Revista Música

1967

Por L

Para muchos (para mi) el mejor año que ha visto pasar la historia de la música, y no solo como un calendario que vio desfilar prolijidad sólida por sus días, sino también porque influyo esencialmente en gestiones sociales. Una fusión en que el disconformismo de los jóvenes, quienes heredarían la historia, mostraron la fuerza que podrían engendrar, cuando las cosas no les gustaban …Tal vez solo quedo en eso al final…en un mero sueño sin efectos claros ni resultados concretos, como le gusta medir a la gente los movimientos (por resultados)… no obstante cuando el recién nacido rock se tomo de la mano de esta divergencia..al menos enloqueció el panorama, le dio un vuelco, la nitidez del paisaje, cedió el paso a un horizonte prismático y delirante. Y las huellas de ello al menos dicen presente. Prevalecieron, están ahí, los hippies no murieron con el fin del verano del amor ni mucho menos…de hecho aun podemos oír sus cantares..en discos de Janis, el poderío del Are you experienced?...o las imágenes coloridas del Sgt pepper, y deleitarnos, revivir un fantasma con coronas de flores…y el disco que nos convoca hoy también tiene mucho que ver con eso..como un cimiento de esa era… y sus extraños días
The doors – Strange days
“el poder de la palabra – su pronunciación y conjuro”

La voz carbónica de Morrison vuelve, es como una recaída, pero mas intensa; se tiene un conocimiento previo sobre la poesía espesa y la lluvia áspera de los Doors, la quintaesencia de la banda. El hambre por sus sonidos sigue cautivando y en plena in-conciencia nos dejamos sumergir en la dimensión que las antojadizas texturas nos quieran imbuir; No1967 hablo de sentarse a una sesión de Peyote; Ni de una tertulia con los seres bizarros (des-fotografiados) de la portada, simplemente me enfoco en hacer volar la música y que esta engulla, que esta guíe o mas bien nos pierda. Muchas puertas dicroicas en frente ¿Por cual?
Por la primera tenemos una estructura casi calcada al homonimo, muchas figuras rebosantes de inmaterialidad, filosofía vaporizada en atmósferas pesadas y a ratos lóbregas, mas un poquito de blues como base y sobretodo, instantes de catarsis que parecieran revolotear como demonios internos, con la música. Eso sin mencionar que al igual que el “The doors” de unos meses antes, al final una canción épica de 10 minutos para consumar el ritual espiritual. Por la segunda podemos ver la fotografía del estado exacto en que se encontraba la banda. El homonimo había sido un éxito, sumada a la creciente fama de Morrison como un icono sexual, figura que le ocasionaría uno que otro problema interno, pero eso mas tarde, en el preciso momento de este disco esa situación aun no estallaba y el saco no era tan pesado, sumado a que de todos modos el joven poeta aun hacia lo que quería..conocido es el suceso en el show de Ed Sullivan cuando no cambio la letra de Light my Fire, habiéndoselo pedido la producción con antelación por posibles aluciones a la drogadicción (¡Jim Morrison,naaaaaaaaah!), aduciendo que lo olvidó por el nerviosismo canto la letra tal cual era la original, como resultado quedaron vetados para siempre como banda en aquel programa, no obstante el icono de Morrison ya iba alimentándose de rebeldía y por ultimo la tercera y ultima puerta nos deja con el matiz de la época, el soundtrack natural de estos cuatro muchachos se ajustaba lógicamente al sonido masivo de la época imperante…Psicodelia, psicodelia y psicodelia..
Un arcoiris alcalino da la bienvenida con Strange days, un tema lacónico pero simultáneamente muy intenso. Como vapores codificados que van enarbolando escenas tragicómicas-bizarras o enigmáticas, el aura receptora es en definitiva quien mas luce, traspasando esa sensación de entrar en carnavales circenses.
You’re los little girl, tiene unas vibraciones mas largas en comparación con su predecesora que irradiaba ilusiones efímeras una tras otra, este segundo tema pareciera arrastrarse para ocasionar unas honduras descalabrantes, lo que pierde en velocidad lo gana en profundidad, me gusta la sonoridad del minuto 1:42 que pareciera progresar un alarido cetáceo en honor a esa perdida mujer.
En tercera instancia aparece el ruego del joven soldado que debe dejar a su novia para partir a Vietnam, pidiéndole que lo ame dos veces, Love me two times, trepida, mas que avanza, rodeada de toda la cadencia de un blues que tiene un ritmo reconocible. El inicio de la guitarra tiene un sello muy propio que luego va adornándose del resto de la banda, mas la base del tema es en esencia esa secuencia vibrante de las seis cuerdas. Lo cual no es en desmedro de las nubes tornasoles fruto de los teclados de Manzanarek (1:26) que le dan mas dimensiones a la desgarradora instrumentación del tema. Fue compuesto por Krieger..ha de ser por eso la notoriedad del guitarrista, bueno de toda la banda en general, si hasta el batero se manda unos tiempos que van sofocando junto al oscuro vocalista.
Por dos minutos exactos nos dejamos caer en una marisma lúgubre, Unhappy girl, es mas de texturas que de cuerdas de tensión, pero divaga tetricamente al igual que el poema texturizado Horse Latitudes, que de alguna manera embriaga de opresión en sus líneas, como por ejemplo cuando menciona.. “su decaída y abortada corriente cultiva diminutos monstruos”
La siguiente es Moonlight Drive, que irradia ciertos dejos de bohemia, retratando tanto sónica como líricamente esos pasajes de arena nocturna enjuagados por el etílico corretear de las olas, incluido el salobre vino de lo noctívago. De hecho es la canción que le cantara (o tratara de hacerlo) Jim a Manzanarek para ver si se podían musicalizar sus poemas, y de hecho lo convenció, en las playas de Venice…parte de la lírica cifrada del arrebatado vocalista..“nademos hasta la luna, subamos a través de la marea, rindámonos a los mundos expectantes que lamen nuestro costado/ Es fácil amarte cuando te miro volar, cayendo entre húmedos bosques”

