Revista Opinión

190 días de clase implicará ir sobre febrero y diciembre

Publicado el 22 octubre 2012 por Marpa411

190 días de clase implicará ir sobre febrero y diciembre
El ministro de Educación, Alberto Sileoni, ratificó la intención de comenzar las clases el 25 de febrero y negó disputas con el turismo. Señaló que donde haga calor habrá que poner ventiladores y que llegar a 190 días exige avanzar sobre diciembre y febrero sin resignar por ello calidad educativa.
En una extensa entrevista que le hicieran por la tarde en el programa El Primero, en radio América, Sileoni respondió a una pregunta de si estaba firme la decisión de ir por 190 días de clase en 2013 que “no es lo mismo tener 170 que 190 días y a los que dicen que tienen que ser de calidad, les decimos que sí, que esa condición no se canjea.

Ratificó el ministro que “queremos empezar el 25 de febrero, vamos para ese lado. No hay disputa con el turismo, al que le va cada vez mejor. Tenemos un esquema de feriados que no es ni más ni menos que en el resto del mundo y ha hecho resurgir la industria”.

Y advirtió que “si hemos decidido que los chicos tengan cada día más clases, el año es inelástico, no se puede inventar un mes 13. No hay más remedio que avanzar sobre diciembre y sobre febrero, que es lo que hacemos. Aquellos que utilizan argumentos de que en algunos lados hace calor, habrá que ponerles ventiladores, lo digo con cero ironía, con todo respeto. La solución no es tener menos días de clase, sino generar las condiciones para que se pueda dar clase aunque haga calor”.

Las periodistas Marina Pagnutti y Mariana Contartessi lo entrevistaron, al igual que a la senadora Elena Corregido, sobre el voto a los 16 años y ahí el ministro expresó que “tuvimos el honor de inaugurar las visitas al Senado, donde también expusieron no sólo jóvenes, sino especialistas y profesionales, que acompañaron el razonamiento de que hay certezas científicas de que existe una maduración, de que 16 años es una edad en la que hay conciencia y posibilidades de ejercer con plenitud el derecho a elegir”.

Comentó en ese sentido, que “tal como parece se va encaminando el proyecto a que tenga un carácter optativo, o sea que aquel joven que lo decida por sí mismo indicará que existe el interés y está maduro para ejercer el derecho”.

Sobre la discusión sobre madurez, indicó que “se puede hacer un recorrido mental de mayores de 18 que uno conoce y podría llegar a dudarse que estén en condiciones, o sea, que no me parece que la edad sea tan decisiva”.

Instó a “darles confianza a los jóvenes, que de algún modo también construye las leyes. Esta tiene un sentido performativo, que no sólo da la posibilidad, sino que va construyendo el sujeto al que le da la oportunidad”.

Puso como ejemplo la ley que permite que las mujeres voten, que por primera vez en el ´51 lo hacen en los términos de una elección presidencial, y ello “construye el sujeto mujer ejerciendo el derecho cívico. Se hace un proceso doble en ese sentido”.

Aclaró que en el caso de los jóvenes la ley alienta, no está diciendo que todos tienen interés, sino: “Vamos a tratar de invitarlos para que se interesen en ejercer el voto. De hecho es obligatorio desde los 18 a los 70 años y la tendencia es que vote el 80 % del padrón”.

Reconoció que la escuela tiene en este tema una tarea inespecífica, o sea que no trabaja específicamente para la tarea del sufragio, sino “para la construcción de sujetos autónomos, críticos, que tengan pensamiento propio, de jóvenes que puedan entender que el otro merece respeto. Que puedan apreciar el esfuerzo, aceptar la autoridad, solicitar ser escuchados… Si un joven va en algún sentido recorriendo estos caminos y adquiriendo estas capacidades, naturalmente tiene después capacidad para ejercer el derecho al voto”.

