Trompeta, flauta, tambor y platillos. Tras sacar todo esos instrumentos musicales de la mochila, se sentó en el suelo. ¿Qué podía idear para hacer que la boda de su hermana fuera especial? Quería hacer algo que le gustara.
Se le daba bien la música. Podía componer una canción.
Tiruri tu tú haría con la trompeta.
Fli li liiii sonaría la flauta.
Pom porrón pom tocaría con el tambor.
Chan chan chán tintinearían los platillos.
Tiru fli pom chan tú liii pom pom chan lii
-¡Qué bonita fantasía musical me ha salido!
El bebé canguro salió de la bolsa de la mamá canguro bostezando.
-Mamá, me gusta mucho la música que le has compuesto a tía. Estoy seguro que bailará al ritmo de ésta con una gran sonrisa. ¿Puedo tocar yo algún instrumento?
-¡Claro!
Y ese sábado, en la boda, la fantasía musical sonó bien, acabando con el “clin” del triángulo.