Teniente Hiroo Onoda
En Marzo de 1974 se rinde el teniente del ejercito imperial japonés Hiroo Onoda, que permanecía oculto en la isla de Lubang desde el 26 de Diciembre de 1944.Tenia 20 años cuando se alistó y será instruído como oficial de inteligencia. En diciembre de 1944 había sido enviado con órdenes de hacer todo lo posible para evitar que la isla cayese en manos del enemigo, no rendirse o suicidarse para sabotear e infligir todo el daño posible en las infraestructuras enemigas. Junto a tres compañeros, el soldado Yūichi Akatsu, el cabo Shōichia Shimada y el soldado de primera clase Kinshichi Kozuka, Onoda era el único miembro de las fuerzas japonesas que no se había rendido todavía tras la ocupación de la isla por los aliados, el 28 de Febrero de 1945.
En Octubre de 1945 encontraron la primera octavilla en la que se informaba del final de la guerra ( se lanzaban desde el aire miles de estas octavillas, firmadas por el General Tomoyuki Yamashita) Tras inspeccionarlas, el grupo de Onoda decidió que eran falsas. En 1950 Akatsuse se rendía tras separase del grupo 6 meses y la célula extremaba más todavía las precauciones para no ser encontrados.
rendición del teniente Onoda
En 1952 fueron lanzadas nuevas octavillas con cartas firmadas por familiares de los soldados, pero de nuevo estimaban que eran falsas. El 7 de Mayo de 1954 Shimada era abatido por una partida de búsqueda y el 19 de Octubre de 1972 caía Kozuka tras enfrentarse en en tiroteo con las autoridades filipinas mientras incendiaban un granero como parte de las actividades de guerrilla que venían manteniendo.
El 20 de Febrero de 1974 Onoda se entrevistaba con un aventurero japonés, Norio O Suzuki, que andaba tras su pista. A su regreso a Japón con unas fotos, logró convencer al gobierno para que localizasen a los oficiales superiores de Onoda y el 9 de Marzo, uno de ellos, el Mayor Taniguchi volaba a Lubangf donde durante un encuentro con Onoda le informaba del final de la guerra y le ordenaba rendirse.
Onoda cumplía la orden vestido apropiadamente con su uniforme, espada, el rifle Arisaka Tipo C 99 reglamentario en perfectas condiciones, 500 cargadores de munición y varias granadas de mano. A pesar de haber matado a unos 30 lugareños y haberse enfrentado a la policía local en varias ocasiones, fue indultado por el o presidente Ferdinand Marcos al tener en cuenta las circunstancias especiales que rodeaban el caso. Regresó a Japón aclamado como un héroe y recibió todos los atrasos de su paga.