Hasta yo alucino con el porcentaje de protagonismo de grupos españoles que están pasando este 2º año por el blog y sobre todo en los últimos tiempos. Que aprovechen los que disfruten de ello, puesto que intuyo que no a mucho tardar el blog volverá a centrarse durante un tiempo en la vertiente del pop/rock derivado de la nueva ola ochentera, surgida mayoritariamente en el Reino Unido (Volveremos a The Cure, Depeche Mode etc.).
No obstante, y no sé si ya lo habré dicho, todos estos grupos, como Amistades Peligrosas que hoy revisamos, en mayor o menor medida forman parte de mi cultura musical. Estas bandas, también han tenido su importancia en mi vida personal en distintas etapas de la misma. Esto es un blog (de momento no cobro nada por esta actividad; esperemos que algún día…) y por tanto lo personal tiene aquí una cabida moderadamente importante. Bueno, a lo que vamos.
La pareja musical, y en su día sentimental, Amistades Peligrosas, compuesta por Cristina del Valle y Alberto Comesaña, era uno de los proyectos musicales de mayor éxito y más carismáticos de la 1ª mitad de la década de los 90. Su primer trabajo, “Relatos De Una Intriga” fue un rotundo triunfo, gracias a incluir a temas que sonaron mucho y bien como “Estoy por ti” y “Africanos en Madrid”.
Posteriormente a los 2 años, se editó “La Última Tentación”, que más o menos aguantó el tipo con canciones como “¿Está Yayo?” o “Casi nunca bailáis”. Recuerdo que la primera de las canciones mencionadas fue utilizada por TVE como sintonía de aquel tour de Francia de 1994, que por aquellos días dominaba gloriosamente el gran Miguel Indurain.
Siempre me había llamado la atención el grupo, desde su comienzo, por lo pegadizo de sus letras, lo ciertamente picantes que eran (y más para un incipiente adolescente) y sobre todo por lo bien que se conjugaban las voces de Alberto y Cristina. De forma tardía y no sé por qué, “Africanos en Madrid” también fue banda sonora personal de aquel mes de junio de 1993 (al igual que El Último De La Fila, como les comenté hace unos días), básicamente creo porque fue incluida en la megafonía de una entrega de premios deportivos municipales por la temporada 92/93, a la que acudí como jugador de mi equipo de toda la vida, la Peña Torrejonense, de una incipiente modalidad de fútbol de 7 jugadores, que daba sus primeros pasos en aquellos tiempos en la madrileña localidad de San Fernando de Henares.
También recuerdo que en el mes de junio de 1994 acudí al campo de fútbol de Las Veredillas de mi localidad Torrejón de Ardoz, donde antaño se realizaban los conciertos de las fiestas populares. Aquel concierto al que acudí, con 12 añitos, formó parte de la gira de “La Última Tentación” y aunque vi al grupo muy de lejos (el escenario estaba en la banda opuesta a la grada/tribuna del campo en la que me senté con mi madre), guardo un grato recuerdo de aquel concierto en el que Alberto y Cristina conectaron perfectamente con el público que abarrotaba el recinto. Más tarde, en la gira de “Nueva Era” también tocarían en Torrejón, pero aquel día, por motivos que no recuerdo, no acudí al concierto.
Y tras estos comentarios previos sobre cómo conocí al grupo y de sus pasos previos a la “La Profecía”, metámonos de lleno en el análisis del disco en cuestión de esta semana. Es innegable que gran parte del éxito del tercer disco de Amistades Peligrosas residió en el single de adelanto. “Me quedaré solo” es una preciosa canción, que a su vez dispuso de un efectista videoclip barroco y a ratos con una interpretación teatral épica de parte de Comesaña (de rodillas en el fango, totalmente desesperado), que fue uno de los clips de más éxito de aquellos primeros meses de 1996 en “Del 40 Al 1” (programa tan de referencia para mi, y que tanto echo de menos).
