-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear vínculos..."
-Efectivamente -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...*
Aunque a veces sienta que no soy capaz y que no tengo nada interesante que decir, yo tengo que seguir escribiendo en mi blog. Y mi blog será para mí lo que fue la rosa para el principito. Continuaré a visitarlo todos los días, y lo dejaré hablar aunque no siempre me guste lo diga; y yo le diré con sinceridad lo que pienso poniéndo atención en mis palabras, para no herirlo. Lo alimentaré y lo haré crecer. Quizás no será uno de los más bellos de la blogsfera, ni tampoco el más original, ni el más brillante, ni mucho menos el más intelectual y culto - pero será siempre mío. Y terminará siendo para mí único en el mundo, aunque haya millones de los mismos, y yo seré única para mi blog, porque sin mí este no existiría.
Y si el blog es para mí como la rosa con cuatro espinas para el principito, ustedes son como el zorro para mi blog. Entonces tendré que crear un vínculo con ustedes, a través de un rito (otra cosa también olvidada). Escribiré algo todos los días y a la misma hora. Así tú podrás irme a buscar entre miles de publicaciones sin temor a no encontrarme, porque sabrás que yo te habré hablado a esa misma hora. Y los domingos sabrás que yo estaré rellenando mi tintero para recuperar mis energías y poder seguir hablándote por el resto de la semana. Y aprenderás a reconocer mi voz y las barrabasadas que digo, y no te asustarás cuando no suene muy contento o cuando diga algo fuera de lugar, porque serás mi amigo, porque habrás aprendido a conocerme y porque habremos creado un vínculo. Así que, a donde quiera que tú estés, debes saber que regresaré siempre a media noche de Italia y que si me esperas o me buscas a esa hora, yo estaré ahí, para hablar contigo.
Oh, estaba casi olvidándome de los pensamientos absurdos que me vinieron esta vez leyendo El Principito. Tienen presente el Codigo Da Vinci de Dan Crown -historia escrita a lo filme americano con tantas marcas de automóviles, patrullas de policía, helicópteros y escenas a lo MacGyver; bueno, mientras estaba dejándome fechar de nuevo por mi pequeño príncipe, mi cerebro - y será por vía de la postovulación literaria, deben perdonarme - comenzó a hacer de este libro una película, perdón, un libro a lo Dan Crown y nació Codigo de Saint-Exupéry, que les contaré mejor en el próximo post.
Hasta el lunes querido Blog, hasta el lunes estimado Blograchero.
* El Principito,Antoine de Saint-Exupéry