Revista Diario
-¿Qué quieres por tu cumpleaños? -Lo que tú me regales me gustará. -Esa no es contestación de un niño de tres años. -Ama, quiero un mono. -¿De peluche? -Quiero un mono que vaya creciendo conmigo. Que sea mi monillo, como yo soy el tuyo.
El muñeco se sentó en la cama presidiendo la reunión. Era la medianoche del día antes del cumpleaños, la hora del intermedio. El momento esperado por todos los juguetes para salir de sus cajas, estanterías y juntarse. Habían escuchado la conversación de la madre con el niño, y decidieron cumplir su deseo.
Para ello, cogieron los juguetes de la cocinita: una tarta, unos vasos de plástico, y cucharas. Colocaron una vela, y todos a una, mientras soplaban, desearon que el día 15 fuera el día más divertido del niño. No conseguirían el mono pero si que el cariño de mucha gente estuviera presente en ese día. ó