Mis 150 palabras siempre siguen las historias de una familia. Este domingo, por petición, voy a terminar el cuento que les estaba contanto el papá la semana pasada. (Si no habés leído la primer parte podéis pinchar aquí). Espero que os guste.
El Brujo Bruno esperaba que el gigante Poncho destrozase todo a su paso y arruinase la boda real. Pero ocurrió todo lo contrario, se acercó con todo el cuidado del mundo para felicitar a buen amigo el príncipe Teodoro y a la princesa Tesa.
Teodoro le pidió que se uniese a la celebración y Poncho aceptó gustosamente, pero le preguntó que si antes de unirse podía tomar prestado el decorado del escenario. El príncipe le dijo que sí sorprendido.
Entonces Pocho cogió el decorado, lo dobló varias veces e hizo un enorme avión de papel. Montó en él al Brujo Bruno, cuyo corazón latía como una moto, a su rana Mariana y a su fiel lacayo Arturo y los lanzó con todas sus fuerzas.
Desde aquel día ya no tuvieron que preocuparse más por el Brujo Bruno en Villa Cerilla y vivieron felices por siempre jamás”.
- Colorín colorado, este cuento se ha acabado. Buenas noches chicos. Les dijo Antonio.
- Hasta mañana. Contestaron a la vez Juan y Pedro.