16 recomendaciones para hacer del 2016 el mejor año

Por Davidsaparicio @Psyciencia
Unsplash / Pixabay" href="http://i2.wp.com/www.psyciencia.com/wp-content/uploads/2016/01/happy_1451860105.jpg?fit=1280%2C850">Unsplash / Pixabay

Año nuevo, vida nueva. ¿No?

Los últimos días de Diciembre suelen hacernos pensar en lo que hicimos (y lo que no) durante el año que va terminando. Acto seguido consideramos qué será del que está a punto de empezar o, mejor dicho, qué queremos que llegue a ser. ¿Nos pondremos nuevas metas en enero para abandonarlas en marzo? ¿O será este el año en que daremos lo mejor de nosotros mismos, sin importar los desafíos?

El Dr. David Sack nos ofrece algunos consejos para maximizar nuestro potencial con miras a hacer del 2016 nuestro mejor año:

1. Trabajá en aceptar la incomodidad

Cuando experimentamos sentimientos incómodos, naturalmente queremos deshacernos de ellos tan rápido como sea posible. Pero si para eso intentamos ahogarlos en drogas, alcohol, comida u otras sustancias o comportamientos, es probable que creemos un problema aún mayor. Nadie puede estar feliz, cómodo y contento todo el día, todos los días del año; por lo tanto, en lugar de buscar maneras de anestesiarse frente al dolor, recordá que no te sentirás de esa forma todo el tiempo. De hecho, según una investigación, debido a que las personas consistentemente sobreestiman cuánto tiempo estarán desanimadas por un evento negativo, es más probable que sientas alivio antes de lo que pensabas.

2. Dejá de lado el control

Podemos planear, organizar, guiar, anticipar, pero siempre habrán muchas más cosas de nuestro mundo que nunca podremos controlar. Aceptar que puede ser difícil, pero hacerlo de todos modos significa una mayor paz mental y apertura a lo que la vida tiene para ofrecer. En lugar de enloquecer cuando te das cuenta de que hay tantas cosas que escapan de tus manos, respirá profundo y enfocate en aquello que podés controlar: tus reacciones.

3. Dejá de esperar que alguien te salve

No pongas tu vida en pausa esperando que aparezca alguien que te mueva a hacer un cambio, o un maestro que te lleve de la mano. Puede pasar que tengamos la suerte de encontrar personas así en nuestras vidas, pero de la única persona de quien deberías depender para tomar decisiones y tener un sentido de valor propio, es de vos mismo.

4. Dejá de quejarte y empezá a ser agradecido

 No quiere decir que nunca puedas expresar una desilución legítima, o que no puedas servirte del alivio de un oído comprensivo; pero es necesario que reconozcas que es más difícil ver todo lo bueno que te rodea, en lugar de lo malo. Empeñarse en ser agradecido por lo que está saliendo bien, en lugar de concentrarse en lo que no, vale el esfuerzo extra. Estudios confirman que las personas que regularmente expresan gratitud son más saludables, realizan mayores progresos en miras a sus metas, y tienen un mejor bienestar mental. También hace que sea mucho más agradable estar cerca tuyo.

5. No dejes que la perfección se meta en el camino de tu felicidad

 Apuntar a la perfección puede sonar como una meta loable, pero está destinado a dejarte disconforme con tus esfuerzos o, peor, a impedirte intentarlo en primer lugar. Dejá la idea de que podés y debés hacer las cosas de esa manera. En su lugar intentá hacer lo mejor que puedas con todo lo que emprendas (una verdadera fuente de satisfacción), y soltá la ilusión de la perfección.

6. Buscá la ayuda que necesitás

Si cada año nuevo te encontrás jurando que, por fin, este será el año en que resuelvas cualquier problema que tengas que resolver, pero no sos capáz de hacer que tus buenas intenciones duren, es tiempo de buscar ayuda. Quizás te convenciste de que simplemente te falta voluntad o que no tenés esperanza, pero es más probable que solo necesites una estructura de soporte para superar un abuso de sustancias o un problema de comportamiento que tiene profundas raíces genéticas, biológicas o ambientales.

7. Recuperá tu mente

¿Qué pensás y te decís a lo largo del día? ¿Estás repitiendo el pasado y quizás reprendiéndote por esos errores? ¿Te preocupás infinitamente por el futuro y cuestionás tus habilidades para enfrentar sus desafíos? El entrenamiento en mindfulness te permite observar tus pensamientos, traerlos al presente, y al hacerlo, controlar mejor la tendencia humana de rumiar improductivamente en todo lo que pasó y lo que podría pasar. También puede ayudarte a cambiar tu diálogo interno de constante crítica a leal amigo.

8. Dejá de comparar

Es difícil, pero es importante resistir la tentación de pasar demasiado tiempo midiéndote con otros. Después de todo, no ves la realidad a través de las publicaciones de Instagram y Facebook, sino una versión de “los grandes éxitos” de la vida de los demás. En su lugar, deseale lo mejor a quienes te rodean, y enfocate en lo que más importa: tu propia vida.

