14 de abril ochenta y cuatro aniversario de la proclamación de la Segunda República

Este próximo 14 de abril es un día importante en el calendario de muchos de nosotros, dada la importancia que le damos al ochenta y cuatro aniversario de la proclamación de la Segunda República. Somos unos cuántos los que tenemos muy presente este día por creer firmemente que la república es la legítima forma de estado y gobierno que tendría que tener nuestro país, al no tener en demasiada estima –por decirlo de una manera educada- a la institución de la monarquía y a aquellos que la forman, y la experiencia nos demuestra que de poco nos han servido, más bien ha sido todo al contrario siendo ellos los que se han servido de nosotros. La monarquía es una institución anacrónica y que nos representa un gasto excesivamente elevado, y no tendríamos que olvidar que fue a través de un golpe de estado y una posterior guerra civil (36-39), en la cual lucharon muchos de nuestros familiares en defensa de la libertad, que se puso fin a la segunda República, y que la instauración de la monarquía después de la muerte del dictador (1975) nunca fue refrendada por la ciudadanía.

Todo se inició un 12 de abril de 1931 con unas las elecciones municipales, donde el triunfo de los partidos de izquierdas y republicanos en la mayoría de ciudades llevó al rey Alfons XIII a tomar el camino del exilio, proclamándose dos días después la Segunda República (14/04/1931). Estudiando un poco los convulsos años de la República queda claro que esta no fue la panacea capaz de arreglar todos los males de este país, puesto que entonces, al igual que ahora, es francamente difícil darle solución a según qué temas o continúa habiendo poca voluntad en querer arreglarlos. Pero al margen del denominado bienio conservador, durante la República se trabajó mucho y bien para entre otras cosas intentar dar solución a algunos problemas endémicos de las Españas–como el intento de hacer una nueva reforma agraria que pusiera las tierras en manso del pueblo, o la revolucionaria reforma educativa que por primera vez se propuso hacer llegar la educación a todos los niños del país creando una escuela pública, obligatoria, laica y mixta-, se buscó poner solución en las aberrantes diferencias sociales y al caciquismo existente, se implantó el sufragio universal haciendo extensivo el derecho de votar a las mujeres y se buscó devolver en el pueblo catalán algunas de sus libertades perdidas siglos atrás.

Con unas palabras pronunciadas por Antoni Rovira i Virgili, estando en mi ciudad al poco de la proclamación de la República, se pone de manifiesto el sentimiento de esperanza que supuso incluso en la religiosa y conservadora ciudad de Vic:

Ai, adéu Ciutat de Vic,
bé en mereixes ser lloada:
has desterrat els cacics
i t’has fet republicana.