Entre los documentales que optan a ser finalistas de cara a los Oscar encontramos algunas producciones de fuera de Estados Unidos que, como ya comentamos en la primera parte, tienen en común el trampolín de Sundance como marca de prestigio. Ahí están las miradas sobre el conflicto palestino-israelí o el grito a favor de la libertad de expresión del cineasta iraní Jafar Panahi. También encontramos reflexiones sobre la lucha contra la droga en los Estados Unidos y una curiosa historia sobre suplantación de personalidad.
5 Broken cameras, de Emad Burnat & Guy Davidi
Ganador del Premio al Mejor Director en el Festival de Sundance, Emad Burnat se presenta como un granjero palestino que un buen día decidió convertirse en reportero de su propia historia en la aldea de Bil’in, asediada por los asentamientos judíos. La experiencia le ha otorgado importantes premios en festivales internacionales, incluido el Festival de Cine de Jerusalén, que calificó esta producción como "una rara colaboración entre dos cineastas que han encontrado una sola voz y la han transmitido con pasión y fuerza". Se trata de un trabajo realizado entre un palestino y un director israelí, que ha permitido hablar de la resistencia pacífica frente al abuso israelí amparado por la comunidad internacional. La historia comienza cuando este granjero se compró su primera cámara para grabar el nacimiento de su hijo; desde entonces ha ido adquiriendo nuevas cámaras, desgastadas por el uso a lo largo del tiempo. El material rodado por estas cinco cámaras rotas fue el que utilizó el israelí Guy Davidi para editar la película completa.
The gatekeepers, de Dror Moreh Israel es también el país protagonista de este documental que se centra en el Shin Bet, la Agencia de Seguridad de Israel desde su formación hasta la actualidad, pero principalmente desgranando su actividad a lo largo de los años setenta, y analizando por qué a pesar de los medios con los que siempre ha contado, no ha sido capaz de mantener cierta paz en el conflicto entre israelíes y palestinos. Lo hace a través de entrevistas con seis de losmáximos responsables de la Seguridad nacional durante los años más difíciles del conflicto, que reflexionan sobre sus propias decisiones tomadas y sobre los efectos de estas decisiones. El documental, de capital principalmente francés, ha sido adquirido para su distribución por Sony Pictures Classics, uno de los estudios habituados a "colocar" en los Oscar películas de "prestigio", lo cual puede jugar a su favor de cara a su posicionamiento.
Esto no es una película, de Jafar Panahi y Mojtaba MirtahmasbPodría ser el documental que acabara metiéndose en la carrera de los Oscar. Presentado en la pasada edición del Festival de Cannes, Esto no es una película es el reflejo de la desobediencia de un cineasta condenado a arresto domiciliario en 2010 y al que el régimen iraní prohibió ejercer como director de cine durante los próximos veinte años. Todo para callar la boca de un artista que habla de la realidad de su país. Panahi decidió filmarse a sí mismo (a la manera de Kim Ki-duk en Arirang (2011), pero mucho menos histriónico) para mostrarse como un cineasta que aún tiene cosas que decir. Su película viajó grabada en un USB dentro de una tarta hasta su estreno en Cannes este año. Como acto de rebeldía de un director contra un régimen totalitario, el documental encuentra una voz personal que supone un grito contra la falta de libertad y que por tanto ofrece una de esas oportunidades que tanto gustan en los Oscar para reivindicar la esencia del cine como denuncia
The house I live in, de Eugene JareckiHace unos años el documental Capturing de Friedmans (2003) sorprendió por su retrato de una familiaque desde luego no tenía nada de normal. El documental, nominado al Oscar, estaba dirigido por Andrew Jarecki, hermano del director de esta otra película que ahora vuelve a tener posibilidades de cara a los premios de la Academia de Hollywood. Por supuesto, este documental se presentó en el Festival de Sundance, donde logró el Gran Premio del Jurado. En este caso se centra en la fallida lucha contra las drogas llevada a cabo a lo largo de los últimos años por parte del Gobierno, y repasa la evolución del mercado de los estupefacientes en las últimas décadas. Todo para dejarnos una conclusión enigmática sobre qué ha hecho que hayan sido inútiles todas las políticas antidroga de los diferentes gobiernos. Responsable de documentales bien valorados como Reagan (2011) o Why we fight (2005), Eugene Jarecki es uno de los directores más reconocidos en el género. El actor Danny Glover es uno de los productores de este documental, en el que participa como entrevistado David Simon, creador de la serie The wire.
El impostor, de Bart LaytonEste es uno de esos documentales que han impactado en los últimos meses. Presentado también en Sundance, cuenta una historia increíble a cargo de un plantel de productores de lujo: John Battsek, productor de One day in September (1999) y Restrepo (2010); y Simon Chinn, productor de Man on wire (2008) y también, junto a Battsek, de Project Nim (2011) y Searching for Sugar Man (2012), éste último también finalista para las nominaciones al Oscar. El impostor se centra en la historia real protagonizada por un joven francés que convenció a toda una comunidad de Texas de que era el hijo adolescente que desapareció tres años antes. A partir de enero de 2013 podremos ver en España este documental que incluye recreaciones rodadas a la manera de un thriller y que ha recibido críticas muy positivas en los festivales en los que se ha presentado, entre ellos la Sección Zabaltegi del Festival de San Sebastián.