“Por doquier aparezca el obispo, ahí esté el pueblo; lo mismo que donde quiera que Jesucristo está, también está la Iglesia Católica". Carta a los de Esmirna.San Ignacio, conocido como uno de los Santos Padres de la Iglesia, murió martirizado habiendo sido arrojado vivo a los leones en Roma, martirio al que se entregó gustoso al saber que moría por la causa de Jesús.
Sus cartas fueron una de las referencias más importantes que tomó como fuente de autoridad la Iglesia en el siglo IV al elaborar el canon de la Biblia, en especial al hacer la elección de los 27 textos del Nuevo Testamento, ya que uno de los elementos de base para reconocer como divinamente inspirado un libro apostólico, era saber si éste había sido aceptado y había recibido autoridad por parte de los primeros cristianos, siedo citado en sus cartas, o habiendo sido leído y usado en la litúrgia de las comunidades del cristianismo primitivo en que San Ignacio vivió.
Esto resalta la propia importancia de San Ignacio, pues su obra epistolar fue una información importante en la conformación de la Biblia cristiana.