He escrito varias entradas específicas para esta fecha (2009, 2010, 2012 y 2014) dandole vueltas una y otra vez a los múltiples condicionantes que repercuten en que las cifras de cumplimiento VERDADERO de la higiene de manos ronde un 40% (en global).
Veo que aunque los profesionales SABEN la importancia del concepto es necesario ayudarles a concretarlo en los ejemplos puntuales del día a día. Que aunque los mandos intermedios CONOCEN la importancia de que los elementos estructurales sean los adecuados necesitan una guía clara de criterios para completarlos y una ayuda práctica para monitorizar la evolución de los indicadores (uso de Solución hidroalcoholica y observación de realización). Que aunque los responsables de seguridad de los centros SON CONSCIENTES de que una campaña anual no resuelve el problema parece no quedarles más alternativa que sumarse y tal vez falte valor para intentar abordajes novedosos. Que aunque los directivos QUIEREN conseguir una mejora en esto y proporcionan el soporte estrucutral y formativo necesitan evidencias de que son otros abordajes los que cambiarán dramaticamente la situación y que esos abordajes valen la pena. Que los servicios centrales de las consejerías y el ministerio ACTUAN de arriba a abajo para mantener el vigor del mensaje y fomentar la producción de evidencias al respecto, pero no son los que realmente tienen que "lavarse las manos".
Veo todo esto y me pregunto ¿cómo puede ser que usar tan poco líquido sea tan difícil?
1,5 ml por pulsación... eso es lo que sale de los botes de solución hidroalcoholica (vale, no es un estudio pero es un ejemplo) y pueden representar tanto...
En este 1,5 ml está la diferencia
Se habla en algunos documentos de "comportamiento"; yo he preferido hablar de "hábito"; Enrique Castro citó un estudio que hablaba de apelar más a los elementos emocionales que a los conocimientos como factor de cambio.Hemos tratado de jugar, de concursar, de "repesentar"... hemos dado largos cursos y breves charlas en los cambios de turno... pero tal vez debemos de dejar de buscar una "bala mágica" y estudiar en cada medio los condicionantes que pueden estar alterando una actividad que los profesionales saben y quieren hacer y que los usuarios empiezan a reclamar.
Jugando a las fluorescencias