Seguimos jugando a “Atahualpa”.
- CAMINAR POR EL CASCO HISTÓRICO DE HOIAN Y OBSERVAR LA VIDA EN EL RÍO. Hoian es de esas ciudad que, simplemente, te gustan. Es conocida entre los viajeros como el lugar ideal para hacerte ropa a medida. Se supone que los precios son realmente bajos y que, si conseguís caer en un buen sastre, podés adquirir ropa de calidad a muy bajo costo. Muchos llegan a la ciudad de las casas amarillas sólo en busca de ropa buena y barata. La gran cantidad de visitantes que atrajo este negocio de la ropa a medida produjo una explosión de restaurantes, bares, cafés, hosterias y puestos para comprar recuerdos. Uno sabe que cuando llegue va a cruzarse con más turistas que locales, pero a pesar de eso es uno lugar que te gustan. Simplemente, es lindo. El casco antiguo con sus casas amarillas, sus techos de tejas oscuras, su puente japonés y sus galerías de arte te invitan a caminar despacio y a tener los ojos bien abiertos. Los templos de varios colores rompen la monotonía amarilla y te invitan a observar con atención las ceremonias que en ellos se desarrollan. Los farolitos de colores que alumbran de noche el puente que cruza el río te hacen sentir en un cuento y, si el presupuesto lo permite, comer en las terracitas con vistas al río es una manera muy linda y relajada de terminar el día.
Además de ropa a medida se venden zapatos..
A esto se suma la actividad diaria, sobre todo bien temprano a la mañana, que hay en el río, cerca del mercado. Es posible ver cómo los pescadores preparan todos sus instrumentos, salen y vuelven con las palanganas llenas de pescados. Los lavan, acomodan, pesan y venden en el mercado donde también se pueden comprar otros productos frescos.
- VER CÓMO AMANECE LA CIUDAD Y SE DESPIERTAN LOS SENTIDOS EN HOAN KIEM LAKE. A Dino le cuesta mucho levantarse temprano, por eso casi nunca disfrutamos los amaneceres, pero el día que llegamos a Hanoi el bus nos dejó en una avenida a las 4 de la mañana. No sabíamos dónde estábamos ni para dónde ir. Empezamos a caminar. Era de noche y no había mucho movimiento en la ciudad. Nos cruzamos de casualidad con unos extranjeros que nos dijeron la dirección hacia el centro. Caminamos hacia allá con la idea de esperar que un bar abra sus puertas, desayunar y salir a buscar la casa de nuestro Couch, pero debíamos llegar a una hora razonable. La caminata hacia el centro nos llevó al lago Hoan kiem. Allí, todavía de noche, nos sentamos en un banco a esperar y vimos que comenzaban a llegar cada vez más personas de todas las edades. Al ritmo de la música (o del silencio) comenzaban a realizar sus actividades físicas. Admirable. Pero lo que más nos sorprendió fue cuando vimos que al ritmo de “La vida es un carnaval” los vietnamitas bailaban y se divertían a orillas del lago.
- NAVEGAR EL DELTA DEL MEKONG. El Mekong es uno de los ríos más místicos de Asia y la desembocadura en forma de delta se ubica en Vietnam. Así que es una muy buena idea navegar los distintos brazos del río que forman el delta, dormir en alguna de sus ciudades y observar, muy atentamente, cómo se desarrolla la vida en el agua. Casi todas las agencias te ofrecen lo mismo, así que no vale la pena pagar de más. Una de las cosas más interesantes es visitar los mercados flotantes. Como siempre, cuando están muy abarrotados de visitantes se pierde un poco la autenticidad, pero en este caso no pierde el encanto. Una de las causas es que los pobladores locales siguen intercambiando sus productos de esa manera y en ese lugar porque es la única forma que tienen para hacerlo, no lo hacen porque van extranjeros a verlos. O, por lo menos, es lo que pasa en los mercados más chicos.
- VISITAR LOS TÚNELES DE CUCHI Y EL MUSEO DE LA GUERRA DE VIETNAM. Muchas veces la palabra Vietnam se asocia solamente con la guerra. A pesar de esto, en nuestro recorrido sólo nos cruzamos con este concepto cuando llegamos a la ciudad de Ho Chi Min (ex Saigón). Allí se encuentra el museo de la guerra de Vietnam. Sinceramente, nos esperábamos otra cosa, un museo más explicativo, más informativo, más organizado. Nos encontramos con algunas fotografías interesantes, pero con muy poca información del antes, durante y después de los acontecimientos.
La excursión a los túneles de cuchi son de esas actividades que “tenés que hacer” si estás por ahí. Por un lado, nos pareció muy interesante la explicación de cómo vivían en los túneles y de cómo planificaban y llevaban a cabo los ataques: muy rudimentario, con elementos de la naturaleza, inteligente y eficaz. Pero por otro lado, algunas cosas parecían “Disneylandia” y eso ya no nos gusta tanto: por ejemplo, había áreas en las que los visitantes podían comprar balas y disparar tiro al blanco. No nos parecía acorde al lugar…
Además, en la excursión a los túneles pasamos por un templo del caodaismo, una religión que no conocíamos y que reúne elementos del cristianismo, islamismo, confusionismo, hinduismo y budismo. Pueden leer más en este link:
- DEGUSTAR LA COMIDA VIETNAMITA EN LOS PUESTOS CALLEJEROS. Las mesas y sillas bajas son características de Vietnam. Están por todas partes y siempre te invitan a descansar. Una de las cosas que más nos llamó la atención es que en casi todos los puestos de comida que tienen las sillas y las mesas bajas en la calle te sirven una comida (o variaciones de una misma comida). Entonces, no hace falta elegir qué comer. Si te sentás en un determinado lugar significa que querés comer lo que allí se sirve.