De hecho el disco comienza con esta potente canción, que al fin y al cabo es uno de los clásicos de Amistades Peligrosas de toda la vida. “Me quedaré solo” dispone de una orquestación de sonido delicado, grácil y sobre todo clásico, sobre la que se narra una historia que redunda sobre el fin del amor y la soledad que ello conlleva. Ese estribillo, a pesar de que incluya alguna palabra como “pringao” para que rime con “picao”, es buenísimo. De las mejores canciones de Amistades Peligrosas sin lugar a dudas, y quizás su último gran éxito como single, puesto que canciones posteriores como “Nada que perder” de “Nueva Era” o “La larga espera” del disco de mismo título, que fue el regreso después de mucho tiempo del dúo, no llegan al nivel de éxito de esta pieza. También curiosamente fue el único videoclip que se grabó del disco (bueno, miento, el único con repercusión, puesto que de “Sacrifícate” también se hizo uno, pero no recuerdo haberlo visto en tv en su día, solamente en youtube); esto es una pena, puesto que el trabajo que se hizo para esta canción fue excelente y creo que había otras muchas canciones que pasaremos ahora a analizar que también hubieran merecido apoyo audiovisual, con más motivos que “Sacrifícate”. De hecho, el 2º single del disco se presenta en el 2º lugar del track list y también fue muy radiado, pero, claro, se quedó sin posibilidad de que en televisión alcanzara repercusión alguna debido a no tener video promocional. Estamos hablando de “El príncipe valiente”, que no deja de ser una canción con una fuerte crítica y carga social. En este aspecto Amistades Peligrosas demuestran que a pesar de ser un grupo pop, sus reivindicaciones estaban también de vez en cuando presentes en sus letras (“Africanos en Madrid” y “La larga espera” son otros ejemplos de ello). Aquí se hace un guiño al sonido norteño en la instrumentación con esas gaitas y sonidos asturianos y gallegos que le dan un toque medieval a la canción, que también se puede apreciar en la letra. “Será” es un momento de lucimiento personal de Cristina de Valle, ya que ella es la que se encarga de hacer esta preciosa y acertada versión, mientras que Alberto simplemente se encarga de dar cuerpo a la canción con algunos acompañamientos vocales traseros a Cristina. Una preciosa letra y una balada que gira en torno al fin del amor nuevamente, que simplemente pone el vello de punta. Digamos que hasta la 5ª pista no vamos a hallar lugar para el respiro y encadenaremos bombazo tras bombazo. Ahora es turno de una composición de Pedro Guerra para Amistades Peligrosas, concretada en la animosa “Pasos en el túnel”. Una canción que transmite esperanza en su letra, y ritmo y ganas de bailar sin límite en su música. A ratos casi me da la sensación de que Cristina canta con cierto deje o acento canario. Excelente tema, pero si cabe en el 5º lugar del set list se presenta la gran joya oculta de “La Profecía”. Es joya oculta en parte, ya que “Angelus” fue el 3er. sencillo extraído de la obra, pero que como no dispuso de videoclip, pasó injustamente de puntillas. Esa intro ambiental y misteriosa a base de teclados y con esos coros celestiales, dan paso a una melodía con cierto carácter nocturno. La letra zigzaguea por una historia de corte bíblico sobre la creación, moviéndose en esas metáforas con doble sentido o lectura tan propias de las letras de Comesaña. El estribillo, aunque es muy sencillo, apoyado en la estupenda melodía creada por las guitarras y los teclados, me encanta: “Angelus, Angelus. Como si fueras un ángel”, se empeña en repetir una y otra vez Cristina en el primer lugar y Alberto en el 2º. También tiene sus frases rotundas en las partes más prosaicas, como cuando se dice esta frase: “no, no te tocaba a ti, todavía no. Tú no serás la siguiente” o “penetró en mi una luz. Me llamó por mi, allí ante toda la gente”. De igual forma la parte final de la canción, con Cristina repitiendo de forma muy sensual ese “Penetre en mi tu luz, lléname de ti” me deja hipnotizado cada vez que escucho esta joya olvidada de Amistades Peligrosas. Un gran tema que además reparte el protagonismo de forma ecuánime para los 2 en el apartado vocal. “Angelus” es una de las canciones más emotivas de toda la trayectoria de Amistades Peligrosas y, sin lugar a dudas, una de mis favoritas.