Antiporno es un drama poco pseudo erótico escrito y dirigido por Sion Sono. Cuando me enfrento a la labor de escribir sobre alguna (no me pasa en todas) de las películas de este director, del que me declaro fan irredento, dudo entre intentar escribir una reseña en tono "serio" 😅 o ir soltando ideas de forma aleatoria al tún-tún (más que nada, por ir en consonancia con la narrativa psicótica).
La "trama" refleja la crisis de identidad que vive la protagonista motivada por ciertos traumas padecidos en su adolescencia, jugando de tal forma con la percepción de lo que la rodea, que nunca llegamos a saber si lo que pasa es real, si es parte de una película que se está rodando, o si es creado por su propio delirio frenético. Todo presentado en forma de bucle que gira en torno a ese (presunto) rodaje de la escena de una película erótica en la que una famosa artista repasa su agenda con su asistente y se reúne con la editora y la fotógrafa de una prestigiosa revista. Así de sencillo.
A nivel técnico es impecable: el uso del color y la fotografía, el manejo de la cámara, los pequeños cambios en los detalles del decorado... Todo junto contribuye a mostrar de forma sobresaliente el paulatino derrumbe de la mente de Kyoko. Por el tema que trata y ciertos momentos oníricos/enajenados casi parece un remake no declarado de Perfect Blue de Satoshi Kon.
Todo ello no evita que la película se haga pesada, a pesar de que apenas supera la hora de duración. Los incondicionales del realizador nipón asisten a una exposición (otra vez) de sus temas habituales (amor, sexo, muerte, culpa, dominación... con algo más de enfásis en exponer el papel de la mujer dentro de la sociedad japonesa actual); nada nuevo ni mostrado de forma interesante. Aquel que se acerque por primera vez a una obra de Sono, va a encontrarse con una peli confusa, repetitiva y que apenas tiene pies ni cabeza.
Lo que sí merece la pena es la anécdota en torno a la producción del film. Nikkatsu Corporation, fundado en 1912, es el estudio más antiguo de Japón. En los años '70 superó una crisis financiera gracias la realización de infinidad de películas de bajo presupuesto con una carga erótica muy pronunciada, una variante del género Pinku Eiga que la companía denominó "Roman porno". En 2016, como celebración del 45 aniversario del inicio de ese ciclo, organizaron el Roman Porno Reboot Project: cinco reconocidos autores dando su visión personal del género. Sion Sono fue uno de los elegidos y acabó haciendo una cinta que, entre otras cosas, denuncia y critica la explotación sexual dentro de la industria del porno 😂