Revista Diario

19 meses

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient
Hace justo una semana que mi hijo cumplió 19 meses. Empezamos a acercarnos a los 20 meses, que siempre he tenido como barrera psicológica. Ahora veo que supondrá un cambio físico, que ya lo noto, pero probablemente le seguiré viendo tan pequeño como le veo ahora, crecido, sí, más espabilado de todo, pero aún un bebé.
El mes de abril ha sido bueno, muy bueno diría yo, sobre todo por lo mucho que ha mejorado la imitación y el lenguaje. Ahora lo explico.
Medidas. Pues no tengo ni idea, ando muy perdida. Entre que el mes pasado encogió en la consulta de la pediatra y que medirle es cada vez más complicado... Creo que unos 81 / 82 cm, quizá más, y en torno a los 11 kilos.
Dientes. Creo que estamos otra vez en una fase en la que le duelen porque se mete los dedos hasta el fondo y se masajea. Intuyo que serán las famosas muelas de los dos años porque los demás dientes los tiene todos fuera.
Alimentación. Seguimos sin poder quejarnos, come de todo, sobre todo rico, claro. La fruta es lo que peor está comiendo, no parece tener muchas ganas de merendar y muchos días me dice que la papilla para mi pero tampoco quiere la fruta en trozos. Los potitos de fruta parece que le gustan más así que a veces le doy eso. Este mes ha probado las gambas y los langostinos, que no le han entusiasmado, la paella, los calamares...
Cada vez más intenta comer con los cubiertos. Si le pinchamos la comida en el tenedor, muchas veces consigue comerse el plato él solito llevándoselo a la boca. Con la cuchara es más difícil, el yogur se le pierde por el camino, pero cada vez está más interesado en hacerlo sin ayuda. Eso sí, cuando se aburre y tiene hambre me pide que se lo de yo. En cualquier caso, es un paso importante porque hasta el momento no quería saber nada de los cubiertos y lo suyo era comérselo todo con la mano, ¡hasta la paella!.
Dormir. Ahí vamos, durmiendo juntitos los tres. Hemos tenido unas cuantas noches malas, de despertares llorando histérico y gritando como un loco. Lo bueno es que la última noche que pasó esto conseguimos que se calmara con mucha paciencia y sacando unas cositas para primero jugar nosotros y después que se incorporara el al juego y así se olvidara de lo que fuera que le pasaba. Es la primera vez que hemos conseguido calmarle sin tener que ponerle a Pocoyó, algo es algo. Ahora sólo nos falta saber por qué le pasa esto. Sería genial que supiera explicarse. Tiene pinta de pesadillas, porque pasa de cero a cien en un segundo, pero son elucubraciones nuestras, nada que podamos comprobar.
Lenguaje. Sin duda es una de las cosas que más han mejorado. Casi todos los días tenemos palabras nuevas. A las que listé el otro día habría que añadir cucu-tás, obo (globo), posa (mariposa), coco (gato)... Y seguro que me dejo alguna.
Además de palabras ha empezado a hacer sonidos y onomatopeyas. Por ejemplo, haciendo un puzzle que tiene de animalitos muchos días de motu propio hace el sonido del animal que conoce. Tampoco es que lo borde (¡'o quizá soy muy exigente!) pero se ve claramente que está haciendo el sonido asociado.
Ahora ya no es nada raro que le digas una palabra y él automáticamente la repita a su manera. Y normalmente si la repite, se le queda ya grabada en la mente. 
Imitación y gestos. Ha sido en este último mes cuando realmente he sentido que se le podían enseñar cosas y que él las imitara. Por ejemplo, de la noche a la mañana, ha empezado a hacer el cucu-trás con sonido y todo, escondiéndose, que es que te lo comías enterito. O decir adiós con la mano, que aunque lo haga sin levantarla, lo hace, incluso también para decir hola.
En los últimos días ha empezado a mover los deditos de la mano para decir dame. Lo hace al revés, es decir, con los deditos hacia abajo, no hacia arriba, pero es un principio. Es un gran triunfo porque M. (y nosotros, claro) llevamos meses trabajando en ello, para que tenga una forma de pedir las cosas más funcional que gritando, cabreándose o arrancándote el brazo. Y hace unos días parece que empezamos a ver frutos, ¡qué alegría!.
