De Este a Oeste, de Norte a Sur, las revoluciones árabes siguen su curso imparable. El efecto sorpresa ya ha desaparecido pero la energía del cambio sigue ahí. Túnez, Egipto, Líbia, Siria, dos países que se han levantado y dos que están en proceso (desgraciadamente, no pacífico) y un grupo bastante amplio que sigue debatiendo su futuro. Sobre todos los países vuela la cuestión ¿Por qué no? ¿Por qué no se pueden cambiar las cosas?
Primavera árabe: Stop. Aquí empieza el invierno europeo. Patrick Chappatte
Argelia es uno de esos países. Segundo país más grande de África , la antigua Numidia se independizó de Francia en 1962 con el regimen socialista de Ben Bella al que siguieron dos regímenes militares, una guerra civil y un presidente, Abdelaziz Bouteflika elegido "democráticamente" en 2004 y en 2009. (siempre bajo la sombra del FLN). En 2008 prohibió la publicación de Jeune Afrique por publicar un artículo crítico con el régimen.
Argelia no es ni Túnez ni Egipto dijo Mourad Meldeci, ministro de Asuntos Exteriores. Tal como argumenta Jeune Afrique, nada como un buen dictador con un montón de años en el poder como Gadaffi (42 años), Mubarak (29 años) o Ben Ali (23 años) para poder desquitarse a gusto. El partido de Boutflika y él mismo, siguen legitimados por haber puesto fin a la guerra civil pero 50 años de FLN en el poder son muchos años como para considerar a Algeria una democracia completa. Como dice gráficamente la cineasta Sofia Djama “tenemos los músculos tan adormecidos que no sabemos hacer lo que debería hacer un cuerpo joven y sano: caminar”.
El petróleo, a diferencia de Túnez y Egipto que viven del turismo y de la inversión exterior ha dado independencia económica al país pero ha provocado corrupción. Quien sabe si para evitar todo lo que se le podía venir encima o si por parecerle imposible evitarlo, Boutflika, con una salud muy debilitada los últimos años, decidió el 15 de abril capitanear las reclamaciones de "nueva democracia" que le exigían los manifestantes a mediados de abril.
En una de sus escasas intervenciones televisivas, se ha propuesto revisar el "arsenal legislativo sobre el que reposan las reglas del ejercicio democrático" empezando por la revisión de la constitución (que no creación de un nuevo texto).
El paternalista Boutflika por convicción, por salud o forzado por los acontecimientos se dispone a dejar el barco. Otro más a sumar a la lista.