Revista Diario
Erase que se era una fresa viajera. Había salido disparada de la mata de fresas que había crecido asilvestrada en el jardín de Versailles. Su ansia de libertad y de conocer mundo había provocado que preguntara a cada una de las fresas qué hacía allí y cuál era su meta. No entendía que le dijeran que lo único que esperaban era ser comidas. -¿Cómo puede ser que mis hermanas no tengan miras más allá de esta mata?
Así que una tarde, en que unos niños con pañal jugaban cerca de su mata, se meció y de un salto se desprendió, yendo a caer en un cochecito de juguete. Desde allí, pensaba, recorrería mundo. Escucharía miles de historias, aprendería otras mil cosas más. Sería la primera fresa ilustrada del mundo.
¡Cuán vana fue su ilusión! En cuanto la vieron, acabó en la boca de uno de los niños. Casi sin masticar.
Loading InLinkz ... get the InLinkz code