The invisible war, de David KirbyPosiblemente estamos ante una de las firmes candidatas de cara a los Oscar. Ganadora del Premio del Público en Sundance y nominada a los Independent Spirit Awards, esta película muestra una realidad sorprendente y escalofriante: los miles de abusos sexuales a mujeres soldado que se producen en el ejército norteamericano. Pero la denuncia del documental va más allá: no solo se producen, sino que las denuncias han sido constantemente desactivas por la cúpula militar. Fue una de las sorpresas más impactantes del Festival de Sundance, porque muestra una realidad que muchos norteamericanos no conocen, fruto de dos años de investigación. El responsable, David Kirby, es sobradamente conocido en el género documental: nominado al Oscar por Twist of faith (2003), sobre un hombre que se enfrenta al sacerdote que abusó de él cuando era niño, Kirby ha dirigido otros destacados documentales como el muy recomendable Sick: The life & death of Bob Flanagan, supermasochist (1997), This film is not yet rated (2006), sobre el famoso comité de censura de película, la MPAA, y Outrage (2011), sobre los pactos del lobby anti-gay para tumbar iniciativas de apertura en el Senado de los Estados Unidos.
Mea Maxima Culpa: Silence in the House of God, de Alex GibneyEste es un año difícil para elegir las candidatas al Oscar a Mejor Largometraje Documental. Nombres como David Kirby, Eugene Jarecki, Heidi Ewing o Jafar Panahi son auténticas garantías de calidad y en la mayor parte de los casos referentes del reciente cine documental. Alex Gibney es otro de esos nombres; solo hay que repasar la lista de películas dirigidas por él en los últimos años: Nominado por Enron: the smartest guys in the room (2005) y ganador del Oscar por Taxi to the dark side (2007), también ha dirigido Gonzo: The life and work of Dr. Hunter S. Thompson (2008) y Client 9: The rise and fall of Eliot Spitzer (2010). Ahora nos presenta una historia real en torno a los abusos sexuales que se produjeron en una Escuela de Niños Sordos en Milwaukee en los años cincuenta, protagonizados por el padre Lawrence Murphy. Las entrevistas a cuatro de los que cuando eran niños sufrieron estos abusos, cuyas palabras son interpretadas por actores como Jamey Sheridan, Chris Cooper o Ethan Hawke, resultan más dolorosas. Producido por HBO Documentaries, Mea Maxima Culpa reflexiona también sobre la implicación del Vaticano en la política de negación de los abusos durante décadas.
The Waiting Room, de Peter NicksLos Independent Spirit Awards incluyen en su lista de nominados tres de los documentales que forman parte de esta lista de preseleccionados para los Oscar. The waiting room es otro de ellos, un repaso humano al sistema sanitario de los Estados Unidos, representado en las 24 horas que el equipo de filmación describe en la habitual jornada diaria del Highland Hospital de Oakland. A lo largo de este día, el documental cuenta las historias de pacientes, personal de enfermería y doctores en el hospital, que dan una idea bastante del problema de la sanidad en los Estados Unidos, esa sanidad hacia la que países de mayor cobertura social como España parecen querer lanzarnos a base de privatizaciones y copagos. La realidad de un sistema sanitario basado en lo privado está en este documental, en el que un padre de familia, por ejemplo, aguarda impaciente en la sala de espera del hospital la posibilidad de conseguir una prescripción de insulina para su esposa diabética. Pero The waiting room es también un reflejo de la relación que se establece entre pacientes y enfermeros, de cómo las personas muchas veces están por encima de la burocracia.
Searching for Sugar Man, de Malik Bendjelloul
Hablábamos cuando nos referíamos a El impostor, uno de los documentales que forman parte de esta lista de 15 títulos que optan a las nominaciones del Oscar, de los productores John Battsek y Simon Chinn, que también producen esta película. Si lograran hacer doblete de cara al Oscar sería una de las primeras ocasiones en las que se da esta circunstancia en la categoría que nos ocupa. Se trata en este caso de un proyecto del cineasta sueco Malik Bendjelloul que tiene como protagonistas a dos jóvenes admiradores del compositor Rodríguez, músico folk norteamericano que tuvo sobre todo una influencia absoluta en la música de Sudáfrica, donde se convirtió en toda una estrella en los años 70. Pero su silencio tras una corta carrera de dos albumes hizo correr el rumor de que se había suicidado. Los protagonistas del documental inician una búsqueda para averiguar si Rodríguez está realmente muerto. La banda sonora de este documentalpresentado en Sundance, donde obtuvo el Premio del Público y el Gran Premio del Jurado, ha reivindicado la música de Rodríguez para convertirlo, ahora sí, en una figura popular en los Estados Unidos. En España ya tiene distribución.