Sergio Bergman *
Estamos en una época en la que los desafíos globales dejan de ser
un anhelo para empezar a ser prescriptivos y vinculantes. Argentina
suscribió los Objetivos de Desarrollos Sostenible (ODS), que
surgieron a partir del consenso de líderes mundiales en 2015 y de las
Naciones Unidas para el Desarrollo, para erradicar la pobreza, proteger
el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una
nueva agenda de desarrollo sostenible.
De esta manera, ya no buscamos metas aspiracionales sino
rendir resultados en políticas de Estado e integrar y
complementar acciones que necesitamos desarrollar con
control, en el marco de la ley y con la responsabilidad de preservar
el ambiente y la sustentabilidad.
La búsqueda de desafíos globales con responsabilidad local marca
un cambio de paradigma, por el que Argentina se somete a ser
evaluada con parámetros de una agenda común. Es así como,
desde las organizaciones y el Estado, llevamos adelante prácticas
y no enunciados.
Esto lo hacemos porque tenemos la firme convicción de que si no
nos orientamos juntos hacia un mismo lugar, todos los esfuerzos van
a ser dispersos y los objetivos no van a poder lograrse. No podemos
atender ninguna otra prioridad sin asegurarnos, primero, la dignidad
y la decencia en la calidad de vida de las personas. En esta agenda
prioritaria debemos asociarnos con nuestros pares dentro del
gabinete que encabeza el presidente Mauricio Macri, de forma
transversal y permanente, y dar lo que es imprescindible: asistencia
social.
En este sentido, los ODS constituyen un llamado universal a la
adopción de medidascomo parte de una nueva agenda 2030.
Cada objetivo tiene metas específicas. Esto son: poner fin a la
pobreza en todas sus formas en todo el mundo; erradicar el hambre,
lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición e impulsar
la agricultura sostenible; garantizar una vida sana y promover el
bienestar para todos en todas las edades; garantizar una educación
inclusiva, equitativa y de calidad, y promover oportunidades de
aprendizaje durante toda la vida para todos; lograr la igualdad de
géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas; garantizar la
disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para
todos; garantizar el acceso a una energía asequible, segura,
sostenible y moderna para todos; fomentar el crecimiento económico
sostenido, inclusivo y sostenible; el empleo pleno y productivo y el
trabajo decente para todos; construir infraestructuras resilientes,
promover la industrialización inclusiva y sostenible e impulsar la
innovación; reducir la desigualdad entre los países; lograr que las
ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros,
resilientes y sostenibles; garantizar modalidades de consumo y
producción sostenibles; adoptar medidas urgentes para combatir el
cambio climático y sus efectos; conservar y utilizar en forma
sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el
desarrollo; promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres,
luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de
las tierras y frenar la pérdida de la diversidad biológica; promover
sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible,
facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones
eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles y fortalecer
los medios de ejecución y revitalizar la alianza mundial para el
desarrollo sostenible.
A partir de esta voluntad de 170 países de pasar a la acción
fijando objetivos comunes en todo el planeta, postulamos
estos 17 objetivos globales en los que cada país debe
trabajar. Estos se basan en los logros de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio, aunque incluyen nuevos temas como el
cambio climático, la desigualdad económica, la innovación, el
consumo sostenible, la paz y la justicia, entre otras prioridades.
Conllevan un espíritu de colaboración y pragmatismo para elegir las
mejores opciones con el fin de mejorar la vida, de manera sostenible,
para las generaciones futuras. Proporcionan orientaciones y metas
claras para su adopción por todos los países en conformidad con
sus propias prioridades y los desafíos ambientales del mundo en
general. Los ODS son una agenda inclusiva. Abordan las causas
fundamentales de la pobreza y nos unen para lograr un cambio
positivo en beneficio de las personas y la Casa común.
El acuerdo de París transmite al mundo un mensaje de compromiso
y de que los países estamos seriamente decididos a hacer frente al
cambioclimático. El hecho de que las 196 partes de la convención
hayan alcanzado este acuerdo constituye un triunfo extraordinario.
Diecisiete objetivos para transformar nuestro mundo. Una
oportunidad sin precedentes para que los países y los ciudadanos
emprendan un nuevo camino para mejorar definitivamente sus vidas.
* El autor es ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable.
Fuente: infobae.com