan la misión de pararle los pies al hermano del Shogun, experto en fechorías, violaciones y masacres. Pero, sólo con esa línea argumental, Miike construye una poderosa oda a la muerte, al combate y al honor propio del samurái. Al estilo de Los 7 magníficos o Doce del patíbulo, resulta muy interesante el reclutamiento de algunos de esos guerreros, y la manera en que el director los dota de entidad. Así, por ejemplo, el cabecilla y protagonista (visto en Babel, Seda y La anguila, entre otros); o el tipo que pide dinero por servirlos con su lanza y su vida; o el peregrino de la montaña que no utiliza espadas; o el apostador; o, para mí el mejor de todos, el ronin que recuerda al héroe de los cómics de Lobo solitario y su cachorro, una máquina de matar con katana. 13 Asesinos es un espectáculo, un baño de honor y hemoglobina.  

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista