Revista Cultura y Ocio

197.- Estimado señor antidisturbios…

Publicado el 26 septiembre 2012 por Javiersoriaj

Estimado señor antidisturbios:

No voy a cuestionar por qué trabaja usted de lo que trabaja, esto es, básicamente de repartir hostias a sus conciudadanos. Ignoro las motivaciones que conducen a llegar a un oficio como éste, aunque supongo que mientras de pequeños la mayoría queríamos ser futbolistas, pilotos, azafatas, médicos o peluqueras, gente como usted se iban planteando que lo que querían era poder pegar con alevosía al resto, quizá porque su infancia no fue feliz y buscaba una forma de desquitarse. No hay como tener una porra en la mano, una ciudadanía que no reacciona contra su violencia y una delegada del gobierno y un ministro del interior que, en nombre de ser los supuestos representantes de los ciudadanos, mandan a sus perros de presa (a ti y a tus compañeros) contra aquellos a los que supuestamente representan para que salga toda la furia acumulada y se vean expresiones como las que ayer podíamos observar: la de perros rabiosos deseando desahogarse contra los débiles. Supongo que el cámara al que abriste la cabeza, el chaval al que pegaste mientras trataba de proteger a su novia, la chica a la que le diste 15 o 20 veces porque un porrazo te debía parecer poco, el señor que te atacaba dándote cabezazos en la porra… y el resto de gente que protestaba por TUS derechos sociales, son los culpables de la situación en la que nos encontramos, y tú lo tienes claro. Supongo que tienen también la culpa de tus problemas con tu mujer y tus hijos, que tienen la vergüenza de responderte y a los que no puedes reventar la cabeza porque Cristina Cifuentes y los ministros de interior y justicia no te lo permiten en ese caso. Todos y todas los que estaban en la calle ayer, y el resto de días, tienen la culpa de que te buscases un trabajo que consiste en defender a quien te roba, te saquea, te humilla, te esclaviza… de los que son (en principio) iguales a ti, si bien es evidente que no son iguales, pues ellas y ellos no han optado por un trabajo que conduce a situaciones tan denigrantes como la que protagonizaste anoche.

Así que la próxima vez que te pongas a repartir, te giras hacia el lado contrario, y, en mi nombre, le das de hostias a mis representantes. En este caso sí les delego toda mi soberanía para que reciban los palos que me iba a llevar yo, incluso sin necesidad de que me mientan durante la campaña electoral.

Espero que hayas pasado buena noche, aunque estoy seguro de que sí, porque la satisfacción de haber reventado a un buen puñado de conciudadanos seguro que te permite tener la conciencia tranquila pues tu sueño infantil de trabajar repartiendo hostias te sigue permitiendo desahogar tus miserias cotidianas, personales, familiares y sociales… en quien, no lo olvides, también lucha por ti.

Salud.


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