¿Te ha pasado alguna vez que alguien se ha alegrado o enfadado sobre algo, que tu quizás ni lo hubieras valorado? Y justo en ese momento tomas consciencia de lo diferente que somos, de que todo es relativo y que todo está en los ojos del espectador o del que lo vive. Pero quizás también ha sido algo que te ha sucedido a ti mismo, una enfermedad, un accidente y es la mayor lección de tu vida. Las emociones tienen un profundo impacto en nosotros, pero justo en estos momentos de dificultad es importante mantener el optimismo, ver el lado bueno de las cosas y no rendirse.
En español hay un dicho que dice: "No hay mal que por bien no venga." Incluso de las cosas malas podemos sacar provecho. Y a veces las cosas que al principio parecen buenas, luego se descubren como medias verdades o solo medio-buenas o se transforman en otra cosa. 🙂
Yin Yang filosófico
Y precisamente esto es otro ejemplo del Yin Yang. En un sentido mas filosófico - Ying Yang filosófico, lo he nombrado. Por darle un nombre. Pero en la filosofía taoísta nada es blanco o negro, no existen los extremos. No existe felicidad sin tristeza. Y todo está en constante movimiento, constante transformación. La tierra no para de moverse. El tiempo no para de transcurrir. La energía no para de fluir.
Sobre todo cuando tenemos una enfermedad no debemos de olvidarnos de esto. Tener una enfermedad grave puede brindarnos la oportunidad de aprender una gran lección de vida, una ocasión para conocerse a uno mismo y tomar las riendas de su destino.
Muchas veces, la gente que nos viene a la consulta piensa que somos nosotros los que los tiene que "curar". Sin embargo nada está mas lejos que eso. Nosotros solo somos facilitadores o consejeros para que ellos mismos se puedan curar. Solo el propio Ser se puede curar a si mismo. Ningún medicamento ni ninguna planta o suplemento lo puede hacer. Pueden ayudar, por supuesto. Pero si la persona no cambia de "chip" y sigue haciendo lo que hacía anteriormente, no se soluciona nada. Nada cambia si no cambias nada. Es por eso que una enfermedad es mala por una parte y buena por la otra parte, Yin y Yang, como todo en el universo.
La parábola taoísta
Relacionado con esto os contaré una breve parábola que refleja muy bien la naturaleza relativa de los opuestos:
Un día un campesino le contaba a su vecino que se le había escapado su único caballo. El vecino que se solidarizó con el, le dice: "¡Que mala suerte, se te ha ido el caballo!". El campesino responde: "Nunca se sabe lo que es bueno o malo."
Al día siguiente el caballo regresa con una manada de caballos salvajes. Y el vecino exclamó: "¡Enhorabuena! ¡Que buena suerte! Ha regresado tu caballo y ahora no solo tienes un caballo que tienes toda una manada de caballos!" El campesino sonrió y le volvió a contestar: "Nunca se sabe lo que es bueno o malo."
Al otro día, el hijo del campesino se montó encima de uno de los caballos salvajes para domarlo e intentar de montar en el. En este intento el caballo lo tira al suelo, el joven se cae del caballo y se parte una pierna. Y al comentarlo con el vecino este se solidarizó de nuevo con él y el campesino le volvió a responder: "Nunca se sabe lo que es bueno o malo."
Cuando al día siguiente vinieron soldados a reclutar a jóvenes para llevárselos al ejército a luchar, no se pudieron llevar al hijo del campesino. Esta vez fue el vecino que le dijo al campesino: "Nunca se sabe lo que es bueno o malo."
Cuando nos alejamos del punto de vista "totalitario", es decir cuando dejamos de tomarnos las cosas como absolutas e incambiables, nos enfrentamos a la vida de un modo distinto. Nos relacionamos con la vida y el mundo en general de forma muy diferente. Sabremos que todas las situaciones que nos plantea la vida serán tanto buenas como malas.
Que la buena salud es un equilibrio entre los estados de bienestar y enfermedad. Que la sanación se produce cuando se equilibra el plano emocional, social, espiritual y físico. No únicamente el físico. "Combatir la enfermedad" denota un punto de vista totalitario. Ver la enfermedad como parte de nuestra salud, los cambios que se producen en ambos, nos permiten buscar el equilibrio entre ambas. Es como observar el vaivén de la respiración. Después de una inhalación le sigue una exhalación y después de la exhalación le sigue la inhalación. Nunca serán iguales, las circunstancias cambian en las que respiramos, pero siempre están en relativo equilibrio.
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