Una mañana le estaba vistiendo y cuando le pregunté, como siempre hago, que si había dormido bien, además de beeeennn me hizo el gesto que M. le ha enseñado para ello. ¡Me quedé alucinada!. A partir de ahí lo ha hecho más veces, no siempre, pero si muchas veces más y no sólo en ese contexto sino en cualquier otro en el que la palabra salga a relucir.
Lo mismo, por ejemplo, con chocar la mano, que es algo que M. le está enseñando para el contexto de decirle bien y aplaudirle, como una forma de interactuar más con él. Parece que lo ha captado enseguida. 
Otras habilidades. Este mes ha empezado a tener más soltura con los escalones (¡si cabe!). Muchos de los escalones los baja solo, sin ayuda ni apoyarse en nada. Y lo mismo para subir muchos escalones siempre que no sean muy altos. Además, en caso de que no pueda subir o bajar porque el escalón sea demasiado alto, ya sabe que puede agarrarse a una pared o barandilla así que cada día tiene más peligro porque antes cuando llegaba a un "abismo" se detenía, pero ahora en 2 segundos ha sorteado el obstáculo.
El tema de los puzzles me tiene anonadada. A principios de mes le compramos varios con piezas irregulares, que a mi me parecían bastante difíciles, y desde el principio se los ha hecho de un tirón sin casi pensarlo. Desde luego, es una habilidad que parece tener muy desarrollada y además le fascinan. 
Con apilar cosas seguimos igual, como ya he comentado otros meses, es una actividad que le chifla y lo hace tan bien que a veces se tiene que poner de pie para seguir apilando, muchas veces consigue torres de ocho, nueve, diez piezas... y de todo tipo de piezas (cubos, mega bloks, fichas de puzzle, paquetes de kleenex, vasitos de yogur, lo que pille).
Más espabilado. Quizá una de las explosiones que espero para los próximos meses es esa sensación que tiene quien está con el niño todos los días de observar que cada día comprende más cosas, es más consciente de su entorno, tiene más memoria, etc etc. Es difícil describir hechos concretos que me llevan a notarle más espabilado porque es más una impresión, una sensación, pequeñas cositas... Por ejemplo, ponerle un proyector de techo y quedarse extasiado mirando, cuando hasta hace nada no le hacía ni caso. O ir a la cocina a pedirme "tata" señalando el armario donde las guardo. O ser imposible esconder una cosa delante de sus narices porque se da cuenta de dónde la has puesto. O de pronto irse a la puerta y señalármela diciendo "papa". O estar señalando una cosa en un libro y entonces girarse a buscar con la vista esa misma cosa, presente en la casa y señalarla con el dedo (por ejemplo, las pompas de jabón que aparece en un libro y el pompero que tenemos nosotros en una estantería).
Cosas que van regular. Curiosamente, tras haber mejorado tantísimo en estos últimos meses, hay cosas que venimos arrastrando de atrás que ahí siguen. Rara es la vez que obedece una orden simple del tipo "traéme esto". Y, obviamente, no es un problema de comprensión, no es nada cognoscitivo, porque cada día nos demuestra que sabe muchas cosas y comprende otras muchas. Entonces, ¿cuál es el problema?. No lo sé y realmente no sé si algún día lo vamos a saber, la cita con el neuropediatra es dentro de un mes, ya veremos.
La pregunta "¿dónde está?" le sigue cabreando muchísimo. Igual que el "dame" (aunque finalmente haya empezado a hacer un tímido gesto para pedir la cosas). Son los dos grandes hitos que no sabe hacer/responder y es plenamente consciente de que le presionamos con ello y no le gusta ni un pelo. A veces tengo dudas acerca de si es que no sabe o es que no le da la gana. Mi marido, de broma, dice que el niño es tan listo que pasa de responder y por eso se cabrea, en plan "dejadme ya de hacerme preguntas tontas".
En definitiva, un gran mes. Y ¡mayo pinta igual de bien!.

Volver a la Portada de Logo Paperblog