“1984” de George Orwell: una de mis distopías preferidas

Mi libro de “1984” de George Orwell

Hace años que leí por primera vez “1984” de George Orwell, una de las mejores distopías (junto con “Un mundo feliz” y “Farenheit 451″) de todas las que han caído en mis manos. Por eso, y como este año me he propuesto releer varios libros, hace unos días volví a leer esta novela que no tiene desperdicio y no puedo evitar reseñarla en mi blog para animar a los lectores que todavía no la hayan leído a hacerlo en cuanto tengan la oportunidad.

“1984” nos presenta una sociedad dominada por un sistema representado en la cúspide por el Hermano mayor (o Gran hermano según la traducción) que vigila a sus ciudadanos para perpetuar el férreo orden establecido, en el cual los valores y sentimientos humanos quedan controlados, reprimidos e incluso abolidos, y se busca redirigir las pasiones a la veneración de dicho sistema, así como la rabia y la ira se focalizan en un enemigo implantado por los dirigentes. Winston Smith es uno de los peones de este sistema, trabajando en un departamento encargado de reescribir continuamente la historia para adaptarla a las conveniencias del sistema en cada momento. Pero Winston no puede evitar cuestionarse esta forma de gobierno así como preguntarse si siempre  el mundo ha funcionado igual o si un sistema mejor es posible y, tanto sus recuerdos como su relación con otros personajes, le llevan a rebelarse internamente contra el injusto orden establecido y a atreverse a experimentar una existencia fuera del control del sistema.

George Orwell nos dibuja en este libro una especie de futuro (en realidad el año que da título al libro es simbólico, puesto que se trata de un futuro que aún hoy sería posible) en el que el ser humano ha sido aplastado por un gobierno hasta el punto de perder su libertad, en el que cualquier gesto de contrariedad o desacuerdo con lo establecido puede conllevar la pena de muerte y en el que el sistema aspira hasta a controlar los pensamientos de las personas, modificar sus recuerdos y cambiar la lengua utilizada. Orwell logra plasmar magistralmente este tipo de sociedad represora con detalles como la prohibición de la literatura y manifestaciones artísticas, la existencia de cámaras y micrófonos en los hogares de los ciudadanos, el intento de represión del deseo sexual y de cualquier tipo de placer humano, etc.

Al mismo tiempo, desde el punto de vista de Winston, el lector asiste a la esperanza de que derrocar este sistema sea posible, o al menos la posibilidad de escapar a su férreo y continuo control y resulta muy interesante ver cómo Winston intenta experimentar su libertad, aferrándose a sus recuerdos e incluso a objetos sencillos que le recuerdan que otra realidad es posible.

En conclusión, un libro muy recomendable, ameno de leer pero cargado de profundas reflexiones, perfecto si buscas una lectura enriquecedora y de obligada lectura para los amantes de las distopías que ahora están muy de moda, pero que no pueden competir con grandes clásicos como este “1984”

Y a ti ¿Te gustan las distopías? ¿Cuál es tu favorita? ¿Has leído otros libros de George Orwell? Cuéntame…