Errante y sin rumbo fijo.
Buscando y perdiendo(se).
Vagando y soñando.
Llevaba años encerrado en su mundo, tratando de alcanzar su amor soñado. Hasta el día en que la encontró sentada, pasando páginas de un libro, bajo las ramas plateadas de un árbol venturoso, de estrellas en lugar de hojas.
Se quedó mirándola, hasta que ella se dio cuenta de su presencia. Entonces, sus miradas se juntaron, jugaron, y se comprendieron. Se acercaron, y sin mediar palabra, se fundieron en un largo y delicado beso, que los unió para siempre en una estrella.
Siendo ésta la más brillante y plateada de todo el árbol. Árbol que alumbra, y hace cumplir los sueños de aquellos que siguen buscando.
Tal fue la idea que escribió en su cuaderno. Pero no terminó de comprender que él no era más que una hoja en el libro de ella, un sueño hecho realidad. O no.
ó