Del “entorno Genesis” hemos acometido ya varias incursiones. Véanse los siguientes ítems: revisión de un disco de la etapa de Phil Collins como cantante (“Abacab” de 1981), de un álbum en solitario de dicho cantante (“Face Value” de 1981) y de una obra de la trayectoria independiente de su primer vocalista Peter Gabriel (“So” de 1986). Por tanto, como adivinarán, una de las cosas que nos quedan, es el análisis de un disco de la primera etapa del grupo, en la que el protagonismo lo acaparaba el excentricismo de Gabriel al micrófono.
Me he decantado por lo que fue su 4º trabajo de estudio, “Foxtrot” de 1972. El motivo es que, como ya explicaré más adelante, la considero adecuada para estos fríos días, y que esta semana pasada he recuperado su escucha tras haber pasado mucho tiempo desde la última vez que me introduje en su mundo.
Se da el caso de que esta obra, al igual que le sucede a su antecesor “Nursery Crime” de un año antes, están eclipsados por la considerada joya de la corona de la banda y del rock progresivo que por aquellos días pregonaba la banda, el “Selling England By The Pound” de 1973. Pues, ¿qué les voy a decir? A mi personalmente me gustan más “Foxtrot” y “Nursery Crime” que “Selling England...” Lo cual no implica que no me guste dicha obra, o que la considere mala. No hay que confundir preferencias con odios.
En estos tiempos Genesis se caracterizaba por sus largas composiciones. En cada disco había sitio para una canción que forma parte del mito e historia de estos primeros años de la banda. En “Trespass” fue la bélica y heroica “The knive”, en “Nursery Crime” fue la dramática y fantasiosa fábula de “The musical box” y la otra leyenda de “The return of Giant Hogweed”, y en la obra de hoy habrá lugar para 3, destacando como luego verán, la kilométrica “Supper’s ready”.
Me inicié en Genesis en los comienzos de 2002, a raíz del estupendo documental de la cadena Vh1 “Behind The Music” que se hizo sobre la banda y que conservo como oro en paño en una cinta de vhs. En aquellos días, en la otrora gloriosa serie media del Alcampo del Parque Corredor de Torrejón de Ardoz, en una peregrinación de un día entre semana, adquirí de una tacada “We Can’t Dance”, “The Way We Walk (The Shorts)” y “Genesis Live”. Como pueden ver, no diferencié entre empezar con una etapa u otra de la banda, sino que me adentré en Genesis con discos de los 2 periodos del grupo definidos por quién era su cantante.
El último disco de esa tanda de 3, es el documento que refleja el directo de la primera etapa del grupo. Un trabajo, que pese a contar únicamente con 5 canciones, la duración del mismo supera los 40 minutos de duración. En aquel disco se incluyen 2 de las composiciones que contiene el trabajo que hoy revisamos. Estas canciones épicas, elaboradas y extensas son características del rock progresivo. Suele decirse que hay mucha diferencia entre la etapa Collins y la etapa Gabriel de Genesis. Luego en las conclusiones analizaré un poco los motivos de las diferencias entre los 2 periodos del grupo, y qué es lo que hubiera sido de la banda en el hipotético caso de que Peter Gabriel no dejara el grupo unos años después de este trabajo.
Genesis había lanzado 3 discos de estudio y un celebrado trabajo en directo y en estos días había terminado de completar la que sería denominada como su formación clásica de componentes. Con esto, el grupo estaba formado en aquellos días por los fundadores Peter Gabriel, Mike Rutherford y Tony Banks, como cantante, guitarrista y bajista y teclista respectivamente, habiéndose incorporado para el efecto el por entonces desconocido batería Phil Collins y el guitarrista Steve Hackett.
