Todavía, fresco como pintura, tengo el recuerdo de aquella sensación cosquilleante en la panza, esa, la que semeja el revolotear de un pecesito en uno de esos estanques de consultorio, con filtro de burbujas incluido y piedritas de colores.
Desde el primer momento, ya moría de curiosidad por averiguar la forma de tus ojos, el color de tu pelo y mil veces pregunté al universo, cómo sería ese instante, en el que te viera y me vieras por primera vez.
Así, entre ultrasonidos y médicos, hiciste tu aparición un poquito antes de lo previsto, como si tuvieras urgencia de regalar tu pacífica y dulce presencia a este mundo.
Ese día supe lo que era el amor para siempre, el incondicional, el infinito, el que sólo se conoce cuando la luz de la vida alumbra sin fin la existencia con su arribo.
De ese modo y de tu mano, comenzó la mejor aventura de mi vida, entre la ignorancia y el deseo de hacer lo mejor posible, se quedaron colgados del perchero de hierro ondulado los trajes sastre, las camisas a doble puño, el portafolios y el portátil, y el polvo fue cubriendo poco a poco aquella oficina en el edificio corporativo. De un día a otro me ví intercambiando reuniones maratónicas por hermosas noches en vela contemplando tus sueños.
Comenzó el trayecto por un caminito de pasatiempos sencillos y altamente emotivos, me dediqué a seguir paso a paso tus descubrimientos y aprendizajes haciéndolos un poco míos.
Tus primeras risas me abrieron los ojos a universos nunca antes vistos ni previstos, de a poco, fuiste construyendo tu mundo paralelo al mío. No cabe duda que no he tenido mejor cátedra en esta vida, que la que tú con tu sabiduría me has ido dejando cada día.
Te he acompañado desde entonces sin perderme ninguno de tus pequeños y grandes triunfos, tus satisfacciones y felicidad son y serán las mías, no hay nada que yo por ti no haría.
Y ni cuenta te das que tú has sido mi mejor compañía, cómplice y amiga.
El tiempo abre sus alas y vuela de prisa. Has ido dejando atrás las hadas y princesas, y las estrellas me han dicho que entre tú y yo hay una conexión única, que viene de otras vidas y que será eterna en las siguientes. Y lo sé y sé que tú también lo sabes.
Tu vocecita me acompaña cada día por todos lados, acompaña mis silencios, me llena de música y me hace danzar de alegría por saberte en mi vida, por la dicha de que tú eligieras este destino.
El orgullo por ti se me desborda de las manos, no encuentro en el mundo un lugar suficientemente grande para colocar lo mucho que te admiro.
Eres única y me has regalado felicidad continua, sin límite, por encima de cualquier expectativa.
Serás grande, por ese espíritu fuerte y a la vez noble con el que te vas ganando al mundo que vas encontrando a tu paso, traes el triunfo y la suerte de tu lado.
Y te miro, y sonrío, y cada minuto doy gracias a todos los dioses de todos los mundos por tu presencia, por la felicidad de poderte contemplar llena de ilusión mirando al futuro, de poder ver el sol reflejado en tu pelo rubio, de mirar con sorpresa esos ojitos que me dan tantas respuestas sin preguntas.
15, pronto serán quince, y con ello quince mil nuevos caminos que recorrer y debes saber, que siempre contigo. A un lado o al otro o detrás, pero siempre mi corazón contigo mi pequeña niña.
Nena, te amo infinito + infinito.
∞ + ∞
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