9. Abandoná el cinismo

 Como amortigua tu confianza en otros puede disminuir tus oportunidades e incluso tu poder adquisitivo. El cinismo también ha sido vinculado con riesgos de salud como mayores tasas de mortalidad, enfermedades del corazón, cáncer e incluso demencia. Y probablemente no sea sorpresa que una perspectiva cínica enfríe las relaciones.

10. Ejercitate

 No lo hagas simplemente por los abdominales o porque la ropa te queda mejor. Hacelo porque no hay otra cosa que puedas hacer que tenga tanto potencial para aumentar la calidad y duración de tu vida. El ejercicio podría reducir los episodios de migraña, contribuir a un mejor desempeño escolar de los niños con TDAH, aporta grandes beneficios a las personas con parkinson, mejora la capacidad cognitiva y la memoria, contribuye a la regulación del estrés cotidiano, incluso el solo hecho de caminar podría mejorar el proceso creativo, y el vínculo entre la actividad física y la salud mental no se agota allí: el ejercicio también mejora las funciones mentales y sexuales, y puede ayudar a prevenir enfermedades. Impulsa el ánimo, es un gran aliado del tratamiento y la prevención de la depresión. A su vez podría ser vital para el tratamiento del estrés postraumático. Empezá de a poco y seguí avanzando. Cada movimiento cuenta.

11. Aprovechá tu potencial para cambiar

Hace no mucho tiempo atrás, los investigadores pensaban que el único cambio que podía hacer el cerebro adulto era degenerarse con la vejez. Ahora sabemos que el cerebro es plástico, cambia constantemente en respuesta al aprendizaje y al ambiente. Eso significa que podemos entrenar nuestros cerebros para mejorar las redes neuronales y crear nuevas que promuevan nuestro bienestar mental, como para ayudar a minimizar la ansiedad y el estrés. Una investigación ha mostrado que la meditación, ciertos tipos de terapia y el ejercicio físico están dentro de las formas más efectivas para producir tal cambio. El Center for Investigating Healthy Minds de la Universidad de Wisconsin-Madison es líder en la investigación sobre neuroplasticidad y una gran fuente para quienes quieran aprender más sobre las formas en que podemos “pensarnos” a nosotros mismos para alcanzar una mejor salud física y mental.

12. Permitite ser vulnerable

Se necesita coraje para exponerse a una mismo y permitir que otros nos juzguen, ya sea en el lugar de trabajo, en situaciones sociales, relaciones o al perseguir tus sueños. Pero lo que ganás es invaluable. La paz y satisfacción de saber que sin importar lo que pase, vos no te sentaste en una esquina intentando simplemente no ser herido y dejando tu vida a la deriva. Te levantaste y la hiciste valer.

13. Cultivá el temor reverencial y la curiosidad

 Reconectarse con la curiosidad, el asombro y el temor reverencial que eran tan naturales en tu infancia mejorará tu bienestar mental y físico. Una investigación muestra, por ejemplo, que sentir temor reverencial y curiosidad está asociado con niveles inferiores de las proteínas que se cree que influencian el desarrollo de la depresión, enfermedades del corazón, diabetes, artritis y Alzheimer. La curiosidad y el temor reverencial también nos hacen más conscientes de nuestro lugar en y nuestra conexión con el mundo, y por ello nos impulsan a actuar de un modo más pro-social. Se ha demostrado que hacen que parezca que el tiempo pasa más despacio, algo que todos necesitamos en nuestras vidas sobrecargadas.

14. Comprometete con la integridad

Si seguís tu compás moral sólo cuando es conveniente, estás destinado a gastar mucho tiempo y energía intentando convencerte a vos mismo y a otros de que las decisiones que tomaste estaban justificadas. Si te comprometés con la integridad, sin embargo, tu sistema de valores ya no estará en conflicto. Como resultado, ganás la confianza de todos los que te rodean, y a la vez una de las posesiones más valiosas de la vida: paz mental.

15. Dejá de ignorar tu estrés

No podés el estrés, pero si podés aprender a minimizarlo y a lidiar con él, y es muy importante que lo intentes. Cuando no se lo maneja, el estrés incrementa el riesgo de enfermedades graves y pasa factura a tu salud mental y tu habilidad de tomar buenas decisiones. Disponé tiempo en tu agenda diaria para implementar técnicas de reducción de estrés, ya sea una caminata diaria, mindfulness, socializar, meditar, dormir una siesta, lo que sea que te funcione. Quizás estas recomendaciones puedan ayudarte.

16. Hacé tiempo para las buenas relaciones en tu vida terminando con las malas

A veces seguimos manteniendo vínculos con personas que sabemos que no son buenas para nosotros, por miedo o inseguridad o por simple inercia. Éste es el momento de encontrar coraje para dejar ir a esa gente y enfocarse en aquellos que sí traen cosas positivas a tu vida. Para ayudarte a seguir adelante, podés considerar si el perdón es una opción para aquellos que te han ofendido. Es una decisión que nadie más puede tomar por vos, pero, como dice la frase: “aferrarse a la ira es como tomar veneno y esperar que la otra persona muera.”

Fuente: Psychcentral