A veces tienes que ser derribado y estar abajo como nunca lo estuviste antes para poder levantarte más alto de lo que nunca estuviste antes. A veces, necesitas lavar tus ojos con lágrimas para poder ver las posibilidades que hay frente de ti con más claridad.
Anoche tuve una larga conversación con mi sabio, de 71 años de edad, padre sobre vivir y crecer en la adversidad. Una de las últimas cosas que me dijo antes de colgar el teléfono resonó en mí tanto que lo escribí:
"Según mi experiencia, la mayoría de las personas no son realmente felices hasta que tienen muchas razones para estar tristes. Creo que esto se debe a que se necesitan de todos esos malos días y dificultades para enseñarnos a apreciar realmente lo que tenemos. Lo cual construye nuestra resiliencia."De verdad, no creo que haya nada más cerca de la verdad.
No todos los días son buenos, pero hay algo bueno en todos los días. Se tiene que ser muy fuerte para poder ver lo positivo en los días malos. La clave, aprendí, radica en dejar ir. Se trata de entender que, excepto tus propios pensamientos, no hay nada que esté absolutamente en tu poder. Conocer y aceptar esto te da la capacidad de hacerle frente de manera efectiva a la constante corriente de pequeñas tragedias de la vida; una aptitud que llamamos resiliencia.
Después de todo, puedes pelear contra la vida, puedes no hacer más que quejarte de lo que te pierdes, o puedes aceptar todo lo que tienes y ponerlos juntos para crear algo que te haga sonreír.
Así que con esto en mente, aquí tienes algunas cosas buenas a tener en cuenta cuando estés teniendo un mal día:
1. Una correcta actitud es lo único que necesitas en este momento.
En qué te enfocas lo cambia todo. No mires hacia atrás cuando sabes que no deberías. No te preocupes por lo que no puedes controlar. No te estreses por cosas sin importancia. Se positivo. En serio, el rasgo más subestimado de todas las personas exitosas que he conocido es su positividad. Tu actitud determina lo bien que vives tu vida. No puedes vivir una vida positiva con una actitud negativa. No dejes que los bloqueos mentales te controlen. Libérate. Enfrenta tu negatividad y convierte los bloqueos mentales en bloques de construcción.
2. No puedes ser realmente feliz a menos que seas infeliz de vez en cuando también.
Si no tuviéramos inviernos, la primavera no sería tan placentera: si no probáramos la adversidad de vez en cuando, la prosperidad no sería tan bienvenida. Los sentimientos, buenos y malos, siempre van y vienen. El truco es ser agradecido cuando tu estado de ánimo sea alto, y elegante cuando sea bajo.
3. Todavía tienes muchas bendiciones que puedes hacer que cuenten.
Sí, siempre cuenta tus bendiciones, pero no olvides hacer que tus bendiciones cuenten también. No hay ninguna buena razón por la que debas conformarte con nada menos que lo mejor que ofrece la vida. Empieza ahora apreciando sinceramente las cosas que tienes y saca lo máximo de ellos. La felicidad y el éxito en la vida no son subproductos de tener recursos ilimitados. La felicidad y el éxito provienen de estirar los límites de los recursos disponibles.
4. Puedes aprender algo importante de cualquier situación, si así lo quieres.
La experiencia no es lo que te pasa; es lo que haces con lo que te pasa. Toma todo como una lección aprendida.
Tú eres los libros que lees, las películas que miras, las personas que conoces, los sueños que tienes, y las conversaciones en las que te involucras. Eres una combinación de lo que tomas de todo eso. Eres el sonido de un trueno, el soplo del aire fresco, la luz más brillante y el rincón más oscuro. Encarnas todas las experiencias que has tenido en tu vida. Lo eres todos los días, incluso los días malos. Así que húndete en un mar de conocimientos. Deja que las experiencias corran por tus venas, y deja que las lecciones hagan crecer tu mente.
Deja que las experiencias corran por tus venas, y deja que las lecciones hagan crecer tu mente.
5. Tu mejor apuesta es darte una oportunidad ahora.
Cada momento te da un nuevo comienzo y un nuevo final. Da las gracias por poder empezar desde donde estás ahora. Desear un pasado diferente sólo te hace perder energía. Si te sientes mal en este momento, cada segundo que pasa es otro momento para darle vuelta a tu situación.
6. No eres una víctima.
Tienes una vida interesante y es magnífica, incluso durante los momentos más difíciles. Ten esto en cuenta, y vívela de acuerdo a ello.
Tú tienes el control. Cambia tus pensamientos. Mientras pienses que las causas de tus problemas están "allá afuera" en algún otro lugar, mientras pienses que alguien o algo más es responsable de tu sufrimiento, tu situación no tendrá ninguna esperanza. Esto significará que te quedarás para siempre en el papel de víctima, por lo que sufrirás incluso en el paraíso. No te hagas esto. Se tu héroe, no tu víctima.
7. No eres el que fuiste una vez, sino quién creíste que podrías ser.
Al final, te conviertes en quien creías que serías. Si sigues diciéndote que eres incapaz de hacer una determinada cosa, es probable que te conviertas en alguien incapaz de hacerla. Por el contrario, si tienes la creencia de que puedes hacerlo, a pesar de tus problemas y frustraciones, probablemente adquirirás la capacidad para hacerlo, incluso si no puedes hacerlo ahora mismo.
8. Puedes avanzar desde aquí.
Incluso la noche más oscura terminará y el sol saldrá. Recuerda esto. Si das un paso más, y otro más, te sorprenderás de lo lejos que puedes llegar partiendo desde el punto que pensabas que era el final. Así que dite esto a ti mismo, y dilo con todo tu corazón: "Sólo necesito que nunca te rindas conmigo, no importa lo duro que se pongan las cosas."
9. La mejor manera de avanzar es un pequeño paso a la vez.
No puedes levantar 1.000 Kilos a la vez. Pero puedes levantar fácilmente un Kilo 1.000 veces. Repitiéndolas, tus pequeñas acciones tienen un gran poder.
Publicado originalmente en TrucosParaVivirMejor.com