1984 es uno de mis libros favoritos, todo un clásico del siglo XX y, aunque a veces los clásicos nos intimiden, no han llegado a ese estatus por casualidad, sino por su capacidad de mantenerse en plena vigencia, de no envejecer.
Se trata de una de una de las tres distopías (novelas que describen un futuro nada halagüeño) más famosas jamás escritas. Las otras dos suelen ser por consenso popular Un mundo feliz, de Aldous Huxley y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Aunque es interesante compararlas, lo cierto es que las tres son muy distintas, en especial la de Orwell comparada con la de Huxley.
Un error muy habitual es considerar 1984 un libro futurista o que pretendía predecir el futuro. En realidad Orwell criticaba los totalitarismos de su época y cómo todos tienen en común el intentar aniquilar la capacidad del hombre de pensar por su cuenta. Desde luego, no estamos a salvo de totalitarismos, que aunque hoy se vistan con otros ropajes, siguen al acecho.
Una de las pocas cosas que las tres visiones apocalípticas tienen en común es que el culpable de ese futuro desolador no es una rebelión de las máquinas, un virus letal o una invasión extraterrestre, sino el propio ser humano. Por ello, las tres hacen una llamada a la responsabilidad y a permanecer alerta, avisando además de que la ignorancia o la inconsciencia suelen ser los resortes preferidos por el poder y la tiranía para perpetuarse…
¿Os suena de algo?
"Y no miro a nadie, ¿eh?
Para mí, 1984 fue uno de esos libros que me hicieron despertar a muchas realidades, el tipo de libro que alimenta tu visión crítica (que no cínica) de la vida y hace que te fijes en cosas que antes no veías. Si de mí dependiera sería obligatorio en las escuelas, aunque no creo que obligar a leer esta obra sea la mejor manera de fomentar su contenido. Más que de ciencia ficción escapista se trata de un libro muy político que describe procesos complejos de manera muy clara, imbuido de la lucidez y honestidad de George Orwell, un autor al que admiro profundamente, ya que aunó claridad en la escritura con el compromiso con la honestidad moral, a pesar de que eso le hiciera muchas veces llevar la contraria a los suyos o a las tendencias de su época.
Conceptos como “Gran Hermano”, “Neolengua”, “DoblePensar”, etc., describen realidades actuales, a pesar de que este libro lo escribió el autor en 1948 (cambió las dos últimas cifras para describir un “lejano” futuro que él no llegó a vivir, pues murió al poco tiempo). El año 1984 pasó ya hace ya más de treinta años, y probablemente no vivamos un futuro tan tenebroso como el que nos pinta Orwell. Pero en la manera que describe las técnicas de manipulación, de transformación grosera de la historia y de cuestionamiento cínico de la realidad, se encuentran muchas lecciones sobre el pasado y el presente de nuestro mundo.
Es por eso que me gusta ver este libro como una advertencia. Un mensaje para el futuro y el presente, para que no se nos olvide que la libertad es siempre una conquista, no algo que se debe dar por supuesto. Y es que la auténtica libertad siempre tiene enemigos y un precio a pagar para conquistarla.
Para saber más...
Artículo de Juan Manuel Santiago con una amplia semblanza tanto del libro como del autor, su contexto histórico, influencias previas y posteriores. Una maravilla.
Película 1984 Escribiendo este artículo me encontré con esta película, que fue estrenada precisamente ese año. Muy bien ambientada y con un gran John Hurt (que murió hace poco), es bastante recomendable. Ahora eso sí, mejor el libro, claro está. Por cierto, hay otras dos adaptaciones, una para televisión de 1954 y otra para cine dos años más tarde. Más información en este estupendo post.
Interesante comentario en la radio de la novela por Juan José Millás, Chema Patiño, Esther Bazán y los oyentes.
Una semana después de llegar Trump a la presidencia, el libro de Orwell se convirtió en el más vendido en Amazon. En tiempos de la "posverdad" y de los "hechos alternativos" no extraña que cobre nueva actualidad la aguda visión del autor sobre la manipulación política. Yo solo discrepo en una cosa: para mi tanto el Partido como el Gran Hermano eran mucho más inteligentes y astutos que el famoso magnate...