People are Strange, es otro mundo aparte nuevamente, sus cavilaciones sobre la alineación ,sumado a una musicalizacion esencialmente paródica donde la teatralidad de sus notas , asi como su ritmo sugieren un montaje , que se contrapone a cualquier significación mas hosca que pueda tener entre sus estrofas. Pero es tal vez, parte de las tres mejores canciones de esta segunda colección.
Luego entramos en un trecho un poco menos interesante del disco My eyes have seen you y I can´t see your Face in my mind, si bien no son malas canciones, no le pueden hacer el peso compositivamente a las anteriores, no por ello se les puede menospreciar sino mas bien, verlas como el trazo del trayecto que ayuda mas a culminar una idea, redondeándola, que dándole mas amplitud o agrandándola.
El final en si mismo cubre gran parte de la duración del album tomando en cuenta que la mayoría de los temas no excede de los 3 o 2 minutos y este se acabrona por la nada despreciable permanencia de 10 minutos, de todas maneras vale cada segundo empleado, When the music’s over, es el laberinto final antes de salir de todas las puertas, con miles de pasillos anchos, estrechos, que agobian, que relajan, en definitiva el escape final, es un collage de emociones y figuras, formas, recovecos, que inundan sus minutos. De hecho al minuto 03:00 si las mariposas gritan como recita la letra, lo mas probable es que emitan ese sonido. Mas adelante vendrán los lamentos por la Tierra, situando letras ecológicas que nunca vienen mal a la suma y todo ello mimetizado con el sonido pilar del tema. Resumiendo ¡Esto es la música en esencia!, una delicada y omnipresente droga..al menos eso le hace la alquimia de los doors, pero por sobre todo me quedo con las frases paridas de quien sabe que estado catatónico de Jim, que recitan… “Cancelé/ar mi suscripción a la resurrección”

Como ven un trabajo al borde de lo perfecto, tanto instrumentación, como época, como letras, como atmósferas todo en este disco esta coludido para brindar una experiencia oscura o placida o dicroica.. ¿Este o el debut? .Absolutamente cualquiera vale la pena, mas este goza de características externas especiales, que le dan una IN-justa ventaja

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