Tanto el inicio de “Foxtrot” como el de “Genesis Live” lo aporta “Watcher of the skies”. Destaca la misteriosa introducción a base de los teclados, creando una atmósfera excepcional. Lo que chocan luego son las petarderas (para la época) notas de teclado de Tony Banks, junto a las cuales entra Peter con su agudo y personal registro vocal, aludiendo a ese “vigía de los cielos”. Notable composición, de marcado ritmo en ciertas partes (como ese ciclo que se repite del inicio descrito tras la intro ambiental) y que también regala momentos más suaves y melódicos. La 2ª canción de la obra, tras los más de 7 minutos de “Watcher of the skies”, es “Time table”. Salvo cierto retorcimiento y agitación en el estribillo, es relajada y sin mayores sobresaltos. “Get ‘em out by friday” es una curiosa composición tragicómica, puesto que la historia que nos narra Gabriel (como casi siempre rozando el delirio), si nos la tomamos por el lado serio, no es muy alegre que se diga: expropiaciones, siniestros experimentos genéticos... Sin embargo, la exageración de Peter al micrófono al interpretar a ciertos personajes que forman parte de esta teatral canción, hace despertarnos alguna sonrisa. En la versión de “Genesis Live”, destaca el excesivo dramatismo que confiere a esa mítica frase: “esto es un anuncio de Genetic control”, casi rozando el llanto. Estamos ante una canción que sobre todo destaca por el sonido de sus partes más cercanas al rock puro, que son las derivadas del inicio de la letra cuando Gabriel grita ese “Échenles de aquí al viernes”. Debido a esas partes, esta canción quizás sea el momento más intenso de “Foxtrot”.“Can-utility and the coastliners” es el alma gemela de “Time Table”. Es casi una evidencia que el disco se puede agrupar en parejas de canciones. Por un lado estaría la pareja de “Watcher of the skies” y “Get ‘em out by Friday”, que se agruparían básicamente por la semejanza de las estructuras de ambas y la duración de las mismas. Por otro lado estarían la presente “Can-utility and the coastliners” y “Time table”, sobre todo por su carácter más soleado y menos enrevesado, además de disponer de duraciones parejas. Y para finalizar estarían las 2 siguientes canciones en el track list, que forman pareja por el claro antagonismo que tienen en tanto a la duración de las mismas. No obstante, hay que reseñar que más o menos a los 2 minutos y medio de duración de “Can-utility…” hay lugar para una acertada sección instrumental, derivando posteriormente en una mayor carga instrumental por el protagonismo que adquieren los teclados de Tony Banks. En lo lírico, la canción por lo visto trata de una leyenda escandinava. Una característica bastante común en las obras de rock progresivo o sinfónico, era alternar canciones de extrema duración, con otras pistas que apenas sobrepasaban, si es que llegaban, los 2 minutos. “Horizons” es el ejemplo de esas pistas que nos encontramos en “Foxtrot”. Una instrumental de fuerte carácter medieval, que sería la banda sonora perfecta para realizar una visita por ejemplo al Monasterio de El Escorial. Bueno, llegamos al final… ¡Y qué final! Nos encontramos con la obra cumbre de la historia de Genesis. Su canción más trabajada, larga, compleja y complicada. Ni más ni menos que más de 22 minutos de duración. Una pieza que aparecerá en cualquier enciclopedia musical como ejemplo perfecto de lo que es el género musical del rock sinfónico o progresivo. “Supper’s ready” parece tener su origen en ciertas paranoias personales del propio Gabriel. Se abordan en la letra pasajes fantásticos, de ultratumba, referencias al Apocalipsis, a la mitología… vamos, que no es nada fácil meterse en el mundo de “Supper’s ready”. De hecho, a mi aún me cuesta. La canción estructuralmente se divide en 7 partes, con las consecuentes variaciones instrumentales y miles de matices que cada uno de los músicos aportan al tema. No se puede negar la elaboración de la canción, pero resultan mejor otras canciones no tan largas dentro de la historia de Genesis como “The knive” o “The musical box”. Si no son muy cercanos a este género, probablemente “Supper’s ready” se les indigeste brutalmente. Este pieza destaca además por las representaciones de la misma en directo, en las que Gabriel se disfrazaba en casi todas las partes, poniéndose entre otras cosas una cabeza floreada o una máscara geométrica (inmortalizada en la portada de “Genesis Live”) y en la que vocalmente había ratos en los que se pasaba tremendamente de vueltas, sobre todo en la parte dedicada a la “granja de los sauces” “Willow farm”. Un final magistral y monumental, para una obra en conjunto tremendamente elaborada y hecha a conciencia.
