Revista Cine
Tercer volumen del Red Riding Quartet del británico David Peace, tras sus celebradas 1974 y 1977, ya recomendadas en este blog. En esta ocasión, y siguiendo con su estilo de frases brevísimas, un estilo casi de telegrama, el narrador es Peter Hunter, uno de los comisarios de Manchester, a quien envían a Leeds para que investigue los asesinatos del psicópata que se hace llamar Jack el Destripador. Otros personajes de los libros precedentes vuelven a aparecer aquí o son nombrados: Jack Whitehead, Bob Fraser, etcétera. Un fragmento que denota la crudeza de las novelas de Peace:
Se vuelve a mí en la oscuridad y apoya una mano en mi brazo. -Fue el sábado 19 de junio de 1977. Fui a la iglesia a última hora de la tarde. Volví a casa, abrí la puerta, me sujetaron y me arrastraron del pelo hasta el comedor, donde estaba Eric, sentado delante de la tele, degollado. Entonces me ataron las manos a la espalda y me dejaron en el suelo a los pies de Eric, encima de su sangre. Se fueron a la cocina a prepararse unos bocadillos y se bebieron mi vino y la cerveza de mi marido. Al cabo de un rato volvieron y decidieron divertirse un poco conmigo allí mismo, en el suelo, delante de Eric. Me desnudaron y me pegaron, me metieron penes, botellas y patas de silla en la vagina, en el culo y en la boca, de todo. Me mearon en la cara, me cortaron mechones de pelo y me obligaron a chupársela, a lamerlos, a besarlos, a beberme su orina y a comerme sus excrementos. Después me llevaron al baño, intentaron ahogarme y me dejaron inconsciente en el suelo, para que mi hijo me encontrara allí. Silencio, el silencio más negro. -Una venganza por un atraco. Eso dijo la policía.
[Traducción de Catalina Martínez Muñoz]