Esta semana, en este reto, no he intervenido para nada. Tengo que darle las gracias a Minerva, una amiga, que ha sido la que ha hecho posible este cuento. A pesar de estar cansada, cansadísima, más bien, porque lleva unos días que no para, todas las noches tiene un momento para inventarse una historia con unas frases que yo escribo en Facebook. Es increíble la imaginación que tiene, siempre lo borda. Y hoy, no podía ser menos.
Esta, es mi manera de darle las gracias por hacer que todas las noches disfrutemos de sus historias, poner su cuento para que todo el mundo lo lea.
Sergio se fue a la cama ese día lleno de emoción, había vivido intensamente la noche de San Juan por primera vez.
Todo el mundo decía que era una noche mágica y tenía muchas ganas de comprobarlo por sí mismo. Estaba lleno de gente y con sus padres hicieron un baile alrededor de la hoguera, y aunque hubo gente que saltó sobre ella, su madre no se lo permitió, le dijo que era muy peligroso.
Hubo cantos, risas y muchas cosas ricas de comer. Quemó sus deseos, los deseó con tanta fuerza que estaba seguro de que ningún maleficio sería capaz de impedir que se cumplieran.
Se preguntaba si en todos los sitios se celebraría igual, si sus amigos lo habrían vivido igual que él. Una pena que se haya terminado el cole para contárselo a los compañeros.
-¡Ha sido la noche más mágica de mi vida!- Y se durmió.