Con “Foxtrot”, Genesis terminó de ganarse los favores de la prensa. Cierto es que gran parte del reconocimiento que estaba adquiriendo la banda, venía derivado del ensalzamiento individual de Gabriel por los medios, por lo novedoso y teatral de sus actuaciones en los shows de la banda. De hecho, en aquellos días, además de la retahíla de disfraces para “Supper’s ready”, también se ponía el vestido rojo y la cabeza de zorro, para encarnar a la protagonista de la portada del disco. Dicha portada, dispone de ese extraño personaje que permanece en un mini islote a unos metros de la orilla del mar y en la contraportada se pueden ver a los guardacostas expectantes, por si ese particular ser amenaza con pisar tierra. Creo que la portada y contraportada del disco y la leyenda sobre la que versa “Can-utility and the coastliners” está íntimamente relacionada.
Tras este disco, llegó el turno para el celebrado e histórico “Selling England By The Pound”. Aquí hasta había lugar para un éxito comercial y muy accesible titulado “I know what I like (in your wardrobe)”. No obstante, tras este trabajo, se presentó la brutal obra “The Lamb Lies Down On Broadway”. Una especie de historia a lo “The Wall” de Pink Floyd, aunque si bien es cierto, más bien habría que decirlo al revés, ya que primero fue este disco de Genesis que la gran obra vital de Roger Waters al frente de Pink Floyd.
En la gira de presentación de “The Lamb Lies Down On Broadway”, Gabriel anunció que dejaba el grupo para iniciar proyectos en solitario y dedicarse a su familia (por aquellos días nació su primer hijo). Igualmente, parece ser que los celos del resto de la banda sobre el protagonismo que acaparaba Gabriel, eran más que una suposición, y la situación no se podía sostener mucho más en el tiempo.
De ahí en adelante, tuvo lugar la ya conocida historia del ascenso de Phil Collins al poder, desde su puesto de batería del grupo, y esas casualidades a las que alude siempre el simpático Phil a la hora de referirse a sus comienzos como frontman. Yo no me lo trago; de casualidad, más bien diría poca, pero bueno.
Quería comentar como dije al principio, algo sobre las 2 eras del grupo definidas por quién era el vocalista de Genesis. Los seguidores de los primeros años de la banda no tragan a Collins y los fans surgidos en los 80, no pueden con el rock progresivo de los tiempos de Gabriel. Sinceramente, creo que si Peter Gabriel no hubiera abandonado el grupo, el sonido de la banda hubiera seguido una trayectoria más o menos parecida a la que tuvo con Collins como vocalista. Ahora bien, lo que sí creo que no hubiera sido igual, son las letras, ya que Gabriel gustaba de apoyarse en leyendas, además de crear fábulas e historias mágicas y Collins sí que abunda en un perfil de letrista más convencional, alejado de extraños relatos.
Esa impresión de que el sonido de la banda hubiera seguido la misma evolución, la baso en que Gabriel empezó a sonar parecido en sus discos de los años 80, y que Genesis con Phil Collins como cantante, no renunció a seguir incluyendo canciones kilométricas en sus discos, bien sean como varias pistas formando un todo (como sucede en “Duke”) o con piezas como “Domino” de “Invisible Touch”.
A mi sinceramente, me gustan las 2 etapas de Genesis. Los tiempos del bueno de Ray Wilson al frente, no dejan de ser una mera anécdota y un intento fallido. Depende de la época del año, unos discos de Genesis me resultan más apropiados que otros, y precisamente en los 3 primeros meses del año es cuando más disfruto de los álbumes que la banda editó con Peter al frente; quizás ese gusto también vaya asociado a la compra de “Nursery Crime” y “Trespass” un sábado del mes de febrero de 2002. Los de la era Collins me gustan más generalmente para la etapa otoñal (octubre y noviembre), con la salvedad de “Invisible Touch”, que lo considero idóneo para el verano puro y duro.
Para finalizar, les advierto que el disco de hoy no es fácil (por si les ha quedado alguna duda tras leer la revisión de las pistas que lo componen). Si no están familiarizados con el estilo o género musical al que pertenece (el rock progresivo), es probable que les cause rechazo. Recomendaciones para su escucha: no se lo metan en su mp3, mp4 u otros reproductores para ir escuchándolo en el transporte público, ni por la calle. Es un disco que hay que escuchar en casa y prestando buena atención a la letra. Si el inglés se les resiste, busquen las letras de las canciones por su cuenta y no pierdan comba de las alucinantes historias que nos narra Peter Gabriel en este disco, mientras se deleitan con los matices sonoros del resto de sus compañeros con sus respectivos instrumentos. Ya revisaré sus comentarios y veré que les parece.