Hacer ejercicio (o cualquier otra actividad) puede ser muy difícil para las personas con Fibromialgia. La rigidez, el dolor, y sobre todo la fatiga, resultan tan intensos, que sólo levantarse de la cama puede significar un gran logro.
Ya son muchos los estudios que han comprobado que el ejercicio es una de las mejores formas de mejorar y controlar los síntomas de Fibromialgia y muchos pacientes con la enfermedad son testigos de ello, sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo.
Por ello, si eres de las personas que ya ha decidido empezar a hacer ejercicio pero no sabes cómo hacerlo, te damos 14 tips que debes tomar en cuenta para lograrlo:
1. Consulta a tu médico antes de comenzar cualquier tipo de ejercicio para la Fibromialgia.
2. Comienza con un programa de ejercicios de rango de movimiento y flexibilidad. Consulta a tu médico para determinar los ejercicios que mejor funcionarán para tus circunstancias particulares.
3. Tras haber establecido y adaptado a un programa de ejercicios de movilidad y flexibilidad, incorpora un entrenamiento de ejercicios de fuerza y aeróbicos a tu rutina. Hazlo lentamente y aumenta tu resistencia con el tiempo.
4. Si estás comenzando a hacer ejercicio, inicia con sesiones diarias de 5 minutos de ejercicio de bajo impacto, como andar en bicicleta estacionaria o ejercicios de agua. Aumenta el tiempo invertido de manera semanal (por ejemplo, aumenta un minuto cada semana), hasta llegar a sesiones de 20 a 30 minutos.
5. Evita el exceso de ejercicio, ya que puede provocar lesiones y el empeoramiento de la fatiga y el dolor. No corras riesgos innecesarios.
6. Evita la resistencia excesiva durante un entrenamiento de fortalecimiento, pues puede provocar microtraumatismos musculares. La postura incorrecta en máquinas de fitness o hacer ejercicio durante brotes (o periodos de dolor intenso) también puede ocasionar el empeoramiento de los síntomas en algunos casos.
7. Si no puedes tolerar las sesiones largas de ejercicio divídelas. Por ejemplo, si tu médico te recomendó 30 minutos de ejercicio, divídelos en periodos más cortos de 10 minutos, y hazlos tres veces al día. Esto te permitirá alcanzar tus metas de acondicionamiento físico sin riesgo de agotamiento o dolor.
8. Debido a que la fibromialgia puede ocasionar rigidez en los músculos, es recomendable realizar ejercicios de estiramiento antes de comenzar con una sesión de ejercicios, para evitar lesiones.
9. Si antes de tener Fibromialgia eras una persona muy activa, no te precipites. Debes a comenzar a ver el ejercicio de otra manera, tómalo más lentamente y aprende a escuchar a tu cuerpo. Con el tiempo te irás dando cuenta de qué nivel de ejercicio es bueno para ti y cuánto es demasiado. No te sobre exijas, pues puede ser contraproducente.
10. Encuentra un ejercicio que te guste. Una de las cuestiones que más importarán para que no abandones la actividad física y cumplas con tus objetivos es que realices actividades que te gusten. Prueba con varias cosas y quédate con lo que más te agrade.
11. Haz ejercicio en el momento del día que te sientas mejor. Muchas personas con Fibromialgia indican estar mejor de las 10 am a las 3 pm, pero cada caso es diferente. Identifica ese momento y ocúpalo para ejercitarte.
12. Toma los descansos que sean necesarios. Si a los pocos minutos de haber empezado tu rutina sientes la necesidad de descansar, hazlo. No tengas miedo de ir despacio, encuentra tu propio ritmo.
13. Toma una ducha o baño caliente después del ejercicio. Esto ayudará a relajar tus músculos probablemente doloridos.
14. Sé paciente. Aunque el ejercicio puede mejorar los síntomas de la Fibromialgia, los efectos nos siempre son inmediatos. Los beneficios del ejercicio en realidad se logran ver a largo plazo; puede tomar hasta seis meses antes de que notes un cambio en tus síntomas.
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