Este lunes se cumplen tres lustros de la prematura marcha de uno de los más grandes talentos musicales que jamás tuvimos. Enrique Urquijo, voz y alma máter de Los Secretos nos dejaba aquel día gris de noviembre sin despedirse, su cuerpo era encontrado en un desvencijado portal de Malasaña. Una pérdida insustituible.
Al final de la década de los noventa por las calles del hoy enérgico y amable Malasaña aún se pagaban los excesos de tiempos anteriores vividos con demasiada intensidad. Los vecinos más veteranos del barrio aún recuerdan como sus portales y escaleras eran refugios, no tan improvisados, donde el escabroso tema de las drogas campaba a sus anchas, una peliaguda convivencia con la que se tuvo que compartir espacio día tras día. Un fogonazo de esta dura realidad lo encontramos en el portal número 23 de la Calle Espíritu Santo. En su interior, un desapacible 17 de noviembre de 1999 era encontrado sin vida el cuerpo de una de las voces más relevantes de la ‘movida’, la de Enrique Urquijo.
La vida intensa los años ochenta resultó un peaje demasiado alto y caro para alguno de sus protagonistas, por mencionar sólo a un par de ellos podemos hablar de Antonio Vega, de Nacha Pop o del propio Enrique, voz y fundador de Los Secretos. Este madrileño, criado en el barrio de Argüelles, fue el creador de auténticos himnos como ‘Déjame’ o ‘Sobre un vidrio mojado’. Después de dejar Los Secretos retomó su carrera con Los Problemas, con quienes sacó dos discos más pero su enésima recuperación se vio truncada aquel frío miércoles, con tan sólo 39 años. Después de dos días desaparecido, sin que nadie de su entorno más cercano tuviese noticias de él, su cuerpo sin vida era encontrado en el interior de este portal de Malasaña, de madrugada.
Su voz grave y su mirada triste callaban para siempre, no así su música. Aún son muchos los seguidores de Enrique, y de este grupo, que se acercan hasta este portal y le rinden un último homenaje, firmando con alguna de sus estrofas sobre la última puerta que lo vio entrar con vida pero jamás salir. Madrid y sus calles también encierran capítulos amargos y la Calle del Espíritu Santo, hoy una de las más alegres de la capital, sabe bien de lo que hablo.
Os dejo varios de mis temas preferidos de este grupo.
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Madrid, te comería a versos