Decir Somalia es referirse a una porción de tierra desestructurada. Repúblicas autónomas, mini estados, regiones sin control, caos. Todo eso cabe en el cuerno de África y nadie sabe donde está el límite. Y dentro del descontrol, de la falta de seguridad… una zona parece resistir mejor que las otras. Somaliland.
En su origen, la Somalia que conocemos estaba divida en tres partes, francesa, inglesa e italiana. Estas dos últimas se unieron y la parte francesa ha estado buscando su sitio en el mundo. Desde 1991, (concretamente el miércoles pasado hizo 20 años) esta zona sigue viviendo al margen de las otras. Somaliland ha clamado por su independencia jurídica porque de facto, Somaliland vive al margen de sus vecinos del sur. En 2005 solicitó sin éxito su ingreso en la Unión Africana (entre cuyos miembros se encuentra la República Saharaui… sin estado oficial.)
El portavoz de la comisión de exteriores del Parlamento europeo, Charles Tannock afirma que tras tres procesos democráticos transparentes, ausencia de dependencia exterior y cierta estabilidad y seguridad, solo eso debería ser motivo para considerar seriamente la independencia de este estado.
¿Qué dicen los actores a su alrededor? Somalia, por supuesto considera Somaliland una amenaza contra su territorio y clama su soberanía en la zona. Etiopía utiliza sin problemas el puerto de Berbera en Somaliland pero no reconocerá al estado por miedo a romper el frágil equilibrio que le une a Somalia. Arabia Saudí está claramente en contra y apoya sin reservas a Somalia (miembro de la liga Árabe). Y la Unión Europea (que no su Parlamento) está en contra de la atomización de la zona. Un organismo tan serio e imparcial como el International Crisis Group (http://www.crisisgroup.org/) pide una amplitud de miras con el caso de Somaliland y que se considere seriamente su viabilidad como estado.
Los breves días de 1960 en los que Somaliland fue un estado independiente antes de unirse a Somalia hasta 35 países (entre ellos Egipto e Israel y los del Consejo de seguridad) lo reconocieron como tal, pero hoy en día ningún estado ha reconocido este pequeño país a pesar que su presidente viaja regularmente al exterior y es recibido como jefe de estado (Kuwait 2011). Diversos países tienen intercambios comerciales con Somaliland (Bélgica, Reino Unido, Sudáfrica, Suecia...) , pero Somaliland no aparece en los periódicos ni siquiera para reivindicar algún éxito deportivo. Ni para lo bueno, pero también hay que decirlo, ni para lo malo. Por curiosidad ... ¿no os apetecería ir? Hay vuelos a Hargeysa, su capital, desde Nairobi, Djibouti, Dubai...
¿Hay que legalizar lo que la realidad ya ha legalizado? ¿no se podría beneficiar el sur de la experiencia y procesos del norte? El propio Tannock , de forma pesimista, afirma que es posible que Somalia no tenga remedio y que es mejor centrarse en Somaliland. Nos alegramos mucho por el vecino del norte, pero… ¿en serio se puede considerar a un estado abocado a la perdición? ¿No hay esperanza para Somalia?