No sé si Tooth Fairy es una broma o qué, pero es horrible. Los actores parecen sacados de los descartes de Al salir de clase, la historia es un cagao y ni siquiera la música está bien escogida.
Carla decide hacerse cargo de su sobrino Corey tras la muerte de su hermana Lane. Cuando visita a su madre para recoger el certificado de nacimiento del crío, esta les cuenta la historia de la malvada hada de los dientes, una maldición que sufre la familia desde que la bisabuela de su madre incumpliera un pacto con el diablo.
De verdad, cuando los actores son malos, pero la historia es buena, tienes algo a lo que aferrarte. Cuando la historia es mala, pero los actores son buenos, esperas que sepan mantenerlo a flote. Cuando la historia es mala y los actores también, no hay nada que hacer. Ojalá llegase a serie B, o Z, pero le falta mucho carisma para llegarle a la suela de los zapatos al género de cine cutre. Esto es cutre a secas, no es cine.
Los actores no sólo son malos, sino que están mal escogidos y caracterizados... la madre de la prota podría ser la hermana pequeña de la prota. El cura sabes que es cura porque lo dicen, y no por el trozo de cartón que lleva en el cuello de la camisa (literal). En fin, Tooth Fairy es un despropósito lo veas por donde lo veas.
La pandemia tiene una cosa muy mala, al margen de lo evidente, y es que tragamos cualquier tipo de mierda para pasar el rato, y no paramos, la vemos entera. Lo que conseguimos tras esos 90 minutos de media es entretenimiento, y olvidarnos del mundo. Con Tooth Fairy no pasa, es mejor salir a lamer picaportes en las puertas del edificio que empezar a verla.
Y no tengo nada más que decir. Un zurullo.