En esta botella de cristal, vamos a poner todo lo que queramos recoger de la naturaleza. Tiene boca ancha, y es transparente. Pondremos tierra, piedras, alguna flor…
La madre contaba a la hija todo lo que podrían hacer en el caso de que dejara de llover.
¡Y también bichitos! Hormigas, ¡o caracoles!
La madre rio. Recordó que ella de pequeña solía recoger caracoles en días de lluvia y ponerlos en una caja con un montón de hierba.
¡Vamos! Ya ha dejado de llover, ponte las botas ya, a ver si conseguimos ver el arcoíris antes de que se esconda.
La niña se calzó y salieron al jardín. A lo lejos se veía claramente el arcoíris jugando con alguna nube rebelde. Recogieron tierra mojada, una hoja del árbol que había caído y un limón pequeñito. Después taparon la botella con un corcho y escribieron y pintaron una etiqueta que ponía “naturaleza”.