“Hermanos de sangre” se acerca en lo sonoro a “Pasos en el túnel” en su alegría y luminosidad, aunque he de decir que tras 5 canciones de tan alto nivel, culminadas con “Angelus”, me sabe a poco. “Estrella” es el tema de corte más clásico y orquestal de “La Profecía”, sobre todo en sus 2 primeros minutos, acaparados por Cristina del Valle al micrófono. Posteriormente entra una base más pop y Alberto, que secunda con sus tonos vocales tan varoniles a Cristina. Un tema que habla de la situación mundial y las guerras y de intentar buscar una solución, que pone de manifiesto la conciencia social y mensaje que muchas veces tenían las letras de Amistades Peligrosas. “Sacrifícate”, como he mencionado sí que tuvo un videoclip, que yo creo que quizás se hubieran merecido más “Angelus” o “Será”, ya que hubieran dado más juego. Aquí salen Cristina y Alberto los 2 vestidos igual, con traje, sombrero y corbata negra, bailando y alternándose con imágenes alusivas al mensaje sexual de la letra. En lo musical esta canción está cerca de los primeros pasos de Amistades Peligrosas, siendo más propia de “Relatos De Una Intriga” que de “La Profecía”. Recuerda bastante, o al menos así me lo parece, a “Muy peligroso”. “Eloi Eloi” tiene un sonido árabe en su estructura que aporta algo de exotismo a la parte final de la obra. Alberto comienza hablando de dolor, con una actitud bastante ajustada al micrófono a lo que nos cuenta en la letra. Y llegamos al final. “Bendita seas” viene a rubricar la obra con un sonido épico, sobre todo en las partes del estribillo cantadas por Comesaña. Destaca el comienzo, de carácter sacro en lo instrumental con los órganos que se incluyen. El contenido lírico vuelve a hacer un guiño a los temas bíblicos, con clara alusión a oraciones de rezo en el estribillo. El combo final de las 2 últimas canciones “Eloi Eloi” y “Bendita seas” confieren a “La Profecía” un final angustioso, alejado de la luminosidad de otros momentos de la obra, confiriéndole al cierre un toque algo lúgubre y oscuro (aunque evidentemente dentro de los límites de la normalidad de Amistades Peligrosas).
El 3er. disco de Amistades Peligrosas “La Profecía” fue un gran éxito y el grupo volvió a situarse como uno de los proyectos musicales de más fama y más apoyo popular del momento. Pasaría un largo tiempo hasta que volviéramos a saber de nuevo material discográfico del dúo. La portada de regusto bíblico y mitológico, no deja de ser otro momento clásico dentro de la historia de la banda. Sin duda es una portada mucho más representativa que la escogida para el anterior disco “La Última Tentación”.
Sin embargo, el regreso a la actualidad de la mano de “Nueva Era” dejó tan fría a la gente como la sensación corporal transmitida por el nevado videoclip de “Nada que perder”. En sí el disco no está mal. No tiene temas tan claves como los que guarda en su interior “La Profecía”, pero suena bien a ratos y hasta la versión de “Aicha” creo que es acertada.
¿Qué pasaba entonces? Pues que el germen exterminador estaba en el interior de la pareja y sus propias relaciones internas. Se había producido definitivamente la ruptura sentimental de Cristina y Alberto. Aunque he de apuntarles que Comesaña confesó alguna vez a un amigo mío taxista ciertas cosas interesantes. Este taxista, amigo y compañero de facultad, me comentó que había tenido varias veces a Alberto como cliente en el taxi y había podido charlar con él. Aparte de afirmarme que Alberto es un tío fenomenal, Comesaña le había contado cosas sobre el grupo, tales como que afirmaba que aunque ya no eran pareja sentimental, en aquellos días eran en los que mejor trabajaban en lo musical.
