El 10 de abril de 1919 Emiliano Zapata era acribillado a balazos en la hacienda de Chinameca, donde había acudido invitado por el coronel carrancista Jesús Guajardo, que le hizo creer que se uniría a su causa.
Causa que sigue viva, continuada por el EZLN, que, como el general, siguen pidiendo tierra y libertad.
Así se lo reconocía el sup Marcos en una carta al propio Zapata:
“Aquí estamos mi General, Aquí estamos porque estos gobiernos siguen sin memoria para los indígenas, y porque los ricos hacendados, con otros nombres, siguen despojando de su tierra a los campesinos.
Como entonces pasó, ahora los gobiernos buscan leyes para legitimar el robo de tierras. Como entonces, los que se niegan a aceptar las injusticias son perseguidos, encarcelados, muertos. Pero como entonces, mi General, hay hombres y mujeres cabales que no se están callados y que luchan para no dejarse, se organizan para exigir tierra y libertad. Por eso le escribo a usted Don Emiliano, para que sepa usted que aquí estamos, y aquí seguimos“.