Comprometió a que si la media sanción se convierte en ley, como todo parece sugerir, “vamos a trabajar de aquí al año que viene en acciones específicas. Pero la escuela desde el año inicial va formando sujetos activos, críticos, autónomos, emancipados…”
Señaló que ya “naturalmente la escuela trabaja en esta dirección. Que se dé en el 100 % de los casos, no podría decirlo, quizá en algún sentido tendremos que mejorar. Estoy pensando que tenemos 12 millones de alumnos y lo hago positivamente sobre los educadores. Si hay algunos que no ejerzan esto como debieran y el mensaje no le llega al chico, no significa que naturalmente la escuela actual y la de hace 30 años no tenga como función principal formar sujetos libres. Si se logra, no quiere decir que necesariamente siga la tendencia de su grupo, que pueda decir que no cuando quiera, o sí y no sea presionado”.

Extendió el mismo razonamiento para la educación sexual, la cívica: “Espacios hay por supuesto. Lo que implica que tengamos que reforzar algunas acciones de los derechos cívicos, ahora que se convierta en ley, en chicos de tercero a quinto año del secundario o de los últimos dos años, para decirlo mejor”, subrayó.

Destacó que de los puntos más críticos sobre los cuales se trabaja más, no sólo en el país, sino en la región, en el mundo, es el secundario. “Tenemos una alta tasa de jóvenes, la más alta de América junto con Chile, y hay que lograr que todos terminen, se reciban. No todos los que terminan de cursar el último año, sea quinto o sexto si van a una escuela técnica, dan todas las materias. Hay que mejorar los aprendizajes, pero no puede haber ningún tipo de condicionamiento que tengan que ver con el nivel educativo de los jóvenes, porque no se hizo asi con los adultos”, previno.

Mencionó datos que llevó al Senado para la presentación que iniciara el debate: de la sociedad de 1914, la que votó a Hipólito Yrigoyen en el ´16, 35 por ciento de los empadronados era analfabeto. El 30 por ciento de las mujeres que votaron por primera vez en 1951 también lo eran, lo mismo que el 15 por ciento de los varones. “Y esto no inhabilita porque si no se va de cabeza al voto calificado”, alertó.

Sostuvo que “la ilustración o falta de ilustración o estudios de una persona no la hace mejor electora. Sabemos que la educación lidera, pero no se puede diferenciar el nivel para dárselo a los que tengan más alta capacitación”.

Y que “debe haber gente que entiende de buena fe que viendo alrededor a sus hijos, amigos de ellos, a sobrinos, y saca la conclusión de que esos chicos no estan en condiciones. Hay que comprender ese razonamiento. Hay otros que pueden tener un falso temor ante una eventual manipulación y algunos de los que se indignan ante esa posibilidad estén impasibles frente a manipulaciones cotidianas a las que son sometidos a través de los medios de comunicación, que los toman como clientes, como objetos de consumo, porque hay propagandas televisivas, metamensajes, invitaciones que pareciera que nuestros jóvenes están siempre en la frontera de la sospecha, de la negatividad, como que están de paso de las cosas, no se interesan. Y no veo que esto sea así”, desgranó.

Contó que “la semana pasada estuvimos en un encuentro de la infancia y la juventud en San Juan, al que concurrieron 10 mil personas entre jóvenes y adultos. Fui hasta Salta a un encuentro de educación secundaria, antes había estado en Tucumán con Bernardo Kliksberg, y compruebo que los jóvenes están pidiendo que sus puntos de vista sean escuchados. A la hora de darles la voz ninguno pide menor rigor en la escuela, no que no lo exijan, no hay uno solo que no recuerde con cariño a un profesor que no lo haya exigido”.

Remató diciendo que “hay que tener valentía para dar confianza, que también va construyendo y consolidando. Es como una profecía que se cumple a sí misma”.

Fuente: El Primero de la tarde, Radio América AM 1190. / Conducción Marina Pagnutti – Mariana Contartessi.


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