Es importante saber que Pho es como se conoce a la sopa de fideos que se come a toda hora y en todo lugar, sobre todo para el desayuno (hay variedades con trozos de carne y distintas verduras), y Com es la comida con arroz. Van a encontrar estas dos palabras en casi todos los carteles del país.
Entre las delicias que comimos están:
Bun Bo Nam Bo: son fideos de arroz con verduras y con un aderezo de cebolla salteada y maní triturado.
Bo luc lac: trozos de carne salteados con salsa de pescado. Van acompañados por papas.
Bo nuong la lot: arroyaditos de carne envueltos en algas.
Lanh aua nau mang: una sopa de fideos con bambú.
Bun bo hué: sopa elaborada con fideos finos de arroz, verduras y caldo de ternera con muchas especias. Predomina el uso de la hierba limon.
Nem (en el norte) y Cha gio (en el sur) es el nombre que reciben los famosos arrolladitos primavera (springrolls). En Vietnam tienen la particularidad de que muchos las acompañan con salsa de pescado en vez de salsa de soja, aunque esta última también se come mucho.
- DESCUBRIR QUÉ HIZO Y QUIÉN FUE Ho Chi Min. Una de las imágenes que más se repite en Vietnam es la de Ho Chi Min. La encontramos en estatuas, billetes, afiches, cuadros en las casas y comercios, libros, etcétera. Para saber un poco más sobre este líder una buena opción es visitar su mausoleo en la ciudad de Hanoi. Les recomendamos verificar los horarios, porque cambian bastante y suelen cerrar temprano. Otra buena idea es conversar con los locales para llevarte una idea más global y, al mismo tiempo, más real de la historia y los mitos que rodean a este hombre.
- VIAJAR EN UN BUS CAMA DE NOCHE Y EXPERIMENTAR EL “SAME SAME BUT DIFFERENT”. Todos los viajeros que algún día estuvieron en el sudeste asiático habrán escuchado alguna vez la frase “same same but different” (es lo mismo pero diferente). Es tan popular esta frase que hasta aparece escrita en las remeras que se venden en los puestos de las ferias. Cuando nosotros ingresamos al sudeste asiático ya conocíamos esta frase pero no sabíamos que la íbamos a experimentar tan pronto. Nuestros primeros contactos fueron cada vez que nos tomamos un bus cama nocturno. Cuando nos decían que tenía baño, no tenía; cuando nos decían que paraba para comer, no paraba; cuando nos decía que salía 7 dólares, nos querían cobrar 8 o 9 al otro día que íbamos a comprar el ticket; cuando nos decían que nos dejaba en el centro nos dejaba en las afueras de la ciudad y cuando nos decían que tardaban cuatro horas, tardaban seis o siete. Same same… but different!
Más allá de estas situaciones que se repiten continuamente, viajar en un bus cama por Vietnam o cualquiera de los países limítrofes es toda una experiencia. Los hay de varias categorías y formas, algunos más cómodos que otros, algunos más modernos que otros y algunos más limpios que otros, pero vale la pena subirse a alguno. Puede ser que viajen muy bien o puede ser que sea la peor noche del viaje…
No tenemos fotos de los interiores, pero esta es una que se ve algo de cómo son los buses más modernos… (lo cual no significa que vayas a viajar cómodo…)
- PERDERTE EN LOS “ALLEY” Y ANIMARTE CON LAS PELUQUERÍAS CALLEJERAS. Los alley son como callejones que “nacen” desde las avenidas principales de las ciudades como Ho Chi Min y Hanoi. Caminás por ellos y vas encontrando nuevos caminos que llevan a otros caminos (a veces un poco laberínticos). Allí es donde viven la mayoría de los habitantes de las ciudades. Allí es donde nos alojamos con las familias que nos recibieron de couchsurfing. Lo más interesante es que si te metés a caminar por ellos, sobre todo lejos de la zona céntrica, podés descubrir cómo es la vida cotidiana: vas a ver a los chicos que salen y entran de los colegios, a las señoras comprando y vendiendo productos frescos en pequeñas callejuelas, a los señores jugando a las cartas y tomando café y a los peluqueros callejeros que te insistirán en que caigas en sus garras.
Entrada a un alley.
Una de las tantas peluquerías escondidas en las ciudades.
Algunos extras:
- Tampoco dejen de recorrer la ciudad de Ho Chi Min, con sus alley, sus plazas, sus mercados, sus edificios coloniales franceses, sus edificios emblemáticos como el Correo y el Palacio, sus pagodas chinas y sus museos.
- Otra ciudad por la que pasamos pero que no pudimos recorrer por las intensas lluvias que no querían parar fue Hué (la antigua capital del imperio Nguyen). Estuvimos allí tres días sin poder hacer nada y al cuarto decidimos continuar viaje hacia el sur. Nos recomendaron visitar su ciudadela así que será para la próxima vez.
- También pasamos por la ciudad de Nha trang, una ciudad balnearia que no nos gustó mucho, pero como siempre decimos, las cuestiones de gusto son muy subjetivas. Para nosotros no significó ningún aporte. No descubrimos nada nuevo de la cultura vietnamita y las playas no nos parecieron nada maravilloso.
Pueden leer la primera parte de “15 cosas para hacer y ver en Vietnam” en este link.
Este post forma parte del juego “Atahualpa”, en la categoría Recordar es vivir dos veces.
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