El caso es que Cristina no pensó lo mismo y decidió unilateralmente mandar Amistades Peligrosas a hacer puñetas en mitad de la gira veraniega de 1998 de presentación de “Nueva Era”. Resulta muy curiosa, y en cierto modo mítica, la entrevista que circula por youtube en “Madrid Directo” realizada a los 2 antes de su actuación en el madrileño “Parque De Atracciones”; la tensión y el mal rollito es evidente y además el periodista hace por que salten chispas con sus preguntas.
No hablemos más de Amistades Peligrosas. Dejemos el resto para cuando vuelvan a pasar en el futuro por el blog. Simplemente decir que me cabreó algo que hizo Arturo Valls, ridiculizando al grupo en un programa que presentaba en Telemadrid hace unos años, que consistía en cambiar algo por dinero. En una ocasión ofreció a 2 tipos dinero por destruir su colección de discos. Resulta que por una cantidad que no recuerdo ahora, un heavy accedió a ello. Al ir a su casa a coger sus discos para destruirlos en un vertedero, apareció entre todos éste que hoy hemos revisado. Arturo dijo algo como “pero bueno, ¿y esto que hace aquí?”. El buen heavy parecía avergonzarse, pero no lo entiendo.
Y cito esta anécdota televisiva para decir algo bien alto y claro. La música es muy extensa y prueba de ello es este blog. Que mis grupos favoritos sean The Cure, Depeche Mode y The Smiths, no significa que no disfrute escuchando discos muy alejados de ese estilo o bandas como el que hoy les he propuesto (de hecho ahora, mientras escribo estas líneas, está sonando en mi cadena “Será” y me produce una sensación excelente escuchar una pieza tan elegante y emocionante). A más de uno le chocará que aquí se haya hablado de “Unknown Pleasures” de Joy Division, de algún concierto de Sôber (y en breve alguno de sus discos) y de este “La Profecía” de Amistades Peligrosas. La respuesta por mi parte es la siguiente: en la variedad está el gusto.
Quítense los prejuicios. Amistades Peligrosas fueron un grandísimo grupo y que desprendían un carisma brutal. Nunca he escondido mi admiración por ellos. Su conexión y su tensión en el escenario es muy reconocible y causaba una buena respuesta entre la audiencia. Quizás “La Profecía” tiene su punto triste en que desde aquí se inicia el camino descendente de Amistades Peligrosas. Aún así, es muy reconfortante pasar casi 3 cuartos de hora escuchando las canciones que lo componen. Si bien, hay que decir que la primera parte del disco es tan genial, que quizás esté algo descompensado el peso de las canciones con respecto a la 2ª parte de la obra. En este aspecto, el orden de las canciones podría haber sido algo mejorable. A Amistades Peligrosas tengo asociados varios recuerdos de mi pasado, en la mayoría felices.
En este apartado y como estos días son tiempos en los que el Atlético de Madrid vuelve a ser grande, les diré que “La Profecía” fue banda sonora de los días en los que el Atleti ganó el doblete en la primavera de 1996. Por si alguien no lo sabía a estas alturas, uno es colchonero sufridor. Creo que en este apartado, resultaba bastante apropiado para estos días que vivimos, en los que el Atlético de Madrid está a las puertas de volver a repetir la gesta de ganar 2 competiciones en un mismo año. Dedicado con cariño a todos los aficionados rojiblancos, que tanto han sufrido durante estos últimos 14 años.
El pasado miércoles y hoy a las 19.00h podrán escuchar en nuestro espacio radiofónico el programa dedicado al disco “Black & White 050505” de Simple Minds. Todavía no he subido el podcast a ivoox, debido al jaleo futbolístico de los últimos días. Intentaré hacer mañana los deberes, pero si no pueden esperar, lo dicho, esta tarde a las 19.00h en www.ruah.es.
LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 13 diciembre a las 21:13
Texto muy completo. Para aquellos que investigamos el pasado musical de artistas y grupos, estas referencias siempre nos son útiles.